Apoyo familiar, el mejor alivio para la tartamudez

La tartamudez o disfemia es un trastorno del habla en su uso cotidiano. Se caracteriza por repeticiones, prolongaciones o interrupciones del discurso normal y fluido lo que produce un gran sufrimiento personal. La familia ha de estar ahí para apoyar y ayudar.

La disfemia o trastorno en la fluidez normal del habla es un cuadro bastante común en la población infantil, entre los dos y los cinco años de edad, predominando en los varones. Con la debida intervención y el apoyo familiar, los niños podrán aliviar la tartamudez y superar esta condición en su primera etapa. Aunque muchas veces es un problema que acompaña a las personas por toda la vida.


Las principales consecuencias de la tartamudez se relacionan con una interferencia en la comunicación social. De hecho, incide en el desarrollo académico y laboral de quien la padece. En tal sentido, este problema puede derivar en situaciones negativas para el niño. Por ejemplo, ser un blanco de las burlas de otros niños, lo cual puede afectarle emocional y psicológicamente.

Sin embargo, no es algo en lo cual el amor familiar no pueda ayudar. Según los expertos, es imprescindible que desde la familia ayudemos a los pequeños a superar y/o a convivir con la tartamudez. Este proceso puede desencadenar una serie de sentimientos contradictorios en el niño, de hecho, se cree que el desarrollo de este cuadro está ligado a aspectos psicogénicos.

Origen de la tartamudez

De acuerdo con las investigaciones de la American Psychiatric Association, la tartamudez tiene un origen multifactorial; por lo que se relaciona con distintos aspectos del desarrollo infantil. Algunas teorías conductistas también asocian la aparición de este problema con una conducta aprendida. Esta permanecerá activa en el tiempo porque el niño se volverá ansioso al querer evitarla en todo momento.

“El estudio de la relación entre conducta habitual asociada a estímulos aprendidos es clave para comprender la tartamudez”.

-Neurofisiólogo Guillermo Mejías Martínez-

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Entre las principales causas que explican el origen de la tartamudez, tenemos:

  • Causas constitucionales o fisiogénicas. Son aquellas asociadas a la condición física del niño. Por ejemplo, la presencia de algún impedimento en los órganos que intervienen en el desarrollo del habla
  • Causas psicogénicas. Estas incluyen también aquellas de tipo neurótico, porque se producen debido a alguna afección psicológica y por ende a nivel cerebral. Esto se relaciona con la conducta y problemas derivados de esta
  • Causas del aprendizaje. Se asocian al desarrollo de la lengua materna, en especial como producto de la repetición. Puede ser una causa conductual por demanda de atención o por falta de interés, o como producto de la adquisición incompleta de la lengua. En ocasiones, la tartamudez es una característica del padre o la madre, por lo cual el niño lo repite de la misma manera.

¿Cómo se da el apoyo familiar para aliviar la tartamudez?

Este es un problema que no es fácil de superar, porque el niño se estresará cada vez que tenga que hablar. En su interés por evitar el tartamudeo se volverá más ansioso.

Por ello, quizá tenga problemas para expresarse en público, leer en voz alta o mantener conversaciones con otras personas. De ahí la importancia de un incondicional apoyo familiar para superar la tartamudez. Lo principal en estos casos es reforzar su autoestima y seguridad en sí mismo, pero nada de esto es totalmente posible si la familia no se dedica con determinación a hacerlo.

Otro aporte en el cual la familia es indispensable, se refiere a someter al niño a un diagnóstico temprano. Esto es con el propósito de aplicar las terapias necesarias, las cuales variarán dependiendo de las características de la afección.

Madre e hija hablando

En el caso de la tartamudez transitoria o evolutiva

De nuevo acá, el apoyo familiar se constituye en una parte fundamental para conseguir aliviar esta variedad específica de tartamudez, la cual se presenta aproximadamente, a los tres años y tiende a desaparecer en los siguientes. Para ayudarle en esta etapa se recomienda seguir estas pautas:

  • Reconocer que el niño presenta esta dificultad y está en nuestras manos ayudarle.
  • Actuar con naturalidad ante los episodios de tartamudeo, sin dejar de prestar atención e interés.
  • Propiciar la comunicación con el niño, establecer conversaciones sencillas sin acorralarlos con demasiadas preguntas.
  • Esperar por él cuando está hablando, sin apresurarlo ni responder por él.
  • Evitar las burlas o las correcciones bruscas.
  • Dar el ejemplo por medio de la repetición correcta, pero sin hacerle notar que es una corrección.
  • Promover el conocimiento de la lengua a través de la lectura, en específico, podemos leerles cuentos o contar historias que despierten su interés y permitan el descubrimiento.
  • En casos de tartamudez más severa, es indispensable que el niño sea sometido a terapias especializadas.

Finalmente…

Pocas personas entienden la realidad cotidiana de la persona tartamuda. La incomprensión, el parecer achacarle la responsabilidad de lo que le pasa, el desgaste emocional que supone no poder comunicarse, son aspectos que día a día mortifican al tartamudo. La familia será su apoyo y su luz al final del túnel.

Bibliografía

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