Disfraces y teatro infantil

Los disfraces y el teatro infantil están íntimamente relacionados. Vamos a ver algunas actividades que podemos realizar para trabaja con estas poderosas herramientas.

Niños con disfraces al final de la representación de un teatro infantil.

El teatro y el juego teatral son herramientas de lo más completas para que los niños desarrollen su creatividad. Con el teatro trabajan su creatividad. Los disfraces y el teatro infantil están íntimamente relacionados, ya que es una forma de completar cada personaje, de darle matices propios.

No nos referimos solo al teatro escolar; en casa los niños también pueden pasar tardes enteras jugando a hacer teatro, siendo actores, metiéndose en el papel de otros, sintiendo que son otros.

Con el teatro, pueden aprenderse nuevas historias, pero también pueden crearse historias inventadas por parte de los niños. Su imaginación se potencia, sienten empatía por los demás al poder estar en el papel del otro; son capaces de entender mejor los sentimientos y emociones de los demás.

La expresión corporal y verbal también se desarrolla con el teatro. La memoria se trabaja de forma divertida, sin que los niños se den cuenta.

Si vamos a ponernos a crear una obra de teatro con niños, solo necesitaremos tener ganas, un poco de organización y pensar en la ropa, ya que los disfraces y el teatro infantil son un todo, no hay teatro infantil sin disfraz de personaje.

Una vez pensemos y busquemos la ropa que necesitarán e ideemos el maquillaje, e incluso el peinado, podremos conseguir un bonito escenario que les ayude con el juego dramático.Niños en clase de teatro infantil.

Disfraces y teatro infantil

Disfrazarse a la hora de hacer teatro para los niños favorece el desarrollo de sus capacidades. El disfraz crea la situación imaginaria ideal para desarrollar juegos simbólicos. Haciendo teatro se van a esforzar en trabajar su vocabulario, en comunicar lo que siente el personaje, en entender lo que los demás personajes están planteando.

El disfrazarse no debe tener reglas concretas; es un juego en el que todo vale. No hay ningún disfraz que sea mejor que otro. El sentido del ridículo desaparece por completo. Lo ideal a la hora de crear un personaje y pensar en su vestuario es ir hablando con el niño para que él exprese cómo se imagina que su personaje va vestido y ayudarle a conseguir todo lo que necesita.

Actividades con disfraces y teatro infantil

Rincón de los disfraces

Podemos crear en casa o en el aula un ‘rincón de los disfraces’.  Es algo que realmente apasiona a todos los niños. Para ello, buscaremos varias cajas grandes para ir separando la prendas, pantalones en una caja, faldas en otra y sombreros, tocados y pelucas en una distinta. Una cuarta caja puede ser la de los complementos: bolsos, corbatas, pañuelos, pulseras…

No tienen que ser prendas de disfraz y tampoco tienen que ser todo prendas infantiles. Podemos mezclar ropa de adultos con ropa de niños. Ellos encontrarán maravilloso utilizar una vieja camisa de papá para buscar un personaje o ponerse un bolso antiguo de mamá y jugar con él.

Crea tu personaje

En esta actividad, invitamos a los niños a crear un personaje. Pensarán en quién van a ser y, a partir de su descripción, buscarán los elementos externos que necesitan para buscar cómo iría vestido su personaje.

Cuando ya están vestidos iremos contando un cuento (inventado sobre la marcha, tampoco tiene que ser nada complicado) mientras ellos representan mediante expresión corporal lo que está pasando. También pueden tener pequeñas frases que surjan de la improvisación. Es un ejercicio de lo más completo para trabajar la creatividad.Niños con disfraces representando un teatro infantil.

Los miniteatros

Le damos a un grupo de niños el título de una obra de teatro; no tiene que corresponderse con una obra real, es mejor que sea algo sencillo, inventado. Los niños tendrán unos 10 minutos para disfrazarse de sus personajes y hacer un pequeño ensayo de lo que será la obra.

Después, mediante la improvisación, representarán esta obra para los demás grupos. Todos serán público y todos serán actores en algún momento de la actividad.

Este juego les encanta porque les da mucha autonomía, mucho margen para crear una historia propia y jugar, así, a hacer teatro. Una vez expongan su miniteatro, el público que ha estado observando comentará qué han visto, qué les ha gustado más de la historia e incluso si ellos añadirían o quitarían algo.

En definitiva, para un niño, idear y ponerse un disfraz es el instrumento ideal para dejar volar la imaginación y crear infinitas historias y personajes, potenciando, así, su creatividad y su autonomía.

Bibliografía

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  • Tejerina, I. (1994). Dramatización y teatro infantil. Dimensiones psicopedagógicas y expresivas. Madrid: Siglo XXI.
  • Núñez Cubero, L. y Romero, C. (2004). La educación emocional a través del lenguaje dramático. Addenda a la II Ponencia: Los lenguajes de las Artes. Escenas y Escenarios en Educación, XXII-Site-Sitges Conference.
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