Una vez que el pequeño llega, las madres se mueren de ganas por disfrutar de hermosas tardes de paseo juntos. Además, siempre es agradable salir a visitar a abuelos, tíos o amigos con el nuevo integrante de la familia. En ese momento, una duda frecuente es cuándo conviene empezar a salir de casa con el bebé.
El sistema inmunológico de los bebés todavía está en desarrollo. Por ese motivo, y sobre todo en las primeras semanas de vida pueden estar más expuestos a los microorganismos nocivos que habitan el mundo exterior.
Conscientes de esta falta de maduración, las mamás suelen ser precavidas al momento de decidirse a salir a dar un paseo con el bebé. Por lo general, en estos primeros días, ellas no abandonan la casa con el pequeño, a no ser que deban ir al médico.
El momento recomendado para empezar a salir de casa con el bebé es una duda muy frecuente en los consultorios de los pediatras. A continuación, te explicamos algunas consideraciones importantes con respecto a este tema.
¿Cuándo se puede empezar a salir de casa con el bebé?
A pesar de que hay voces disidentes en este tema, los bebés suelen estar aptos para salir a pasear desde el primer día en el que dejan la clínica donde nacieron. Esto, por supuesto, es válido siempre y cuando no haya una expresa recomendación del profesional que indique lo contrario.
Se trata de una actividad sumamente beneficiosa, aunque no necesaria, para ambos. Si la madre se siente encerrada o agobiada y precisa tomar aire puro, un pequeño paseo es la mejor alternativa. En tanto, para el bebé también será positivo tomar aire fresco y tener cierto contacto con el mundo exterior. Al volver, notarás que estará más tranquilo y apacible.
Elegir el ambiente adecuado para el bebé
Lo mejor para empezar a salir de casa con el bebé es optar por ambientes abiertos y con poco ruido. De lo contrario, el pequeño podría verse alterado, sobre todo por los ruidos o si hay mucha gente hablando a su alrededor. Por lo tanto, no los lleves de compras.
El humo de cigarrillo también debe evitarse a toda costa. Asimismo, debes ser muy precavida con las condiciones climáticas. En este sentido, se deben evitar los días fríos o ventosos y, lógicamente, también los de lluvia.
Duración de la caminata
Más allá de la recomendación de sacarlo de casa por un paseo, no es saludable para el bebé pasarse todo el día de aquí para allá. Es preferible realizar caminatas cortas y en horarios en los que el sol no sea tan fuerte. Recuerda también que la mamá puede sentirse cansada rápidamente. La inactividad de tantos meses, sumada al peso del coche y el bolso pueden hacer de un paseo demasiado largo una actividad poco disfrutable.
“Siempre y cuando no haya una recomendación del pediatra que indique lo contrario, los bebés suelen estar aptos para salir a pasear desde el primer día en el que dejan la clínica donde nacieron”
Lleva los elementos que hagan falta
Que lo saques a pasear no quiere decir que el bebé suspenderá sus necesidades básicas; por cierto, en los primeros días de vida, lo único que hará será dormir, comer y ensuciar pañales. Por lo tanto, recuerda colocar todo lo necesario en tu bolso: biberón, una manta, toalla, ropa de abrigo y pañales no pueden faltar. De todos modos, no puedes cambiar al bebé en cualquier lugar.
Si hay un baño público cerca o puedes acceder al sanitario de una tienda, hazlo. Si no es una alternativa viable, lo mejor es volver a casa cuanto antes.
Precauciones para empezar a salir de casa con el bebé
En los primeros seis meses, el bebé no debe quedar expuesto a los rayos solares. Si decides empezar a salir de casa con el bebé, asegúrate de hacerlo en un horario de sol moderado, además de tomar el recaudo de colocar la capota del coche y taparlo con una manta si le da la luz solar de manera directa.
Por otro lado, ten cuidado también con las picaduras de insectos. Como no es posible aplicar repelente sobre su piel, lo más aconsejable es mantenerlo cubierto durante todo el trayecto. Ten cuidado de no abrigarlo demasiado: por lo general, los bebés necesitan una prenda más de la que llevan los adultos para no sentir frío.
Finalmente, no debes olvidar que no solo el mundo exterior representa una posible amenaza para la salud del bebé. Debes evitar que tenga contacto con personas enfermas y, además, procura que tanto tú como los demás familiares o amigos que se acerquen a él tengan las manos limpias antes de tocarlo.
Si bien la idea no es volverse una obsesiva de la higiene, toda madre debe ser consciente de la delicadeza de la salud de los pequeños. Una vez que tengas el visto bueno para empezar a salir de casa con el bebé, podrás estar más relajada y tranquila de que su cuerpo está listo para afrontar el contacto con gérmenes y bacterias.