Mi hijo no para de hablar en clase

¿Te preocupa cómo se comporta tu hijo durante las clases? Es probable que esto se convierta en un problema. ¡Desde este espacio te damos algunos consejos para afrontarlo!

¿Tu hijo no para de hablar, no escucha a los demás y le cuesta concentrarse? ¿ A veces molesta a sus compañeros y esa actitud le trae problemas en el colegio? ¡No te preocupes! A continuación te ofrecemos unos consejos prácticos para ayudarle.


Es encantador  tener un hijo que habla, que cuente lo que vive y hace, ya que es importante que se exprese, pero los excesos siempre rozan en lo negativo.

El problema surge cuando empieza a ocupar todo su tiempo conversando, o cuando hablar pasa a ser más importante que lo que los demás puedan enseñarle. De esta forma puede correr el riesgo de ser apartado por no respetar las reglas.

Estos niños nos agotan y al final, dejamos de escucharlos. Sin embargo, tienen cosas importantes que decir y hablar está bien, pero hablar sin parar es ignorar la existencia del otro.

Enséñale a respetar, a reflexionar en que no nos levantamos aplastando las ideas de los demás, sino en la riqueza del intercambio en una conversación.

Muchos niños en edad preescolar son conversadores constantes, liberan los pensamientos de su cabeza como una corriente interminable.

Al hablar contigo o con sus amigos aprenden, procesan y asimilan información, pero al convertirlo en un estilo de vida tan entrañable en el camino podrían perder de vista la importancia de lo que es verdaderamente la comunicación.

 Enséñale sobre el lenguaje corporal

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A veces un gesto dice más que mil palabras – Anónimo

Los niños que hablan demasiado no captan las señales no verbales de otras personas que pueden indicar irritación, enojo o frustración y al no captar estas señales puede ser aún más irritante para los demás.
Es importante enseñarle que existen diversas formas de comunicarnos más allá de las palabras, háblale sobre la interpretación del cuerpo y el lenguaje no verbal; será sano que lo practiquen.
Los pequeños que no han aprendido a escuchar con cuidado, frecuentemente tienen problemas al prestar atención en clase; al igual que cuando no se les alienta a hablar, por lo que debemos estar atentos a estas alarmas y conseguir el equilibrio en ellos.

La sociedad exige que los niños aprendan a hablar y ser asertivos en algunas ocasiones. La mayoría aprende de forma natural; pero para muchos niños en edad preescolar las palabras empiezan a salir de su boca, y les cuesta detenerse.

¿No para de hablar en clase? Importancia de la participación de los padres

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A continuación te damos algunos tips que como padres podemos emplear para mejorar esta actitud en el salón de clases:

  • Demuéstrale que te importa lo que dice y piensa tu hijo. Los padres somos los primeros maestros y los que ejercemos mayor influencia en las vidas de los pequeños.
  • Los niños que hablan demasiado quizás no se sientan del todo escuchados. Para que puedan tener éxito en la escuela es importante mantener lazos fuertes con ellos para aconsejarles y mostrarles los errores que podrían estar cometiendo.
  • Los padres debemos participar activamente en el aprendizaje de los niños. Cuando nos involucramos en las escuelas, los niños tienden a destacarse más y sus opiniones sobre la escuela son más positivas.
  • En el colegio, donde hay reglas y un marco de convivencia, es fácil que el niño hablador caiga en el fracaso escolar. Hablar demasiado disminuye las capacidades de atención, concentración y de memorización y el niño pone en entredicho la autoridad del profesor.

Los niños que no paran de hablar suelen ser muy despiertos. Debemos ayudarlos a lograr que se esfuercen para superar sus dificultades con energía y algunas de estas herramientas.

Aunque suene contradictorio,  hay que hablarles mucho a nuestros hijos, de diversas maneras tienen que entender la importancia de las demás opiniones al igual que las normas del buen hablante y buen oyente.

¿Por qué son así? Y ¿cómo los ayudamos?

A veces, el aburrimiento los lleva a tener este tipo de comportamiento, pero este problema puede esconder dificultades en el aprendizaje; ya que el niño desconecta porque no comprende.

En algunos, es signo de precocidad; ya saben lo que explica el adulto y necesita más. Algunos son hiperactivos, su habladuría va acompañada de una agitación física permanente.

Los niños con trastornos generalizados del desarrollo pueden tener habla apresurada que no pueden controlar, en algunos casos los problemas de ansiedad o enojo también pueden causar hablar excesivamente. La terapia o la modificación del comportamiento ayudan a controlar este comportamiento.

Consulta con su pediatra si tu hijo habla en exceso. Los niños con algunos tipos de daño cerebral orgánico o síndromes genéticos, como el síndrome de Williams, también hablan mucho y hacen poco o ningún tipo de discriminación entre los amigos y los extraños, o entre una conversación apropiada o no.

Bibliografía

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