La educación emocional desde el útero materno es una estrategia excepcional y maravillosa con la cual, propiciar un mejor equilibrio personal libre de estrés y ansiedades. De este modo, al atender el mundo emocional de la mamá, se cuida al bebé.
Si lo pensamos bien por un momento nos daremos cuenta de una cosa. Durante un embarazo programamos nuestras citas con el médico, cuidamos de nuestra alimentación, hacemos ejercicio, compramos cosas para llegada de nuestros hijos y pensamos en el estilo de crianza que vamos a seguir.
Ahora bien, ¿Y de qué manera atendemos nuestras emociones? ¿Qué ocurre si la relación con nuestra pareja no va bien o si estamos preocupadas por nuestro futuro laboral?
Vivette Glover, psicobióloga perinatal del Imperian College London, nos explica que existe una íntima y poderosa relación entre las emociones de la madre y la forma en que el feto crece en el útero.
Una adecuada conexión emocional con el bebé favorece el desarrollo del bebé.
Cuando las emociones atraviesan la barrera natural de la placenta
Muchas veces, no somos conscientes de ello, pero el embarazo es mucho más que una revolución hormonal, emocional y física. A menudo nos venden la idea de que el embarazo es maravilloso, de que será sin duda la mejor época de nuestras vidas, pero no todas las mujeres lo viven así.
Meses de cambios y malestares
Tras la concepción, los órganos de la mujer emigran a otras zonas para permitir la proliferación y especialización celular que transforma todos esos tejidos especializados, poco a poco, en un bebé. Todos estos cambios cursan con molestias, de mayor o menor intensidad.
Debido a los altos niveles de la hormona Gonadotropina Coriónica Humana (GCH), aparecen los vómitos y ese malestar que puede alargarse perfectamente hasta la semana 16 de embarazo en muchos casos.
Atendemos nuestro cuerpo pero no nuestras emociones
Los expertos en psicología perinatal nos advierten de este riesgo: es necesario que se atienda el mundo emocional de la madre durante el embarazo.
Las ecografías, los análisis de sangre y las dietas son necesarias, pero también lo es saber si la mujer sufre estrés, ansiedad o si padece una depresión encubierta.
En un interesante libro publicado por la psicobióloga perinatal Viviene Glover: Depresión perinatal y postnatal, nos explica un interesante estudio que se realizó en el “Imperian College de Londres”, donde se monitorizó la gestación de 14.000 mujeres embarazadas.
- Se atendió sus niveles de ansiedad y los indicadores asociados a posibles depresiones.
- Más tarde, una vez dieron a luz, se hizo un seguimiento a lo largo de 5 años de esos niños.
- Se descubrió que existe una relación positiva entre un embarazo vivido a través de la depresión o el estrés y el déficit de atención con o sin hiperactividad.
Educación emocional a través de la placenta
Todos tenemos la idea de que la placenta es esa capa infranqueable que protege al feto de todo riesgo. Es más, muchas madres piensan que las preocupaciones, que sus problemas en el trabajo, la familia, la pareja o que esa ansiedad puntual no tiene por qué afectar a su bebé.
No es cierto. Para comprenderlo mejor pensemos en una situación estresante, que por la razón que sea, se repite día tras día.
- Ante una situación de estrés el hipotálamo produce y libera la hormona llamada CRH, la cual, genera posteriormente el cortisol.
- Si el estrés es crónico a lo largo de todos los meses de gestación, la barrera natural de la placenta no podrá hacer frente a tanto cortisol en sangre, la atravesará hasta llegar al feto. Es entonces cuando el bebé entra también en “estado de alerta” debido a estos bioquímicos tan poco favorables.
Debemos tomar conciencia de esta realidad y poner en marcha cambios, nuevos hábitos, nuevos modos de gestionar nuestro mundo emocional. Toma nota de cómo cuidar de este aspecto desde que el bebé está en el útero.
Cómo conectar emocionalmente con tu bebé
Existen varios tipos de lecciones que nos pueden ser de utilidad. No obstante, y en primer lugar, debemos tener claro un aspecto: para que el bebé esté bien, nosotras debemos estar bien.
Si ves tu realidad como un escenario lleno de círculos que te agobian y presionan, mantén distancia de ellos. En estos meses el círculo más valioso es el que envuelve tu persona.
- Practica yoga y medita. Estas actividades te ayudan a ser conscientes del aquí y ahora. Solo cuando conectemos con nosotras mismas de una manera eficaz podremos conectar con nuestro bebé.
- Realiza suaves masajes en tu vientre. No dudes tampoco en hacer partícipe de ello a tu pareja. Puedes usar esenciales o lociones con algún aroma agradable de tu preferencia. La finalidad es hacerle saber al bebé que es querido, que su mamá es feliz y se siente calmada.
Bibliografía
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- Redes. (2009). Educación emocional desde el útero materno. Eduard Punset. https://www.rtve.es/alacarta/videos/redes/redes-educacion-emocional-desde-utero-materno/598988/