La motivación escolar en la adolescencia

Para obtener un buen rendimiento académico, es imprescindible la presencia de motivación escolar, especialmente en la adolescencia. A continuación, te explicamos todo lo que debes saber sobre este tema.
La motivación escolar en la adolescencia
Ana Couñago

Escrito y verificado por la psicóloga Ana Couñago.

Última actualización: 10 julio, 2020

La motivación escolar en la adolescencia es fundamental para conseguir el éxito académico en la etapa de Educación Secundaria y, además, desarrollar al máximo nivel todas las potencialidades, capacidades y habilidades. Para ello, tanto el profesorado como la familia de los jóvenes, deben fomentar el interés por el aprendizaje y los estudios.

En este sentido, hay que tener en cuenta que cada estudiante se ve motivado por unas razones concretas, y es importante detectarlas para conocer qué es lo que mueve la conducta del alumnado.

“La motivación es la gasolina del cerebro”.

-Anónimo-

La motivación escolar en la adolescencia

Según el profesor y pedagogo Enrique Martínez Salanova Sánchez, la motivación por el aprendizaje se puede definir como:

“El interés que tiene el alumno por su propio aprendizaje o por las actividades que le conducen a él. El interés se puede adquirir, mantener o aumentar en función de elementos intrínsecos y extrínsecos”.

Por tanto, la motivación escolar en la adolescencia depende de varios factores que implican a la propia persona y a su entorno.

Adolescentes en la biblioteca estudiando con una gran motivación escolar.

Deseos y necesidades que determinan la motivación escolar

Tal y como indica Jesús Alonso Tapia, existen siete tipos de deseos o necesidades que determinan la actitud del alumnado a la hora de afrontar las tareas escolares:

  • Deseo de dominio y de sentirse competente. El estudiante valora la adquisición de competencias y conocimientos, por lo que disfruta al realizar actividades y ejercicios que le permiten aprender.
  • Deseo de aprender algo útil. El alumno se siente motivado por el hecho de adquirir conocimientos que le pueden servir para desempeñar:
    • Otras tareas educativas.
    • Actividades y labores de la vida cotidiana.
    • Alguna profesión en un futuro.
  • Deseo de conseguir recompensas o incentivos externos. El estudiante muestra interés por el aprendizaje e intenta alcanzar buenos resultados para obtener recompensas sociales o materiales.
  • Necesidad de obtener buenas calificaciones. El alumno no estudia para aprender, sino para aprobar o conseguir un expediente académico óptimo. Esto induce al aprendizaje repetitivo y memorístico.
  • Necesidad de preservar la autoestima. El estudiante se esfuerza por tener un buen rendimiento escolar y, así, mantener una buena estima personal, puesto que el autoconcepto académico en la adolescencia está vinculado con el desarrollo de la autoestima.
  • Necesidad de autonomía y control de la propia conducta. El estudiante quiere valerse por sí mismo, por lo que muestra mayor motivación ante las actividades que le permiten cierta libertad y manifiesta rechazo por aquellas tareas que percibe como impuestas y poco flexibles.
  • Necesidad de la aceptación de los profesores y de los compañeros. El alumno muestra interés escolar para sentirse aceptado y valorado por el grupo de iguales y por los docentes. De hecho, en caso de percibir cierta desaprobación por alguno de estos colectivos, el estudiante expresa rechazo ante todo lo relacionado con la escuela.
    Adolescente estudiando en su casa con una gran motivación.

Otros factores que afectan a la motivación

La percepción del éxito y del fracaso también determinan la motivación escolar de los adolescentes. Así, las experiencias previas influyen en la conducta y en las atribuciones personales que uno hace sobre los siguientes aspectos:

  • Habilidades y capacidades.
  • Esfuerzo.
  • Dominio de la tarea.
  • Suerte.

Además, las expectativas del profesorado son vitales para la motivación de los estudiantes. Por tanto, el docente debe intentar reforzar de forma positiva y equitativa a todo el alumnado, proporcionando:

  • Un clima afectivo que fomente la comunicación y las relaciones sociales.
  • Información y ayuda incondicional, tanto académica como emocional y personal.
  • Oportunidades de responder y participar de un modo activo.
  • Feedback positivo, cuando hacen bien las tareas escolares.
  • Crítica constructiva, cuando cometen fallos en la actividades académicas.

“La motivación es la mejor herramienta para el aprendizaje, unos alumnos motivados aprenden más y mejor”. 


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  • Alonso-Tapia, J. (1998). Motivar para el aprendizaje. Barcelona: Edebé.

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