Competir no es algo negativo, ni mucho menos. Cuando la competición están bien llevada, ofrece muchos beneficios a todas las edades. Sin embargo, también es muy saludable que los niños y los jóvenes jueguen sin competir. En las siguientes líneas analizamos los beneficios de los deportes no competitivos para preadolescentes.
La preadolescencia es una época de cambios en la que la competición a nivel deportivo empieza a ser más habitual, y más dura también. De hecho, puede llegar a ser muy cruel, dadas las características de los jóvenes en esta etapa.
Beneficios de la competición en la preadolescencia
La competición tienen innegables beneficios en la preadolescencia. Entre ello están la adquisición de habilidades sociales y amistades, el manejo de conflictos y miedos, la apreciación de la responsabilidad del trabajo en equipo y el compromiso, la toma de riesgos y el aprendizaje de los límites.
Además, los deportes competitivos ayudan a que los jóvenes desarrollen capacidad de aceptar críticas y de trabajar en colaboración con otros, incluso con aquellos con los que no tienen buena relación fuera del campo de juego. También ayudan a potenciar la autoestima y la eficacia.
Los deportes competitivos también favorecen la adquisición de la ética laboral, ya que requieren un esfuerzo y compromiso que les serán muy útiles en la vida adulta. También potencian la resiliencia y la autorregulación, organización y gestión del tiempo.
¿Por qué practicar deportes no competitivos en la preadolescencia?
Pero la competición también puede llevar a la frustración y al abandono de la práctica deportiva. Por eso, la práctica de deportes no competitivos sirve para compensar estos malos momentos y malas sensaciones. Además, ayuda a los jóvenes a encontrar otras formas de disfrutar del deporte.
De hecho, los deportes no competitivos ofrecen a los preadolescentes la oportunidad de aprender nuevas habilidades en un entorno que promueve el crecimiento y el desafío, más que la competición. Además, los deportes no competitivos permiten a los jóvenes descansar del estrés que suelen provocar los deportes competitivos.
Beneficios de los deportes no competitivos en la preadolescencia
Los deportes no competitivos ofrecen a los niños y preadolescentes una oportunidad de aprender nuevas habilidades sin renunciar a un entorno que promueve el crecimiento y el desafío. Además, ofrecen un medio eficaz para que los jóvenes le den salida a su energía y promocionan su bienestar, tanto físico como emocional
Por otra parte, los jóvenes que no tienen interés por los deportes competitivos pueden encontrar en los no competitivos una forma de hacer ejercicio y de jugar sin la presión y la exigencia de la competición. También les dan la oportunidad de participar en actividades de equipo y de hacer amigos y relacionarse con otras personas.
Además, tanto para los preadolescente que compiten como para los que no, en la preadolescencia estos deportes ofrecen los siguientes beneficios:
- Adquisición de habilidades de desarrollo personal. En los deportes no competitivos no se compite contra otros, sino contra uno mismo, en el sentido de que se potencia la mejora continua y la superación personal.
- Fomento de hábitos saludables. Se fomentan hábitos saludables no solo relacionados con la salud física, sino también relacionados con las relaciones personales, el desarrollo de intereses y la administración del tiempo. Además, con ellos los jóvenes encuentran formas saludables de gestionar el estrés y relajarse, muchas veces con otras personas de intereses afines.
- Espíritu deportivo. Favorecen el desarrollo del espíritu de equipo, puesto que entre todos se pueden conseguir mejores resultados. Además, la satisfacción de ayudar a los demás permite aumentar la sensación de éxito.
- Mejor organización del tiempo general. Los deportes no competitivos eliminan la presión de la competición y de los entrenamientos extenuantes, lo que mejora la capacidad de organización del tiempo. Esto es especialmente importante en épocas de gran carga de trabajo escolar
En definitiva, el ciclismo, la danza, el tiro con arco o las artes marciales son algunos deportes no competitivos que pueden realizar los preadolescentes para conseguir los beneficios de la actividad física sin la presión de la competición.
Asimismo, los preadolescentes pueden practicar senderismo, escalada, piragüismo, patinaje, skate, skateboard, esquí, danza, tai chi, parkour e incluso crossfit, entre otras mucho deportes que no implican competición y que pueden resultar muy interesantes para ellos.
Bibliografía
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