A la mayoría de los padres jamás se les ocurriría, algunos otros no le dan importancia. Lo cierto es que sobran las razones para no darle cafeína a tu niño. Sin embargo, la gran mayoría olvida que muchos alimentos y refrescos contienen esta sustancia de origen vegetal.
Los especialistas indican que es conveniente reducir al máximo posible el consumo de cafeína en el caso de los niños. En Canadá se recomienda a los menores en edad preescolar no ingerir más de 45 miligramos de cafeína al día, lo cual equivale a la cantidad contenida en una lata de 355 mililitros de bebida cola.
Qué es la cafeína y qué efectos tiene en el organismo
La cafeína es una sustancia estimulante natural presente en el café, el té o el chocolate. De forma artificial se puede añadir a otros alimentos y bebidas.
Se considera una droga, ya que tras su ingesta tiene la capacidad de estimular el sistema nervioso central. En dosis reducidas es capaz de aumentar la alerta y la energía, pero en dosis excesivas puede traer efectos perjudiciales:
- Inquietud y nerviosismo.
- Falta de concentración y pérdida de atención.
- Dificultad a la hora de conciliar el sueño.
- Aceleración del ritmo cardíaco.
- Incremento de la presión arterial.
- Gastritis y malestar estomacal.
- Dolor de cabeza.
Si bien en los últimos años se habla de las bondades del café y la cafeína como antioxidante y tónico cerebral, esto solo puede considerarse para los adultos.
La cafeína en los niños
Como acabamos de ver, la cafeína es un compuesto natural que puede generar efectos positivos y adversos en el organismo. Todo depende de la sensibilidad de cada persona y de la dosis ingerida.
En los niños, las cantidades necesarias para que puedan aparecer estos efectos negativos son mucho más bajas, ya que su cerebro está todavía en desarrollo, tienen una menor masa corporal y son mucho más susceptibles a esta sustancia.
Asimismo, hoy en día la cafeína está presente en muchos productos más allá del café y el té con lo que su acceso es mucho más amplio. La oferta se diversifica e incluye bebidas deportivas, refrescos, batidos lácteos, tés helados, caramelos o barritas energéticas.
Por lo tanto muchas veces es difícil saber si se está consumiendo o controlar las cantidades ingeridas. Además, muchos de estos productos son opciones poco nutritivas, con grandes cantidades de azúcar añadido y pueden contener otras sustancias estimulantes.
¿A qué edad pueden tomar café los niños?
En general, los niños no deben consumir café en ningún punto de su desarrollo, ya que son muchas las razones para no darles cafeína. Algunos expertos delimitan dosis máximas por kilo de peso.
Sin embargo otros (como la Academia Americana de Pediatría) recomiendan limitarla por completo en los niños menores de 12 años. En este sentido, debe reservarse el consumo de café para los adultos.
9 razones para no darle cafeína a tu niño
Los efectos secundarios negativos para los pequeños derivan no solo del consumo de este compuesto, sino también de los productos en los cuales la ingieren. Ampliamos a continuación cuáles son los principales motivos por los que debería controlarse la cafeína en los niños.
1. Aumenta el riesgo de obesidad
Una de las formas más habituales de tomar cafeína en los niños es a través de los refrescos. Los datos muestran que aquellos que beben uno o más de estos productos al día tienen un 60 % más de probabilidades de padecer obesidad.
Por su parte, un estudio reciente demostró que el consumo de alimentos con cafeína en los niños aumenta la ingesta de azúcares y calorías a la vez que disminuye la de nutrientes clave como las proteínas y la fibra. De esta manera, la cafeína es un marcador importante a considerar en la obesidad infantil.
2. Produce deficiencias nutricionales
Las bebidas con cafeína suelen contener calorías vacías. Es decir, no proporcionan los nutrientes necesarios para un adecuado desarrollo. Mientras que los chicos requieren de una dieta balanceada que incluya proteínas, cereales integrales, frutas y verduras.
Por lo tanto el consumo de gaseosas, refrescos, etc. desplaza el consumo de alimentos positivos y llena el estómago sin aportar nutrientes. De este modo se incrementa la probabilidad de sufrir deficiencias nutricionales. Al mismo tiempo, pueden no recibir el calcio que requieren para desarrollar huesos y dientes sanos y fuertes.
3. Acrecienta la posibilidad de tener caries
Si tu hijo toma demasiadas bebidas con cafeína y azúcar, estará más expuesto a sufrir caries, debido a un debilitamiento dental que trae aparejado una mayor erosión del esmalte, provocada por su acidez.
Una publicación de la revista BMC Obesity demostró el efecto negativo que tienen las bebidas azucaradas en la salud de los niños. Dentro de las principales consecuencias de su consumo destacan el desarrollo de caries dentales y obesidad, así como la probabilidad de presentar resistencia a la insulina.
4. Deshidratación
Otro de los motivos por los que no darle cafeína a tu hijo es que se trata de una sustancia con actividad diurética. Tal efecto aparece por un aumento del filtrado glomerular, según se observa en algunos estudios. De esta manera, en ocasiones puede contribuir a la deshidratación.
De esta manera, los pediatras desaconsejan el consumo excesivo de cafeína como bebida para hidratarse en días calurosos, pues en realidad podría aparecer el efecto contrario.
5. Pérdida de masa ósea
Por su acción como diurético, la cafeína conduce a la pérdida de calcio en el cuerpo a través de la orina según algunas investigaciones. Esto se traduce en una pérdida de masa ósea, ya que también esta sustancia tiende a filtrar el calcio del cuerpo.
Los médicos estiman que por cada 100 miligramos de cafeína, se pueden perder unos 6 miligramos de calcio. No hay que olvidar que este es esencial para el crecimiento óseo en la edad de crecimiento. De hecho, un estudio reciente demostró que el consumo de productos que contienen cafeína también está asociado a una reducción en la absorción intestinal de calcio.
6. Adicción y abstinencia
Otra razón por la cual es mejor no dar cafeína a tu hijo es porque la misma crea dependencia en quienes la ingieren de forma regular. Algunos estudios indican que podría suceder incluso si se toma con moderación. Esta dependencia tiene síntomas semejantes en grandes y chicos: letargo, irritabilidad y dificultad para pensar con claridad.
En consecuencia si se detiene de forma súbita la ingesta de cafeína de los niños es posible que se desencadenen síntomas de abstinencia tales como dolores de cabeza, molestias musculares, depresión de carácter temporal e irritabilidad. Esto se ve acentuado en aquellos menores acostumbrados a consumir grandes cantidades de esta sustancia.
7. Insomnio
Los niños entre 5 y 12 años requieren de, al menos, 11 horas de sueño por día. Sin embargo, la cafeína tiende a aumentar sus niveles de energía durante el día, lo que contribuye a disminuir las horas de sueño necesarias, puesto que esta sustancia dura por lo menos 8 horas en el cuerpo del menor.
8. Hiperactividad y problemas de conducta
Otro motivo para no darle cafeína a los chicos es que podría provocar hiperactividad y problemas de conducta, además de acarrear cierta inquietud e incapacidad para concentrarse. Asimismo, podrían aparecer efectos negativos en las relaciones con los compañeros, en el estudio y en las calificaciones.
En cuanto al comportamiento del menor, es posible percibir la aparición de nervios y ansiedad. De hecho, un estudio publicado en el año 2020 demostró que la ingesta crónica de café o té conduce a un mayor estado de alerta y ansiedad.
9. Riesgo de sobredosis
Esta es una de las consecuencias más extremas de la ingesta de cafeína. Sin embargo, según señalan desde la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente, cada año se tratan algunos casos incluso de menores de edad.
Los principales síntomas de una intoxicación por cafeína pueden incluir vómitos, presión arterial elevada, palpitaciones o problemas del ritmo cardíaco. También podrían aparecer, en menor medida, alucinaciones y desorientación.
Sensibilidad y tolerancia a la cafeína en niños
La sensibilidad a la cafeína no es más que la capacidad que tiene esta sustancia de producir sus efectos a bajas dosis. Esta guarda relación con la cantidad que es necesaria para producir su acción. En general, mientras más pequeña sea una persona, menor será la cantidad de cafeína que se requiera para producir los efectos.
No obstante, esta sensibilidad se ve comprometida por el consumo diario de cafeína, según estudios. En este sentido, las personas que toman café de forma continuan suelen desarrollar un menor sensibilidad, y en ocasiones resistencia a la cafeína.
Por este motivo, mientras mayor se la ingesta de cafeína en los niños, mayor serán los requerimientos para obtener los mismos efectos. Es importante considerar, que los niños son mucho más sensibles que los adultos a esta sustancia y su efecto puede permanecer en el organismo hasta por 6 horas.
Cómo reducir el consumo de cafeína en los niños
La mejor forma de evitar todas las consecuencias negativas de la cafeína en la salud de los más pequeños es intentar retardar al máximo la edad en la que se empiezan a ofrecer todo este tipo de bebidas. Además es imprescindible hacer un uso moderado y no convertirlas en productos de consumo habitual.
Las mejores bebidas para su sustitución son el agua (ya sea normal o aromatizada con frutas y hierbas aromáticas), la leche y los jugos de zumos naturales (también con moderación).
Los refrescos y los tés sin cafeína se pueden ofrecer de forma esporádica. Es importante tener presente que la cafeína puede encontrarse añadida a muchos tipos de productos así que es básico revisar las etiquetas y el listado de ingredientes.
Si tu hijo adolescente tiene ya un hábito de consumo adquirido lo mejor es reducirlo despacio. De lo contrario podrían aparecer dolor de cabeza, depresión, malestar o molestias corporales. Es imprescindible hablar de forma abierta con los adolescentes de los riesgos y beneficios de su consumo.
No darle cafeína a tu niño es lo mejor
Como puedes ver, el consumo de cafeína trae múltiples consecuencias negativas para los pequeños, por lo que lo mejor es no darle esta sustancia a un niño. Es necesario tener en cuenta que, además del café y del té, las gaseosas también contienen grandes cantidades de cafeína, por lo que se debe limitar su consumo.
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