Por lo general es el malo, pero hay sus excepciones. La figura del lobo en los cuentos infantiles ha tenido un protagonismo indiscutible a lo largo de la historia. Este villano forma parte de la tradición narrativa de distintos países. Caperucita Roja, El lobo y los siete cabritillos, Los tres cerditos o Pedro y el lobo son muestras de cuentos que lo tienen como el malo de la historia, ese que siempre recibe un escarmiento.
No solo en los libros, pues muchos de ellos han sido llevados al cine, donde la figura del lobo sigue presente. Dibujos animados como el Correcaminos hacen gala de la maldad de un personaje que termina haciéndose con una parte importante de la trama.
La figura del lobo en los cuentos infantiles: el antagonista
La figura del lobo en los cuentos infantiles está asociada al ataque a corderos y ovejas, pero también al hombre. Su presencia infunde un temor inspirado en la tradición oral que lo relaciona con peligro, maldad, traición y desconfianza.
Los campesinos de pueblos pequeños, que tenían en el lobo la principal amenaza a sus rebaños, crearon historias. En sus largas horas de pastoreo habían acumulado temores. El miedo a aventurarse en bosques y ser devorados por manadas de lobos hambrientos es uno de ellos.
Hacer del lobo el malo de la historia no era, por tanto, complicado. Al mismo tiempo, las narraciones permitían advertir sobre los peligros del campo y la necesidad de respetar las normas. Los cuentos infantiles proceden de esa larga tradición oral. Ellos estimulan la imaginación del niño y transmiten mensajes importantes, como no relacionarse con extraños. Las fábulas de Esopo, cortas y entretenidas, dan lecciones sobre honestidad y solidaridad.
El malo siempre pierde, como el lobo en los cuentos infantiles
En Los tres cerditos, el lobo ataca cada una de las casas que construyeron los cerditos para protegerse de su maldad. Logra destruir la de paja y la de madera, con soplidos y resoplidos, pero no la de ladrillos. Cuando intenta entrar por la chimenea es recibido con un recipiente de agua hirviendo. El lobo huye sin comerse a ninguno de los tres protagonistas.
- En Caperucita Roja, el lobo se come a la abuelita e intenta hacer lo mismo con la niña. Un cazador se lo impide y hace que termine con la barriga llena de piedras en el fondo de un río.
- En El lobo y los siete cabritillos, el villano engaña a siete pequeñas cabras que estaban solas en su casa. A seis de ellas se las logró comer, pero la última huye y le cuenta a su madre lo sucedido. De inmediato, la madre fue a buscarlo al bosque, donde lo encuentra dormido. Le abre la barriga, saca a sus seis hijas y le llena el estómago de piedras. Cuando al despertarse el lobo se acerca a un río para beber agua, cae al mismo por el peso de las rocas y se ahoga.
- En Pedro y el lobo, un pequeño pastor se burlaba de la gente que llegaba a ayudarlo cuando gritaba “¡que viene el lobo!”. Tanto lo hizo que cuando el animal de verdad llegó, nadie le creyó.
La historia del lobo bueno
Algunas historias modernas han cambiado el rol del lobo, de malo a bueno. Estos personajes ya forman parte de la cultura de los niños. En la historia de Los tres cerditos de Jon Scieszka, el lobo lo que quería era hacerle una tarta de cumpleaños a su abuelita. Buscando la taza de azúcar que le faltaba, llegó a la casita de paja y a la de madera, que se cayeron solas.
Los dos ocupantes de la casa murieron, y ante esto el lobo se los comió para no dejar que el alimento se perdiera. Cuando llegó a la de ladrillos, se molestó porque el cerdito insultó a su abuela. Así, intentó meterse en la casa, pero en ese momento llegó la policía y lo detuvo.
Otro de los grandes éxitos: El libro de la selva
Joseph Rudyard Kipling, autor de El libro de la selva, dio otra imagen de la figura del lobo en los cuentos infantiles. Mowgli, el protagonista, es acogido por una manada de lobos tras ser abandonado en la jungla. Lo cobijaron una madre ferozmente protectora y el macho alfa del grupo.
Ellos lograron que el niño fuera capaz de enfrentarse por sí mismo a los peligros de la selva. La figura del lobo en los cuentos infantiles ha tenido un lugar privilegiado. Sea buen o malo, este personaje ha permitido transmitir mensajes que enseñan a los niños interesantes lecciones.