Calendario Waldorf: lo que debes saber

¿Cuántas veces te pregunta tu hijo el tiempo que falta para su cumpleaños o para que llegue Navidad? Probablemente muchas, aunque se lo hayas respondido varias veces en la última semana. Esto se debe a que los más pequeños aún no tienen una noción consolidada del tiempo. Y para ayudarles a comprenderlo y a gestionarlo, el calendario Waldorf es una excelente alternativa.

Los niños y el concepto del tiempo

Hasta aproximadamente los seis años, la noción del paso del tiempo resulta una habilidad bastante compleja de manejar. Y no es de extrañar, ya que se trata de un concepto abstracto y aparentemente contradictorio.

Por un lado, los pequeños tienen que entender que el tiempo es un espectro lineal en el que el pasado queda atrás y el futuro está por venir. Por el otro, han de reconocer su cualidad cíclica: las semanas, los meses y los años se repiten una y otra vez.

Así, la implementación de un instrumento práctico e interactivo les ayuda a poner orden en sus ideas.

¿Qué es el calendario Waldorf?

El calendario Waldorf es una representación gráfica del tiempo, que permite convertir lo abstracto de este concepto en algo tangible y visible para los niños. Está basado en la pedagogía que lleva este nombre y en la Montessori, las cuales promueven la autonomía y el aprendizaje práctico.

Este calendario tiene una forma circular que simboliza al sol y al ciclo anual que se repite con cada vuelta de la tierra a su alrededor.

En su interior se disponen 12 piezas que representan cada uno de los meses del año. En su zona más externa, se ubican los 31 agujeros que simbolizan a los días de cada mes. Además de todo esto, algunos calendarios disponen de espacios para indicar las estaciones del año.

Su presentación es muy colorida y llamativa, lo cual favorece el interés de los niños y su comprensión.

Cada uno de los meses del año se encuentra pintado en un color y los que corresponden a la misma estación llevan una tonalidad similar. Así, el verano muestra tonos amarillos y anaranjados, el otoño colores rojos, el invierno azules y la primavera verdes. Del mismo modo, las bolitas que representan a cada día de la semana también muestran colores diferentes.

Todos estos detalles y distintivos les permiten a los pequeños comprender los diferentes ciclos (semanas, meses, estaciones y años) de una manera más sencilla. Además, les facilita el anclaje en el tiempo, es decir, a reconocer en qué punto se encuentran.

¿Cómo se utiliza?

El calendario Waldorf es muy sencillo de poner en práctica cuando se comprende la dinámica. La idea es completarlo a medida que corresponde, con el añadido de las distintas piezas que lo componen.

Se coloca primero la pieza que corresponde al mes y a continuación, se añade una bolita que representa el día 1. El color de esta última depende del día de la semana en la que haya caído. Además, por ser el inicio semanal, se coloca otra pieza en uno de los cuatro espacios correspondientes a la ficha del mes.

De esta forma, el niño ya sabe que se encuentra en el mes de enero, en el primer día, en su primera semana y que además, es lunes.

Luego, se completan los días sucesivos hasta finalizar el mes con las 31 bolitas. En este momento, el ciclo termina y estas se recogen para colocarlas de nuevo en febrero.

¿Cuáles son los beneficios del calendario Waldorf?

El calendario Waldorf ayuda a los pequeños a comprender mejor la noción del tiempo, pero además ofrece otras ventajas:

• Puede ser utilizado a partir de los 3 años de edad.
• Como es común en la pedagogía Waldorf, está fabricado en materiales provenientes de la naturaleza, como la madera. Además, está pintado con tintes a base de agua sin tóxicos, por lo que es totalmente seguro para los infantes.
• Ayuda a los niños a desarrollar la lógica y el pensamiento abstracto.
• Potencia la motricidad fina.
• Favorece el establecimiento de rutinas, ya que cada día han de asegurarse de colocar una nueva pieza.
• Ayuda a reconocer los colores y las formas.
• Permite la consolidación del aprendizaje de los días de la semana y de los meses del año, así como la habilidad para contar del 1 al 30.

En definitiva, se trata de una herramienta didáctica muy útil y divertida. Si lo prefieres, también puedes fabricarlo tú mismo en casa con goma eva, cartulina y otros materiales de manualidades. En cualquier caso, se convertirá en uno de los objetos preferidos por tus niños.