Tu hijo se encontrará en la vida con momentos en los que tendrá que negociar. En realidad, los padres saben que sus hijos son excelentes negociadores en casa, pero ¿y fuera de ella? Tu hijo se encontrará con situaciones en las que sus propios deseos y necesidades chocan con los de otras personas.
Aprender a manejar estas situaciones es una habilidad vital de la vida que los niños necesitan para comenzar a practicar lo antes posible. Intenta y refuerza los siguientes principios, siempre que tengas la oportunidad, para que tu pequeño aprenda, poco a poco, a defender lo que considera justo para él mismo.
Cómo enseñar a los niños a negociar para la vida
Es necesario tener en cuenta los siguientes consejos para enseñar a los niños a negociar para la vida:
- Ayuda a tu hijo a comprender que la vida no es una competencia. No se trata solo de obtener lo que quier, sino de encontrar soluciones en las que todos obtengan algo de lo que desean. Si dos personas han cedido un poco pero se van contentas, es un éxito mucho mayor que salirse con la suya pero dejar a otra persona sintiéndose aplastada.
- Haz hincapié en que, para que las negociaciones funcionen, es esencial mantener una actitud respetuosa y considerada hacia la otra persona. Si las personas se sienten atacadas, no estarán de humor para comprometerse.
- Recuerda a tu hijo que una forma de hacerlo es reconocer abierta y directamente los sentimientos, necesidades y preocupaciones de la otra persona. Frases de este tipo podrán ayudar: “Es horrible sentirse excluido. Busquemos una manera de hacerlo para que sea justa para todos”.
- La negociación exitosa depende tanto de escuchar como de hablar. Anima a tu hijo a hacer preguntas que le ayuden a comprender completamente el punto de vista de la otra persona.
- Destaca la importancia de mantener una mente abierta. Ayuda a tu hijo a pensar de manera flexible y creativa en la búsqueda de soluciones.
- Refuerza la importancia de mantener la cabeza fría. Si las cosas se calientan, enséñale a tu pequeño que el mejor camino a seguir podría ser tomarse un descanso por unos minutos. Después, volver a la mesa de negociaciones una vez que todos se hayan calmado.
Sentar las bases para negociar
Puedes sentar las bases de estas habilidades incluso con niños muy pequeños que usan juegos que enseñan el valor de la colaboración o el compromiso para lograr sus objetivos.
Los juegos de comprensión y memoria en los que los competidores tienen que responder preguntas sobre historias narradas a cambio de dulces u otras recompensas simbólicas también pueden entrenar a los niños a que escuchen con atención.
Los juegos simples de recolección de piezas se pueden modificar para que los jugadores puedan intercambiar piezas, perdidas y que tengan que negociar y comprometerse, en consecuencia. Los niños mayores pueden aprender mucho sobre los principios de negociación de juegos como el Monopoly.
La importancia de negociar para la vida
Hay que potenciar las negociaciones de la vida que enseñan y enfatizan la equidad y la comprensión para caminar en los zapatos de la otra persona. Negociaciones que acaben en resultados tan favorables como sea posible para todas las partes involucradas.
Los niños reciben poder, independencia y respeto cuando sus padres lo permiten y los alientan a negociar, incluso cuando son niños pequeños.
Decidir con un padre qué ropa usar, qué alimentos para el desayuno comer, qué tan ordenada debe estar su habitación, qué horario es mejor para hacer la tarea en casa, etc., pueden ser buenas oportunidades para enseñar a los niños la negociación.
Los padres que adoptan la negociación y el compromiso como un valor familiar crían a los niños que saben que sus opiniones, sentimientos y necesidades serán honrados y respetados. Los niños a quienes se les enseña de esta manera también tienen muchas más probabilidades de devolver este honor y respeto a los demás.
Puede ser difícil, pero no imposible
Puede ser difícil ver la correlación entre negociar con éxito una hora de acostarse más tarde con los hijos de nueve y siete años, y llegar a un compromiso razonable con tu hijo adolescente sobre un toque de queda de fin de semana. Pero esta comparación es válida y necesaria.
El respeto, el honor y la empatía que se acumulan durante las negociaciones exitosas entre padres e hijos durante los años más jóvenes, a menudo, resultan en negociaciones y compromisos agradables en los años de la adolescencia. Recuerda que negociar con tus hijos no es rendirse, pues les estás enseñando una de las lecciones importantes de la vida.