¿Cómo decirle a un hijo que su mascota ha muerto?

Decirle a tu hijo que su mascota ha muerto no es tarea sencilla. Aunque sea un mal trago, es necesario explicárselo para su aprendizaje. A continuación, te damos algunos consejos.

Niño abrazando a su perro.

Comunicar la noticia de un fallecimiento casi nunca resulta sencillo. Pero menos aún si has de dársela al pequeño de la casa y si, además, esa pérdida es la de su animal de compañía favorito. Entonces, ¿Cómo podemos decirle a un hijo que su mascota ha muerto?

Los animales, bien sea por enfermedad, por accidente o meramente por edad, terminan yéndose de nuestras vidas. Pero, a pesar de que así se lo expresemos a los niños y parezcan entenderlo, la muerte de su compañero doméstico puede ser vivida como algo meramente trágico. Es por eso por lo que, como padres, tenemos que trasladarles la noticia de la mejor manera posible.

¿Cómo decirle a un hijo que su mascota ha muerto?

Niño jugando con sus mascotas los conejos.

Muerte repentina o esperada

Lo primero que debes tener en cuenta a la hora de comunicar la muerte es si esta ha sido resultado de una larga enfermedad o si ha sido repentina y totalmente inesperada. Al igual que pasa con las personas, el tiempo que tengamos para hacernos a la idea de que el animal va a morir es relevante.

Si la muerte de la mascota ha sido esperada, las semanas o meses antes de la noticia son una buena manera de ir preparando a tu hijo. Anticiparle que su mascota es posible que muera en poco tiempo le servirá para luego poder asumir su falta con mayor naturalidad.

Calma para comunicar que su mascota ha muerto

El proceso de duelo por el que pasamos los adultos no es igual que el de los niños. El dolor de los pequeños suele ser más oscilante. Es decir, no suelen buscar la soledad o llorar durante horas o días por su mascota. Suelen estar tristes un tiempo, luego ponerse a jugar, después volver a llorar o de nuevo a estar triste.

De ahí que, para evitar sobresaltos de más, sea conveniente transmitirles la noticia de que su mascota ha muerto de forma calmada y tranquila. Si pretendes que el niño entienda la pérdida, abordarle cuando estés completamente embriagado por la emoción puede ser contraproducente.

Por ello, es mejor dar la noticia cuando tú estés tranquila y una vez que puedas poner palabras adecuadas a lo sucedido. Un sitio sin mucho ruido, con buena iluminación y, a ser posible, cuando el pequeño se encuentre en un estado de ánimo positivo puede ser la mejor opción.

Es mejor evitar el momento de las comidas, ya que la mala noticia puede cortarles la digestión. También el de antes de irse a dormir, por la aparición de posibles pesadillas o temores.

Expresar cómo te sientes

Que no vayas a hablar con él con los ojos desbordantes de lágrimas no quiere decir que no puedas decirle cómo te sientes. Es natural que tú también sientas la pérdida, que estés triste, con sensación de vacío, que llores, que te encuentres alicaído…

Y también es realmente bueno para los pequeños saber que la tristeza no es mala y que es una emoción adecuada y ajustada cuando una mascota ha muerto. La tristeza es necesaria, adaptativa y da la oportunidad a los demás de expresar sus afectos y su comprensión. Puede ser un buen momento para que el niño aprenda la utilidad de esta emoción, ¿no te parece?

Así, el pequeño también se sentirá con la libertad y la confianza de expresarte cómo se siente y eso le servirá para aprender a identificar y a manifestar sus emociones, algo crucial durante sus primeros años de vida y que, sin duda, marcará su posterior desarrollo emocional.

Sinceridad

Los niños agradecen la sinceridad. Por eso, es preferible decirle que su mascota ha muerto a mentirle y optar por decir que se ha marchado o que alguien la ha adoptado. Esto puede ser vivido como un abandono sin explicación y puede llegar a ser traumático para los pequeños.Niño con su perro en el parque antes de saber que su otra mascota ha muerto.

Por eso, no hay que evitar mencionar la palabra “muerte”, ni ocultar que el animal ha fallecido. Esto no quiere decir que des todos los detalles del proceso, pero sí que les expliques lo que ha ocurrido.

Resolver sus dudas

Tanto si es el primer proceso de muerte al que se enfrenta el pequeño, como si no lo es, resulta muy conveniente responder a las dudas que le vayan surgiendo. “¿Por qué ha muerto? ¿Y ahora dónde va a ir? ¿Tenemos que enterrarle? ¿Compramos otra mascota?”.

Es natural que tengan preguntas sobre la muerte en sí, por lo que es un buen momento para hablarle de manera natural sobre el ciclo de la vida. Además, es bueno resolver esas dudas para aliviar su incertidumbre futura.

Como ves, decirle a tu hijo que su mascota ha muerto no es una tarea sencilla. Pero si tu hijo ve cómo tú, persona de referencia para él, entiendes y aceptas que la mascota ha muerto y sigues hacia delante, es bastante probable que él también lo viva de manera similar. Recuerda que eres su modelo de conducta.

Pasar por esa situación tan dura puede valerle como herramienta de superación para posibles experiencias parecidas en el futuro. Así, podrá emplearla a la hora de afrontar otras pérdidas parecidas e incluso otro caso en el que su mascota haya muerto.

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