El microondas se ha convertido en el electrodoméstico favorito para calentar la comida de manera rápida. Sin embargo, es necesario ser precavidos con la leche del bebé para evitar riesgos en su salud. No sólo por la temperatura que puede alcanzar, sino también por el material del recipiente utilizado.
Por eso, conviene disponer de biberones aptos para el microondas o de vidrio y seguir las indicaciones que os explicaremos a continuación.
El microondas, un electrodoméstico no tan fantástico
A raíz de que el uso de este electrodoméstico empezó a extenderse, surgieron muchas dudas acerca de su inocuidad.
Entre ellas, el riesgo de aparición de ciertas enfermedades a causa de las ondas electromagnéticas o la pérdida de nutrientes cuando se utiliza como método de cocción. Sin embargo, ninguna de estas teorías están respaldadas por la ciencia.
De todos modos, es importante conocer algunos riesgos comprobados que pueden ser evitados si se toman los recaudos necesarios. A continuación, te contamos cuáles son.
El riesgo de quemaduras
Uno de los principales riesgos de calentar la leche en el microondas es la producir una quemadura accidental en el cuerpo del bebé.
La potencia del aparato supone un menor tiempo para calentar el alimento. Por eso, es importante que lo tengáis controlado y lo hagáis en intervalos de 30 segundos y a potencia media o baja.
Además, el calentamiento de la comida o la bebida no se produce de manera uniforme y esto hacer que las zonas que tocan el recipiente (externas) quemen más que las del interior. Una buena solución para esto es remover el alimento con una cuchara o agitarlo dentro del recipiente.
Recuerda probar la comida o la leche del niño antes de ofrecérsela y si está demasiado caliente, déjala reposar unos minutos.
La toxicidad de los recipientes plásticos
¿Has oído hablar del bisfenol A? Es un compuesto utilizado en la fabricación de algunos recipientes de plástico, que en nuestro organismo actúa como disruptor endocrino. Es decir, se comporta como si fuera una hormona y altera algunos procesos metabólicos.
Al calentar los biberones, esta sustancia se desprenden en pequeñas cantidades, las cuales se acumulan en el cuerpo. Como consecuencia, a mediano plazo alteran el funcionamiento normal de determinados órganos y dificulta el desarrollo del niño.
Según un estudio publicado en el Journal of Hazardous Materials, la exposición prenatal o posnatal temprana al bisfenol dificulta el desarrollo psicomotor en los menores de 2 años. Además, por cada incremento en 10 veces durante el segundo trimestre disminuye su desarrollo mental. Este efecto fue comprobado para el bisfenol A y S, pero no para el tipo F.
Otro riesgo que conlleva la exposición temprana a los disruptores endocrinos es el desarrollo de obesidad y sobrepeso infantil. Según una revisión del Journal Nature Review of Endocrinology, estas sustancias incrementan el acumulo de tejido adiposo.
Por su parte, en 2010 la FDA (Food and Drug Administration) se posicionó en contra del uso de este componente en los biberones, en los envases para sorber y los de la leche artificial. Sin embargo, el Journal of Environmental Science and Health encontró bisfenol A y S en la leche de los biberones procedentes de Italia.
Por eso, la opción más segura es usar recipientes de vidrio o calentar de una forma alternativa al microondas.
Cómo calentar la leche del bebé
Como has podido ver, calentar la leche del bebé al microondas es posible pero conlleva ciertos riesgos. Por eso, suele desaconsejarse a no ser que se tomen algunos recaudos. Para eso, puedes hacer caso a las siguientes recomendaciones:
- Sustituye los biberones de plástico por otros hechos con vidrio. De esta manera, evitas la presencia del bisfenol A.
- Reduce el tiempo de calentamiento, ya que así se calienta más deprisa y el calor se mantiene durante más tiempo.
- Puedes usar un calientabiberones para lograr la temperatura adecuada y se mantenga durante un rato.
- Es aconsejable que calientes agua en un cazo y luego sumerjas el biberón en él. Otra opción es calentar la leche en el cazo y una vez que esté caliente, verterla en el biberón.
Por último, recuerda que lo ideal que la leche esté tibia, ya que les resulta más agradable. Por ésta razón, remuévela y prueba un poco antes de ofrecérsela, sin beber directamente del recipiente del bebé.
En caso de optar por leche artificial, siempre es más seguro calentarla y así destruir cualquier bacteria que pueda causar toxinfecciones.
Bibliografía
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