Vivificación: el primer movimiento de tu bebé

¿Sabías que tu bebé empieza a moverse antes de nacer? Sí, eso es lo que se conoce como vivificación. Conoce en este artículo cuáles son sus características y cómo disfrutar el proceso.

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Desde que conocemos de nuestro embarazo, en cualquier momento creemos sentir el movimiento del bebé. Sin embargo, los expertos aseguran que no es sino a partir de la semana 13 cuando se produce el fenómeno de la vivificación. La vivificación es el conjunto de movimientos que produce el feto en el vientre materno.


Al principio, no son movimientos bruscos, sino un pequeño hormigueo casi imperceptible. Es posible que los primeros movimientos no puedan diferenciarse de los gases; pero pronto las madres lo descubren. El feto comenzará a moverse cada vez con más fuerza y con cierto patrón.

Los bebés deben moverse todos los días, pero las primerizas tardan un poco en notarlo. Ya para un segundo embarazo, es más sencillo identificar lo que sucede. Quien es madre por primera vez puede notar la vivificación incluso hasta la semana 20.

Sin embargo, todos los embarazos son diferentes y cada mujer puede tener una percepción particular. El rango de tiempo en el cual se pueden notar los primeros movimientos del bebé, van entre las 13 y las 25 semanas.

¿Por qué se produce la vivificación?


El desarrollo del feto no se detiene desde el momento de la concepción, sin embargo, mientras hablamos de un pequeño embrión no hay muchas señales de vida. Es por ello que después de un tiempo desarrollándose, comienza a dar muestras de estar vivo.

Como cuando despertamos lentamente, el feto se estirará y flexionará sus pequeños miembros. Entendemos que los primeros movimientos son ligeros porque aún es un ser minúsculo, cuyas partes del cuerpo no se definen bien.

Por lo tanto, a lo largo del embarazo son más nítidas las acciones que ejecutan, tales como patadas o puñetazos. De igual manera, se encontrará más robusto como para golpear con más fuerza.

Con el tiempo las madres pueden interactuar con sus hijos en el vientre, porque ellos pueden reaccionar a nuestros movimientos. Quizá nuestra posición le incomode, entonces nos lo haga saber con un movimiento. En ocasiones, los alimentos que consumes alteran al bebé, razón por la cual se moverá más.

Nuestras emociones también pueden provocar la actividad del bebé o la falta de esta. Algunos expertos consideran que cuando el bebé está quieto en el vientre es porque está asustado, quizá la mamá esté más activa. Lo contrario sucede cuando se  mueve mucho, pues lo hace porque la mamá está relajada y quieta.

Pese a que las causas de que ocurra la vivificación son variadas, la razón básica es que el feto está vivo y se manifiesta. Es totalmente normal que comience a moverse, por el contrario, que no se mueva debería preocuparnos. Aun así, no todos los embarazos son iguales.

Después de la vivificación, ¿cuánto se mueve el bebé?

Como hemos dicho anteriormente, el feto se mueve por distintas causas. Lo notaremos cada vez con más regularidad y fuerza. Después de haber sentido sus primeros movimientos, entonces quizá los notemos todos los demás.

A partir del tercer trimestre se puede identificar un patrón, el cual solo podremos notar si hacemos un seguimiento. Él se moverá todos los días, quizá a la misma hora o según algún estímulo en particular, por ejemplo, la comida de mamá. En ese sentido, muchas madres aseguran que sus bebés se vuelven más activos mientras ellas intentan descansar.

A diario podemos notar sus movimientos de manera regular, sin embargo, no es algo estático. Es decir, ellos pueden moverse cuando lo necesiten, aun si está fuera del patrón. De igual modo, a partir del tercer trimestre todo puede cambiar, porque es un bebé más grande y el útero se va haciendo pequeño para él.

Es importante hacer un seguimiento de sus movimientos, concientizarnos un poco de que lo hemos sentido a diario. Si fuera el caso y disminuye la frecuencia de su actividad, entonces quizá sea necesario consultarlo con tu médico. La idea es que el feto se mueva unas 10 veces en un período de dos horas, cuenta las patadas y anota cualquier cambio.

A partir de la semana 28, seguir el movimiento del bebé es imprescindible. No solo contribuye a detectar potenciales problemas, sino que además es un momento irrepetible. La vivificación y las siguientes señales de vida de tu bebé, son un privilegio de toda madre. Aprovecha para conectarte con él y disfruta esta etapa con conciencia.

 

 

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