¿Quién no recuerda al elefante Babar de la serie de dibujos animados de su infancia? Este personaje ha alegrado la infancia de varias generaciones con sus historias llenas de ternura, reflexiones y diversión. Ahora bien, el famoso rey Babar ya cuenta con más de ochenta años de edad.
Así es, este adorable elefante es el protagonista del libro L’histoire de Babar, le petit éléphant, que se publicó por primera vez en el año 1931, en Francia. Fue escrito por Jean de Brunhoff, un famoso ilustrador y escritor de literatura infantil.
Gracias a la gran recepción que tuvo la historia de Babar, el texto se tradujo a muchos idiomas y, poco a poco, se hizo lugar entre los personajes más queridos por los niños de todo el mundo. En especial, después de la Segunda Guerra Mundial.
La inspiración
La idea que dio vida a Babar surge de un lindo hábito familiar de la familia Bruhnoff. Todas las noches, la esposa de Jean contaba a sus dos hijos historias para ayudarles a dormir y estas sirvieron como musa para crear todo el universo que gira en torno a Babar.
La trama de la vida de Babar comienza cuando debe huir del cazador que había matado a su madre. Para no ser encontrado, abandona su hogar y se dirige hacia la gran ciudad. Una vez allí se viste con ropas humanas y aprendía a comportarse de una forma civilizada. Después de un tiempo, Babar consigue volver a su selva y es coronado como el rey de los elefantes.
Encantados con la fascinante vida del elefante, los dos niños de Bruhnoff le pidieron a su padre que les ilustrase el cuento para poder tenerlo con ellos. Y así fue como surgieron las primeras imágenes de Babar.
El inicio de la historia del elefante Babar
El éxito de Babar fue casi instantáneo, puesto que era muy llamativo a nivel visual. ¿Quién había visto antes un elefante ataviado con un traje verde y una corona? Además, las ilustraciones de los paisajes y del resto de los personajes resultaba adorable. L’ histoire de Babar fue la serie ilustrada más extensa hasta ese momento.
Los cuentos de Babar no poseen un conflicto principal de principio a fin, sino que se enfocan más bien en los giros que se producen a lo largo del camino en cada aventura. Esto brinda una belleza no solo visual sino también emocional.
En el año 1937 y después de haber escrito 7 de los libros del popular personaje, Laurent de Brunhoff, su creador, fallece a los 37 años de edad por tuberculosis. Sin embargo, su hijo Laurent, no se olvidó de Babar.
A la edad de 20 años, Laurent continuó dándole vida a todos los personajes y aún hoy, a sus 92 años, sigue cuidando del legado de su padre.
El salto de los dibujos animados al cine
El éxito internacional del elefante Babar no quedó en el papel de los libros. Los dibujos animados del personaje debutaron a finales de los años cincuenta en la pantalla chica e, incluso, se consiguió realizar un largometraje en la década de los ochenta.
Esta historia se retrató en una serie de 78 capítulos en los años de 1989 y 1991, en donde el Rey Babar vive en Francia junto a su esposa Celeste y, en cada capítulo le cuenta a sus hijos sobre el pasado y sus aventuras.
Antes de su salto a la gran pantalla, Babar ya contaba con una obra musical, formada por una pieza para narrador y dos pianos; creada por el compositor francés Francis Poulenc.
El origen de esta partitura que lleva por título L’ histoire de Babar, le petit éléphant se remonta al verano de 1940 cuando improvisaba al piano, y una niña pequeña le pidió que tocara la canción del cuento que estaban leyendo.
Alimenta la imaginación en los niños
La historia de Babar es ideal tanto para iniciarse en la lectura como para fomentarla. La narración está muy bien equilibrada por las ilustraciones y no deja espacios en blanco. Y lo más valioso es que las historias hablan de felicidad como estilo de vida y no como meta. También trata de cómo mantener un buen ánimo, incluso en las dificultades y por qué es importante procurar salir siempre adelante.
Por supuesto, es un cuento perfecto para utilizar en aulas de clase, ya que, no solo cuenta con una historia entretenida para disfrutar a través de la lectura sino que ofrece, a su vez, imágenes con las que los niños pueden identificarse y recrear su imaginación.