La dieta blanda puede ser necesaria cuando el niño sufre algún proceso vírico de carácter gastrointestinal. En esta situación aparecen las diarreas y los vómitos, por lo que hay que tener especial cuidado con la introducción de alimentos. Por una parte resulta clave limitar la fibra, pero también hay que aportar nutrientes de calidad.
Es bueno tener en cuenta que la dieta blanda ha de contar con una pauta de hidratación adicional. Durante los episodios de diarreas se pierde una gran cantidad de líquido, lo que puede generar alteraciones en el equilibrio hídrico que impacten negativamente sobre la salud.
¿Cuándo usar la dieta blanda?
Es importante utilizar la dieta blanda cuando el niño presenta alteraciones en torno a la función gastrointestinal. En los procesos víricos o bacterianos que afecten a la motilidad del tubo, que cursen con diarrea o que generen vómitos, será precisa su implementación.
Asimismo puede llegar a ser necesaria esta pauta tras el tratamiento con antibióticos, ya que normalmente impacta de forma negativa sobre la microbiota, alterando sus funciones.
Recetas de dieta blanda para niños
Con las siguientes recetas de dieta blanda se aportarán nutrientes de calidad al tiempo que se garantiza una fácil digestión.
Crema de calabaza
Con la crema de calabaza se consigue un gran aporte de vitamina C, que es importante para favorecer la función inmune, según un estudio publicado en Nutrients. Su consumo contribuye a luchar contra las infecciones víricas, mejorando su manejo y reduciendo su duración.
Prepararla es muy sencillo. Solamente necesitarás cocinar en una olla puerro, zanahoria, patata y calabaza. Primero, se sofríe con aceite de oliva y después se introduce agua hasta que se cubran las verduras. Se deja cocinar durante unos 30 minutos a fuego medio y al terminar se corrige de sal y se tritura.
Sopa de pollo, arroz y zanahoria, una de las mejores recetas de dieta blanda
Gracias a la sopa de pollo se garantizan las proteínas en la dieta, claves para garantizar el buen funcionamiento de la masa magra. De hecho, y de acuerdo con una investigación publicada en Annals of Nutrition & Metabolism, las recomendaciones respecto a las proteínas se han incrementado en los últimos años.
La mejor noticia es que la sopa de pollo se elabora de forma muy sencilla. Se sofríen dos zanahorias, un puerro, una cebolla y un zanco de pollo y, acto seguido, se cubren de agua. Se deja cocinar un par de horas a fuego lento y en los últimos 10 minutos de cocción se añade el arroz.
Arroz blanco con pollo
Se trata de una de las recetas clásicas ante cualquier alteración intestinal. Simplemente consiste en cocinar a la plancha unos filetes de pollo finos, bien pasados por dentro, con un poco de sal y perejil. Paralelamente, se sofríe arroz con ajo para cubrirlo después de agua y dejarlo cocinar durante 10 minutos.
Conviene elegir una porción de pollo magra, cuanta menos grasa, más fácil será la digestión posterior del alimento. Asimismo, es importante moderarse en el uso de la sal.
Compota de manzana
A pesar de que la manzana contiene gran cantidad de fibra, esta cuenta con una digestión sencilla. Se trata, además, de un compuesto prebiótico que favorece el crecimiento de la flora, útil si esta ha sido dañada por la acción de algún microorganismo patógeno.
Para preparar la compota es necesario poner agua con azúcar en un cazo y llevarla a ebullición para que se forme un almíbar. Por cada 300 mililitros de agua se añaden 100 gramos de azúcar. Mientras tanto, se pelan y trocean las manzanas que, posteriormente, se añaden al almíbar. Se tapa la cazuela y se cuece durante unos 30 minutos. Una vez pasado el tiempo, estará lista para su consumo.
Yogur con fruta troceada
Con esta elaboración asegurarás un aporte de proteínas, de azúcares y de probióticos. Estos últimos elementos no son más que bacterias capaces de colonizar el tracto digestivo, lo que permite la recuperación de la microbiota de forma rápida y una restauración del equilibrio interno.
El consumo de lácteos procesados bajos en grasa está tremendamente recomendado en el contexto de la dieta blanda. Las frutas elegidas siempre conviene que estén maduras, para facilitar su digestión.
Puré de patatas con trozitos de pollo
El puré de patatas para la dieta blanda se elabora de una forma muy sencilla. Se pelan y se cuecen las patatas en trozos pequeños. Una vez que han pasado unos 15 minutos, se retiran y se introducen en un pasapurés, donde se triturarán hasta alcanzar la textura deseada. Se añaden unas escamas de sal e incluso un chorro muy moderado de aceite de oliva virgen extra.
En una sartén a parte se pasan trozitos de pollo a la plancha, sazonados. Una vez que la cocción en su interior ha sido completa, se sirven junto al puré que se ha preparado, acompañado con perejil.
Alimentos que hay que evitar
En el contexto de una dieta blanda es importante evitar todas aquellas comidas con alto contenido en grasas o en fibra insoluble. Dichos elementos vuelven más lenta y difícil la digestión, generando un aumento de las diarreas y del malestar. Asimismo, puede resultar necesario hacer uso de la farmacología para cortar la sintomatología aguda.
Recuerda que será imprescindible beber cada poco tiempo. Incluso la elección de un líquido con minerales y electrolitos podría ser acertada, Así se consigue asegurar el equilibrio hidroelectrolítico, de forma que se minimizan los riesgos asociados a esta condición.
Prepara dieta blanda para niños con problemas gastrointestinales
Además de los remedios farmacológicos, la dieta blanda es una de las mejores formas de tratar los procesos de diarrea. Por medio de esta estrategia se consigue restaurar la flora y la función digestiva, evitando que progrese la sintomatología. Es importante controlar el aporte de sustancias o alimentos que puedan resultar demasiado agresivos para el estómago.
Con estas recetas podrás asegurar un aporte básico de nutrientes al tiempo que se asegura una sencilla digestión, de forma que los síntomas puedan remitir progresivamente. No obstante, será necesario probar la tolerancia de cada alimento, ya que no es igual en todo el mundo.
Bibliografía
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- Carr AC, Maggini S. Vitamin C and Immune Function. Nutrients. 2017 Nov 3;9(11):1211. doi: 10.3390/nu9111211. PMID: 29099763; PMCID: PMC5707683.
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