Bilirrubina alta en bebés: lo que debes saber

La bilirrubina alta, en la mayoría de los casos, es leve y se resuelve por sí sola. Sin embargo, algunos casos evolucionan con complicaciones.
Bilirrubina alta en bebés: lo que debes saber
Laura Herrera

Revisado y aprobado por la médica Laura Herrera.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 14 julio, 2023

La bilirrubina alta es la causa más común de coloración amarillenta en la piel y la mucosa de los bebés. A este fenómeno se le denomina ictericia y suele aparecer durante los primeros días de vida. A continuación, te contamos todo lo que debes saber de esta condición.

La ictericia y los niveles elevados de bilirrubina en sangre, o hiperbilirrubinemia, está íntimamente relacionados. En general, la bilirrubina es un pigmento que se forma de la degradación de los glóbulos rojos, se metaboliza en el hígado y es excretada en las heces o la orina. No obstante, el exceso de bilirrubina puede acumularse en la piel y la mucosa, produciendo un tinte amarillo.

En la mayoría de los niños, la hiperbilirrubinemia se debe a la inmadurez del hígado. Esta última es leve y mejora de manera espontánea. No obstante, algunos casos están asociados a enfermedades de mayor gravedad, por lo que requieren atención oportuna.

¿Por qué se produce la hiperbilirrubinemia?

Como ya se mencionó, la bilirrubina es una molécula que se obtiene del metabolismo de la hemoglobina que está contenida en los glóbulos rojos. Los niveles normales en recién nacidos a término se ubican por debajo de 5 mg/dl, según un estudio de la revista Investigación Clínica. Cuando la concentración sérica supera este rango, hablamos de hiperbilirrubinemia.

En el cuerpo humano existen 2 tipos de bilirrubina: la indirecta y la directa. En este sentido, la forma indirecta o no conjugada, es la bilirrubina antes de ser metabolizada por el hígado. Por otro lado, la bilirrubina directa o conjugada es el producto hepático que se excreta en la bilis. La elevación de cualquiera de los 2 tipos de bilirrubina puede provocar ictericia, según una publicación de Stat Pearls.

Por lo general, la hiperbilirrubinemia se produce por tres mecanismos básicos. En primer lugar, por un aumento en la producción de bilirrubina, en especial por un incremento en la destrucción de los glóbulos rojos. En segundo lugar, por un fracaso en la metabolización hepática. Por último, asociado a problemas en la excreción de la bilirrubina en las heces.

Causas de la bilirrubina alta en los bebés

La bilirrubina alta es una condición multifactorial que se presenta en niños y adultos. De acuerdo con un publicación de Stat Pearls, al rededor del 60 % de los recién nacidos a término y el 80 % de los prematuros desarrollan ictericia clínica en la primera semana después del nacimiento.

Al igual que en los adultos, esta condición puede ocurrir a expensas de la bilirrubina directa o indirecta. En los bebés la forma más común es aquella asociada a mayores niveles de bilirrubina indirecta. A continuación, veremos las causas más comunes en ambos casos:

Bilirrubina indirecta alta

La hiperbilirrubinemia indirecta en el recién nacido puede ser fisiológica o patológica. La ictericia fisiológica es el tipo más prevalente y es atribuible a la inmadurez del hígado, así como a la gran cantidad de glóbulos rojos con los que nacen los pequeños.

Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), esta forma de ictericia aparece en el 60 % de los recién nacidos. Por lo general, se presenta después de las 24 horas de vida, alcanza su punto máximo alrededor de las 48 a 96 horas y se resuelve a las dos o tres semanas en los bebés nacidos a término.

Por su parte, la ictericia patológica es aquella que se presenta en el primer día de vida con un aumento en los valores de bilirrubina por encima de 5 mg/dl al día. En cierto casos, la bilirrubina alta persiste por más de 2 semanas en los bebés nacidos a término. Las causas de esta afección son las siguientes:

  • Hemolíticas: destrucción anormal de los glóbulos rojos asociada a incompatibilidad de grupos sanguíneos ABO o Rh, por deficiencia de glucosa – 6 – fosfato deshidrogenasa o defectos en la membrana del eritrocito. A su vez, se asocia con una hemorragia subgaleal, hemorragia intracraneal, policitemia y sepsis.
  • Hereditarias: disminución en la eliminación de la bilirrubina por defectos hereditarios en la enzima uridina difosfato glucuronosiltransferasa (UGT). El síndrome de Gilbert, el síndrome de Crigler-Najjar tipo 1 y el síndrome de Crigler-Najjar tipo 2 son los tres trastornos prototipo, según un consenso de la Sociedad Argentina de Pediatría.

Así mismo, la ictericia de la leche materna y la ictericia de la lactancia son otras dos formas de bilirrubina indirecta alta en los bebés. La ictericia de la lactancia materna, se produce en la primera semana de vida y es resultado de una ingesta insuficiente de leche materna. Esta conduce a la deshidratación del niño y problemas en la eliminación de bilirrubina en heces.

Por otro lado, la ictericia de la leche materna ocurre de forma tardía en la primera semana y generalmente se resuelve a las dos semanas de edad. En general, se debe a ciertas sustancias contenidas en la leche de la madre que pueden bloquear el metabolismo de la bilirrubina.



Bilirrubina directa alta

La hiperbilirrubinemia directa en los niños pequeños también es denominada Colestasis neonatal. Este es un trastorno poco común que se caracteriza por una bilirrubina conjugada alta, superior a 1 mg/dl, debido a un mal funcionamiento del sistema hepático y biliar de los bebés.

Una investigación de NeoReviews, sugiere que este tipo de ictericia neonatal es casi siempre patológica, con una prevalencia de 1 de cada 2500 bebés. Además, los expertos señalan las siguientes causas:

  • Anatómicas y obstructivas: atresia biliar, quiste colédoco, perforación espontánea del colédoco, bilis espesa, colelitiasis biliar y colestasis.
  • Infecciosas: rubéola, citomegalovirus, VIH, virus del herpes, sífilis y toxoplasmosis.
  • Endocrinas: hipotiroidismo e hipopituitarismo.
  • Genéticas: síndrome de Alagille, deficiencia de alfa-1 antitripsina, galactosemia, tirosinemia tipo 1, intolerancia hereditaria a la fructosa, fibrosis quística y trastornos de la síntesis de ácidos biliares.
  • Medicamentos: ceftriaxona, eritromicina y rifampicina.

Síntomas de la bilirrubina alta en los bebés

Como se describió antes, la bilirrubina alta en los bebés se presenta con una coloración amarillenta de la piel y de la esclerótica. En los neonatos, la ictericia se evidencia primero en la cara y, a medida que aumentan los valores, avanza hacia el cuerpo y las extremidades.

Para comprobar la ictericia, se puede presionar suavemente la nariz, la frente o el pecho del bebé. Si la piel luce su color habitual, no tiene ictericia, pero si aún se aprecia el tinte amarillento, se confirma esta condición. Cuando los niveles de bilirrubina son muy altos pueden presentarse los siguientes síntomas:

  • Lentitud y mala succión.
  • Mal humor o nerviosismo.
  • Llanto agudo.
  • Fiebre y vómitos.

Si el bebé presenta alguna de las manifestaciones mencionadas, debes acudir con un médico lo antes posible. El abordaje temprano de esta afección disminuye el riesgo de complicaciones a corto y mediano plazo.

Diagnóstico de bilirrubina alta en los bebés

La hiperbilirrubinemia es detectada a través de la toma de los niveles de bilirrubina total y fraccionada en sangre. Los datos de laboratorio en asociación con la clínica de tinte ictérico permiten orientar el diagnóstico en el neonato. 

De igual forma, se pueden solicitar otras pruebas con el fin de detectar la causa subyacente de esta afección. Ante la sospecha de enfermedad hemolítica, el médico especialista suele indicar un análisis de sangre completo y una prueba Coombs, para evaluar la compatibilidad de sangre entre la madre y el recién nacido, según un estudio de Journal of American Health.

Los niveles de albúmina y la relación albúmina-bilirrubina orientan al médico sobre el pronóstico del tratamiento y el riesgo de complicaciones. Así mismo, la resonancia magnética es de utilidad para diagnosticar el compromiso del cerebro y el sistema nervioso por el exceso de bilirrubina.

Por otro lado, ante la evidencia de hiperbilirrubinemia directa, el especialista puede solicitar los niveles de las enzimas hepáticas y de fosfatasa alcalina. Otros estudios usados en el diagnóstico de la colestasis hepática son la ecografía, la gammagrafía y la biopsia hepática.

Tratamiento médico

El paso inicial para realizar el abordaje terapéutico es diferenciar entre ictericia patológica y fisiológica. En general, la hiperbilirrubinemia leve suele resolverse por sí sola a medida que el hígado del bebé madura. Sin embargo, la ictericia más grave puede requerir otros tratamientos. Algunas de las opciones terapéuticas son las siguientes:

1. Baños de sol

Este tratamiento consiste en exponer al bebé a la luz solar por 15 a 20 minutos al día. Los rayos ultravioleta del sol logran degradar fácilmente las moléculas de bilirrubina y ayudan a su rápida eliminación. Al hacerlo, se deben proteger los ojos y los genitales del niño. Además, hay que cambiarlo de posición constantemente.



2. Fototerapia

En la fototerapia se coloca al bebé con los ojos tapados en una incubadora con luces ultravioleta. Este tratamiento se realiza en el hospital durante un periodo de tiempo. La eficacia de este método va a depender de la superficie corporal expuesta.

Por lo general, no debe interrumpirse salvo durante el cambio del pañal o la lactancia. Según publicaciones del British Journal of hospital Medicine, se trata de una manera fácil y efectiva de reducir los niveles de bilirrubina elevados en el neonato.

3. Exanguinotransfusión

En la actualidad, la exanguinotransfusión es el tratamiento de segunda línea para la hiperbilirrubinemia grave del recién nacido. Se basa en el reemplazo supervisado de la sangre del bebé bajo condiciones especiales. Esta opción terapéutica permite eliminar de forma rápida el exceso de bilirrubina y la hemólisis inducida por anticuerpos.

4. Inmunoglobulinas

La administración de inmunoglobulina por vía endovenosa se emplea en los casos de ictericia grave asociada a destrucción de globulos rojos por anticuerpos. De acuerdo con los expertos, esta reduce el grado de hemólisis y, por tanto, la necesidad de exanguinotransfusión.

Por último, la hiperbilirrubinemia directa desaparece al solucionar la causa subyacente. En este sentido, la atresia biliar requiere corrección quirúrgica, mientras que las causas infecciosas se tratan con antibióticos específicos.

Complicaciones asociadas

La bilirrubina alta en los bebés aumenta el riesgo de daño neurológico inducido por la acumulación de este pigmento en el sistema nervioso central. A esta condición se le denomina Encefalopatía por bilirrubina.

En su forma aguda es reversible y se caracteriza por letargo, falta de succión y disminución del tono muscular. No obstante, la encefalopatía crónica puede dar paso a la aparición de lesiones irreversibles en el encéfalo, llamadas kernícterus, según un estudio de la revista Pediatría. Esta se manifiesta con lo siguiente:

Por otro lado, los recién nacidos que padecen colestasis neonatal tienen mayor riesgo de presentar cirrosis, insuficiencia hepática y cáncer de hígado. Así mismo, esta condición produce retraso de crecimiento y déficit de vitaminas.

Alimentación en los bebés con bilirrubina alta

La lactancia materna en todo recién nacido debe ser abundante y frecuente. Una publicación de Anales de Pediatría, recomienda amamantar al niño 8 a 12 veces al día durante la primera semana. En los bebés con bilirrubina alta, esto les permite tener varias deposiciones durante el día, eliminando el exceso de este pigmento en las heces.

No existe contraindicación para darle el pecho al niño con ictericia fisiológica. En pocos casos, el especialista puede indicar la suspensión temporal de la leche materna. No obstante, la alimentación del neonato debe complementarse de forma inmediata. Consulta a tu médico ante cualquier duda.

El abordaje temprano es fundamental

Como ves, la billirrubina alta y la ictericia son condiciones comunes en los bebés recién nacidos. En general, se trata de un fenómeno temporal que desaparece de forma rápida y no presenta riesgos para el niño.

Sin embargo, un pequeño número de pacientes padece formas de ictericia más complejas y graves que no deben ser subestimadas. En cualquier caso, la atención profesional oportuna es esencial para lograr un mejor pronóstico y evitar posibles secuelas a largo plazo.


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