No tengas miedo de decir “no” a tus hijos si lo que quieren no es lo que necesitan

decir no a tus hijos

A veces es necesario decirle que no a tus hijos; sobre todo cuando quieren hacer una actividad que no les conviene, y eso quiere decir que los padres deben medir cuándo su hijo quiere hacer una actividad peligrosa o que los perjudica de alguna manera y decidir si ceder o no a sus caprichos.

Aprender a decir no oportunamente, puede prevenir a tus hijos de muchas malas experiencias. Aprender a decir que no requiere de una actitud equilibrada, la cual te ayudará a que no caigas en una actitud tiránica sino que te invita a que practiques una autoridad sana, además de eficaz y a fomentar la felicidad familiar.

Aprender a decir no a tus hijos –sobre todo cuando lo que quieren no es lo que necesitan- te ayudará a dosificar tu autoridad, con el propósito de corregir alguna conducta y prevenir alguna dificultad que puedas tener a la hora de educarlos e inculcarle valores fundamentales. Con el tiempo descubrirás que, aunque suene contradictorio, en muchas ocasiones, cuando un padre le dice que no a su hijo lo está ayudando a sentirse más feliz.

Un buen padre disciplina a quienes ama

-Proverbio Bíblico-

Esto es así, porque un niño que tiene límites claros y bien definidos vive mucho más feliz que, por ejemplo, un niño que intenta convencer a sus padres manipulándolos; pues aunque a veces nos resulte increíble, en ocasiones, los niños pueden ser mucho más hábiles emocionalmente que los adultos y saben perfectamente cómo deben comportarse para alterar emocionalmente a sus padres y finalmente conseguir aquello que tanto desean, lo cual se puede evitar aprendiendo a decir que no.

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Aprende a decir no y a dejar el miedo

Para dejar atrás el miedo de decirle no a nuestros hijos es necesario que tengas claro que tu único objetivo es ayudarle. Aunque a corto plazo no lo parezca, tener siempre claro eso, te ayudará a decirle que no cuando lo necesite.

Saber decir no, con buena cara, sin sentirse mal y con la firmeza necesaria, puede resultar costoso, pero se puede lograr. Hacerlo, solo requiere de paciencia y firmeza. Ciertamente, muchos niños se sienten frustrados, molestos e incluso se muestran iracundos cuando su papá y  su mamá le dicen que no haga esto o aquello; y es una reacción natural, pues todos nos frustra que nos digan que no a algo que queremos.

Al principio, llorará porque no lo dejan hacer lo que quiere. Incluso, algunos harán de todo para conseguir lo que quieren: gritarán, llorarán, tirarán cosas, pagarán e insultarán, pero en esos momentos es cuando debes hacer gala de tu madurez para no dejarte manipular.

Justo por esa circunstancia tan incómoda que resultan las pataletas, a veces es difícil para algunos padres decirle que no a sus hijos -y mantener ese no- cuando el niño empieza a comportarse inadecuadamente.

También muchos padres se sienten crueles por dejar al niño llorar y no ceder ante sus exigencias. No obstante, si ceden le están demostrando al niño que si llora y arma un escándalo, su papá o su mamá terminarán dándole lo que desea, y esto es un error tan común como grave.

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Deja el miedo a los berrinches del niño

Cuando los padres son firmes, y abandonan el miedo de decirles que no a sus hijos, les demuestran a sus hijos que el chantaje emocional y los malos comportamientos no son la mejor manera de obtener las cosas. También es necesario que como madre o padre entiendas que si le enseñas a conseguir todo lo que desean y de manera inmediata le estás haciendo un flaco favor al niño, pues cuando sea adulto verá que las cosas no funcionan así, que es necesario esforzarse para obtenerlas.

Por eso, ser firme es otra virtud que debes cultivar como padre. No debes tener miedo a la confrontación con el niño. Ten presente que cuando el niño llora o hace una pataleta solo está probando hasta dónde puede llegar.  Trata de que tus emociones estén contenidas y equilibradas y muestra indiferencia ante esas conductas, pues así el niño empezará a tranquilizarse.

Tienes que aprender que mantener la calma es una regla de oro cuando se trata de crianza. A veces es difícil, pero es una virtud que todos los padres deben cultivar. Es muy importante que cuando le digas que no al niño lo hagas con firmeza y seguridad, pero también con serenidad y calma. No debes gritarle ni mostrarte alterada.

Lo ideal es que preparemos a nuestros hijos para que sean personas resilientes, que sean capaces de tolerar la frustración y demorar la gratificación, por eso es muy importante aprender a decir no cuando es necesario.

Piensa que muchas veces ese “no” hace crecer a tus hijos. La práctica te hará un maestro y poco a poco verás cuál es la mejor manera para manejar las situaciones y decirle que no a tus hijos cuando se trata de su bien.

 

 

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