Muchas veces, se manifiestan lesiones en la piel de los pequeños en forma de burbujas que suelen ser muy molestas e irritantes. Por fortuna, en la mayoría de los casos no son para alarmarse; al seguir un sencillo plan de acción para curar las ampollas de los niños, con certeza daremos fin a este problema.
¿Qué son las ampollas y por qué salen?
Una ampolla es una burbuja de agua que brota en la piel a causa de fricciones, alergias o quemaduras. La mayoría de las veces no son peligrosas; suelen ser pequeñas con fluidos limpios y transparentes. Esta herida se manifiesta en la capa superior de la piel y se cura sola si no se le manipula.
En ocasiones, estas molestas burbujas aparecen cuando la piel es friccionada hasta romperla. Por ejemplo, cuando al niño le queda muy apretado un zapato.
También pueden surgir si sufre una severa quemadura por un liquido muy caliente, algún producto químico o la exposición por varias horas al sol. Otras causas son la congelación, los eccemas, las reacciones alérgicas y las infecciones virales, como la varicela zoster.
¿Cómo curar las ampollas de los niños?
En primer lugar, hay que evitar a toda costa que la ampolla se convierta en una infección. Para ello, debemos actuar con rapidez y eficacia.
Existen comentarios contradictorios acerca de cómo aliviar este percance. Hay quienes afirman que lo más recomendable es sacar el líquido, con el fin de aliviar la superficie y evitar males posteriores; otros opinan todo lo contrario.
Para hacerle frente a las ampollas, podemos extraer la piel sobrante con unas tijeras punta roma desinfectadas con alcohol; esto no sera doloroso para el pequeño. La lesión se debe lavar cuidadosamente con suero fisiológico, que lo limpiará en profundidad y ayudará a que la piel se regenere adecuadamente.
Si, por el contrario, no se desea levantar la piel de la ampolla, podemos desinfectar muy bien la superficie igualmente con suero fisiológico. En ambos casos, es recomendable cubrir la ampolla con una gasa o venda adhesiva para evitar cualquier roce.
Si se ha producido una infección, la cual se hace evidente cuando se observan venas rojas que van hacia la zona afectada, lo mejor es aplicar una crema antibiótica. Si la lesión no muestra mejoras en uno o dos días, debemos ir al medico.
Para terminar de curar las ampollas de los niños, es necesario que los padres estén muy pendientes de la evolución de estas; normalmente, se curan al cabo de unos días por sí solas. La piel se rompe, se seca y se cae para dar inicio a una nueva. Ese es el trayecto correcto que completa esta patología.
Remedios caseros para curar las ampollas
Muchas veces los consejos de las abuelas suelen ser los más adecuados y efectivos para curar las ampollas de los niños. Por medio de fáciles recetas, podemos encontrar un sinfín de posibilidades para aliviar esas molestas burbujas. Algunas de ellas son:
Agua con sal
Basta con verter sobre el área afectada un poco de agua tibia con sal. Esto ayuda a limpiar la herida y mantenerla lejos de posibles infecciones. Asimismo, estimula la circulación y acelera el proceso de renovación de la piel.
Ajo
Este puerro silvestre ha sido utilizado con fines medicinales durante muchos siglos, dado que posee propiedades antibacterianas y es un activante celular efectivo. Para aplicarlo en una ampolla, hay que frotar un diente pelado sobre la zona a tratar.
“Es necesario que los padres estén muy pendientes de la evolución de las ampollas; normalmente, se curan al cabo de unos días por sí solas”
Aloe vera
La sábila es uno de los remedios naturales más eficaces y recomendados por sus propiedades cicatrizantes. Penetra fácilmente en la piel y sus contenidos hidratantes aceleran la curación y reducen la inflamación de la ampolla.
Para disfrutar de sus beneficios, debemos cortar la hoja de la planta de manera transversal, dejar que drene el yodo y aplicar sobre la herida el gel acuoso transparente del cristal.
Vinagre de manzana
Este producto es utilizado como antibiótico y cicatrizante, ya que limpia efectivamente las heridas y elimina las bacterias. Debido al poder antiséptico que contiene el ácido acético, ayuda a prevenir la infección en las ampollas. Antes de aplicarlo sobre la herida, es necesario diluirlo con agua para evitar irritaciones.
Harina de maíz
Puede ser útil en el caso de que se haya reventado la ampolla. Con este ingrediente común en nuestras cocinas, podemos elaborar una pomada muy eficaz.
Para ello, debemos tener a la mano una cucharada de harina de maíz y una de miel. Ambos ingredientes se mezclan hasta formar una pasta y se aplica en la zona afectada.
Más allá de la utilidad de estas soluciones, siempre es mejor la prevención que un tratamiento. Es por ello que debemos determinar a la brevedad cuál fue el factor que ocasionó la ampolla y evitar que se repita.
Para finalizar, recuerda que estas alternativas caseras te ayudarán a curar las ampollas de los niños fácilmente en caso de que no cuentes con un botiquín de primeros auxilios surtido para tratar esta lesión.
Si notas que no hay una mejoría importante a corto plazo, puede que te encuentres ante algo más complejo, por lo que es imprescindible la visita al médico. Nunca automediques a tus pequeños.