El perfeccionismo es la incapacidad de estar satisfechos con cualquier aspecto, ya sea algo, un comportamiento o una actuación. Los perfeccionistas suelen frustrarse a menudo, además se sienten decepcionados a menudo porque establecen estándares y metas irrazonables. Pero no solo me refiero a los adultos, también esto les ocurre a los niños.
Hay personas que piensan que ser perfeccionista es algo que va innato y aunque es cierto que pueden haber rasgos en la personalidad que puedan hacer que un niño o niña sea más o menos perfeccionista, la realidad es que es algo que se aprende con las experiencia diarias y con la influencia de las personas adultas de referencia. El perfeccionismo en muchas ocasiones es señal de inseguridad.
¿Por qué un niño desarrolla perfeccionismo?
Un niño puede desarrollar el perfeccionismo por varias razones, es necesario que los padres lo tengan en cuenta para evitar que esto ocurra puesto que el perfeccionismo puede acarrear problemas emocionales y sociales a largo plazo a cualquier niño. Algunas de las razones pueden ser:
- Por ganarse el amor de sus padres. Un niño puede llegar a creer que si llega a ser perfecto sus padres le querrán más. En este sentido pueden aparecer sentimientos de competencia con un hermano, con el padre o la madre, con otros niños o un sentimiento de culpa por no sentirse capaces de ser perfectos.
- Para compensar fracasos. Quizá un niño haya tenido problemas en el aprendizaje o en los deportes e intente superare a sí mismo intentando buscar la perfección.
- Por imitar a sus padres. Quizá un niño vea en sus padres que son perfeccionistas e imita este comportamiento para complacerles o porque piensa que es el comportamiento adecuado para poder desarrollarse plenamente.
Señales que un niño es perfeccionista
Es posible que pienses que tu hijo es perfeccionista pero no lo sepas del todo. Si quieres valorarlo, sigue leyendo porque a continuación podrás averiguar algunas señales que delatan este comportamiento:
- Establecen metas altas, quieren ser perfectos.
- No reconocen los resultados positivos si no cumplen con sus expectativas.
- Se siente como un fracasado si no cumple sus estándares.
- Cuando son pequeños es difícil calmarles ante una rabieta cuando algo les sale mal.
- No son capaces de apreciar la experiencia de participar en los juegos, siempre quieren ser los mejores.
¿Es bueno que un niño sea perfeccionista?
Aunque los niños perfeccionistas están muy motivados para lograr buenos resultados no es algo bueno a nivel emocional. Aunque si ellos aprenden a apreciar sus pequeños éxitos, no se privan del placer de realizar una actividad sin importar los resultados, entonces sí puede ser algo positivo.
Los niños perfeccionistas tienen la incapacidad para tolerar errores y esto les hace menos propensos a probar cosas nuevas o a tomar riesgos. Además, un niño perfeccionista que no recibe apoyo y ayuda de sus padres, puede sufrir baja autoestima.
¿Cómo puedes ayudar a un niño perfeccionista?
Lo primero que deberás enseñar a tu hijo es que equivocarse es algo normal y beneficioso para cualquier persona. Los errores pueden ser los mejores maestros y por eso deben ser apreciados. Si nos equivocamos tenemos la oportunidad de aprender y transformarnos nosotros mismos a una versión más completa. Es importante que sigas estos consejos para ayudar a tu hijo en caso de que sea perfeccionista:
- Recordarles a los hijos que se les ama de forma incondicional.
- Céntrate en el proceso más que en el resultado. Elogia el esfuerzo, la creatividad, la paciencia, trabajar bien con los demás, etc.
- Ayúdale a manejar la decepción y enséñale que lo perfecto no tiene que ser mejor.
- Ayúdale a establecer metas realistas y que después se centre en lo que salió bien y lo que no tan bien para poder aprender y mejorar.
- Sé un buen modelo a seguir, reconoce tus errores y tus fracasos como algo natural de la vida para aprender el mejor camino hacia el éxito.
Es necesario que los padres apoyen a sus hijos para que se den cuenta de que la vida no es una competición para ser mejor o peor, que la vida está para vivirla, para aprender cosas nuevas y sobre todo para disfrutar de lo que se hace en compañía de las personas que más queremos. ¿Tu hijo es un perfeccionista?
Bibliografía
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- Oros, L. B. (2005). Implicaciones del perfeccionismo infantil sobre el bienestar psicológico: Orientaciones para el diagnóstico y la práctica clínica. Anales de Psicología/Annals of Psychology, 21(2), 294-303. https://revistas.um.es/analesps/article/view/26951
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