¡Cómo no asustarte si notas que tu bebé que recién comenzó a comer nuevos alimentos se puso amarillo! Lo primero que debes hacer es llevarlo a su médico para que descarte la causa. Si te dice que lo que tiene es una carotenemia, pues ¡tranquila! Deja el susto a un lado. Es que comió muchos pigmentos naturales y los acumuló en su piel. Y, salvo el cambio del color, no es del todo malo.
Te cuento que, el color de una amplia variedad de los vegetales amarillos o anaranjados que introduces en la alimentación del bebé, está dado por los carotenoides. De allí el nombre de la condición médica.
Pero, ¿cuándo se puede presentar?, ¿cómo actuar?, ¿cómo diferenciarla de otras afecciones?, ¿cuál es su tratamiento?, entre otras dudas, te las vamos a aclarar a lo largo de este artículo.
¿Qué es la carotenemia?
Una revisión publicada en la revista Clinical Nutrition ESPEN define la «carotenemia» o «carotenosis», como una condición médica benigna que se caracteriza por un cambio de color amarillento de la piel debido a un exceso de los pigmentos carotenoides en la dieta, o por un alto consumo de suplementos de betacarotenos (más de 30 miligramos por día).
Aunque es raro que ocurra, es más frecuente que aparezca en bebés y niños pequeños, ya que están más propensos a consumir alimentos ricos en carotenoides cuando inician la alimentación complementaria.
Sin embargo, desaparece por sí sola cuando se disminuyen los carotenos de la dieta o cuando se incluyen otros alimentos. El Tufts Medical Center Community Care comenta que es poco probable que se prolongue más allá de los 3 años de edad.
¿Por qué se da?
Como ya se mencionó, la causa más común es por un consumo frecuente de algunos vegetales y frutas ricos en carotenoides, que se distinguen por su color amarillo o anaranjado. Algunos vegetales verdes intensos también contienen carotenos.
La organización Dermnet explica que, cuando a un bebé se le dan alimentos ricos en carotenoides, sus componentes se utilizan para las funciones del cuerpo y sus metabolitos se eliminan por la orina, las heces, el sebo y el sudor. Los carotenos se disuelven en la grasa, por eso, al consumirlos en exceso, se acumulan en el tejido graso de la piel y le dan un tono amarillo característico.
Así mismo, en un caso publicado en Archivos Argentinos de Pediatría, se observó que los carotenos se concentran en la zona engrosada más superficial de la epidermis, que es rica en lípidos y en áreas donde abundan glándulas sudoríparas.
La coloración aparece en palmas y plantas de los pies, en los pliegues nasolabiales, la punta de la nariz, los nudillos y detrás de las orejas.
¿Cuánto carotenoide hay que ingerir para que aparezca el color amarillento en la piel?
No hay consenso sobre la cantidad necesaria para producir la carotenemia. Sin embargo, los expertos de StatPearls señalan que 30 miligramos al día durante un período prolongado puede producirla.
En Archivos Argentinos de Pediatría señalan que la piel amarilla en los bebés por la alimentación aparece cuando los valores de carotenoides superan los 250 miligramos por decilitro en la sangre.
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¿Cuáles alimentos aportan más carotenoides para el bebé?
Para aclarar, los carotenoides son necesarios en la alimentación del bebé. Así como se explica en un estudio publicado en la revista Journal of Natural Medicine, los carotenoides actúan como antioxidantes para el cuerpo y algunos se convierten en vitamina A, como los betacarotenos. Además, las xantofilas, como la luteína y zeaxantina, participan en la salud visual.
Las principales fuentes de carotenoides para la dieta del bebé son las zanahorias, las calabazas, el maíz, la yema de huevo, las batatas, los melocotones, las espinacas, los mangos, las naranjas, las papayas, las acelgas, los lácteos, entre otros.
A esto, hay que sumarle que, la forma cómo se preparan las verduras o las frutas favorece, o no, la disponibilidad del carotenoide durante la digestión. Por ejemplo, para hacer un puré para el bebé, hay que cocinar y luego triturar el alimento. Esto permite una mayor salida de los carotenoides al exterior del tejido vegetal, haciéndose más disponibles para su absorción.
La organización Leche League International también comenta que la piel amarilla en los bebés podría aparecer durante la lactancia materna exclusiva. Esto es porque los valores de carotenoides pueden aumentar en la leche de acuerdo a la dieta de la madre.
¿Cómo actuar ante una carotenemia?
Al notar que el bebé presenta una tonalidad amarillenta, lo primero que debemos hacer es dirigirnos al médico pediatra para confirmar el diagnóstico de carotenemia. En la mayoría de los casos, no hay un tratamiento específico y la condición desaparecerá a medida que se reduce el consumo de los alimentos ricos en carotenoides.
Pero cuidado, no se debe llegar al extremo de eliminarlos por completo de la dieta, pues son de las fuentes más importantes de vitamina A. Un plan de alimentación equilibrado y saludable mantendrá todos los nutrientes necesarios para el bebé.
¿Cuál es el tratamiento?
Como hemos visto, la carotenemia es una condición benigna de la que hay que ocuparse y no preocuparse. Es probable que el pediatra decida orientarlo con el nutricionista para redireccionar la dieta, que de seguro está excesiva en vegetales y frutas con carotenoides.
Es importante que la dieta del bebé sea lo más variada posible, sin descartar los alimentos de colores cada semana. Por ejemplo, no te olvides de las papillas a base de cereales, puré de aguacate, frijoles, lentejas, garbanzos y otras legumbres, bien cocidas y tipo puré.
Se trata también de tener paciencia para que los niveles de carotenos regresen a la normalidad y poco a poco el color de la piel adquiera su tonalidad natural. Según la doctora Patricia García de la Facultad de Medicina de la Universidad de Connecticut, como los carotenos se unen a las grasas, la piel puede tardar varias semanas o meses en adquirir su color natural.
¿Cómo saber que se trata de carotenemia y no de otra afección?
La piel amarilla en el bebé se puede confundir con la ictericia, lo que muchas veces conlleva a pruebas innecesarias. En la ictericia, la piel amarilla del bebé está dada por un exceso de bilirrubina en la sangre. Además, en un caso publicado en la revista Cureus se describe que la pigmentación también aparece en los ojos del bebé y en la cavidad oral. No así, en la carotenemia.
Con estas características es posible que no se requieran otros exámenes físicos para diagnosticarla. Sin embargo, es posible que se soliciten algunos exámenes de sangre para descartar otras condiciones de salud.
Aunque son menos frecuentes, otras causas de carotenemia son publicadas por The University of Chicago. Los trastornos hereditarios que impiden la conversión de los carotenos en vitamina A, la diabetes, las enfermedades del hígado y del riñón, bajos niveles de tiroides en la sangre y la anorexia, pueden cursar con este trastorno.
Una vez que el pediatra tenga el diagnóstico de la piel amarilla del bebé por la alimentación, brindará la orientación sobre cómo manejar la situación y podrá guiarlo con el nutricionista.
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La buena noticia
No tienes que preocuparte por la carotenemia. Sigue las instrucciones, ve al médico y luego sigue las orientaciones del nutricionista. Asegúrate que no estés dando exceso de alimentos amarillos, anaranjados o incluso hojas muy verdes como la espinaca y las acelgas.
De ser así, reduce las cantidades en su dieta y comienza a introducir otros alimentos. Esto le dará más variedad e irá probando nuevos sabores. Pero recuerda, no retires los vegetales de colores intensos, solo disminuye su frecuencia en la dieta. Los carotenoides son necesarios para el crecimiento y la salud del bebé.
Bibliografía
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