Sentir rechazo hacia un hijo: ¿por qué ocurre y cómo abordarlo?

¿Sientes rechazo hacia tu hijo? ¿Te arrepientes de haber sido madre? No estás sola. Te contamos a qué puede deberse y qué puedes hacer al respecto.
Sentir rechazo hacia un hijo: ¿por qué ocurre y cómo abordarlo?
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 06 septiembre, 2023

La maternidad se percibe muchas veces como un estado idílico, rebosante de felicidad y amor incondicional. Pero la realidad es que, por diversos motivos, un importante porcentaje de madres no logra establecer un vínculo emocional con su bebé. O le supone un gran trabajo conseguirlo.

Sentir rechazo hacia un hijo puede generar grandes mucha culpa y causar daños emocionales tanto en la madre como en el bebé. Pese a que son varias las mujeres con este sentimiento, las pocas que se atreven a exponerlo reciben juicios en lugar de comprensión y ayuda.

Sin embargo, llevar en silencio esta carga puede volverla aún más pesada. Por ello, queremos exponerte las causas más frecuentes de este sentimiento, con el fin de que puedas comprenderlo mejor y adquirir herramientas para afrontarlo si te encuentras en esta situación.

Sentir rechazo hacia un hijo: ¿por qué sucede?

Un trabajo publicado en la revista Encrucijadas, retoma las ideas de la reconocida filósofa francesa Elisabeth Badinter, quien sostiene que el amor maternal no responde a un instinto innato. Más bien, se trata de una construcción social y cultural.

Partiendo de esta premisa, podrás comprender que es factible sentir rechazo por un hijo, lo cual suele ocurrir cuando no se ha logrado establecer un vínculo emocional sólido. Esta situación puede tener múltiples causas, pero entre las más frecuentes se incluyen las siguientes.

1. Embarazo no planeado

No todas las mujeres desean ser madres, o no en cualquier momento. Cuando un embarazo no planificado ocurre, el impacto emocional puede dificultar la adaptación a este nuevo rol, y a su vez, obstaculizar la formación del lazo de apego una vez que el bebé nace.

Este desafío no se limita a madres primerizas que quizás no deseaban quedar embarazadas, o al menos no tan pronto. También puede ocurrir en embarazos sucesivos si la mujer se encuentra en una etapa de su vida en la que la maternidad no entraba en sus planes.

2. Depresión posparto

De acuerdo a una investigación difundida en la revista Ginecología y obstetricia de México, se estima que entre el 7 y el 50 % de las mujeres que son madres experimentan depresión posparto.

Esta condición, además de contribuir con un estado anímico triste, generar cambios bruscos de humor y produce ansiedad o problemas para dormir. También dificulta el adecuado establecimiento del vínculo de apego con el bebé.

Así, el temor a no estar a la altura o el sentirse desbordada por los retos de la maternidad pueden llevar a la madre a experimentar un cierto rechazo por el hijo. Muchas de ellas pueden presentar este tipo de emociones durante las dos semanas posteriores al parto. Sin embargo, si estas se alargan más de lo esperado, dificultan el cuidado del bebé o generan un malestar significativo, es necesario acudir a un profesional.



3. Expectativas sobre la maternidad

Otro de los mayores motivos que pueden llevar a sentir rechazo hacia un hijo son las expectativas poco realistas respecto a la maternidad. Para muchas mujeres, ser madre no es un deseo genuino, sino un paso que dan por presión social. Cuando enfrentan la realidad, pueden sentirse desbordadas, arrepentidas e incapaces de afrontar la situación.

La llegada de un hijo transforma de forma radical la vida de una mujer. Implica hacer sacrificios, renuncias y esforzarse aún más cuando tienes la responsabilidad de cuidar otra vida. Así, la brecha entre la expectativa y la realidad puede generarte una serie de emociones displacenteras como la frustración, el estrés y la decepción, lo que puede tener un impacto negativo en el vínculo con el niño.

4. Heridas no resueltas

Hay madres que tienen un autoconcepto negativo y eso se lo transmiten a sus hijos. No son capaces de quererse y, por lo tanto, no pueden querer a los demás. Esta autoimagen negativa puede estar vinculada a heridas emocionales no resueltas y, en algunos casos, a experiencias de apego inseguro durante la infancia, que influyen en la capacidad para establecer una relación saludable y amorosa con el bebé.

En relación con esto, un estudio llevado a cabo por profesionales británicos y estadounidenses, destaca como el trauma no resuelto de una madre puede perjudicar el lazo emocional con el bebé, y cómo la reorganización del apego podría ser una forma de proteger a los hijos de la transmisión del trauma.

¿Cómo actuar al sentir rechazo hacia un hijo?

Cuando te enfrentas al rechazo hacia tu hijo, es importante tomar medidas para proteger tanto tu bienestar como el de tu pequeño. Aquí te ofrecemos algunas herramientas que puedes considerar.

1. Acepta lo que sientes

No sirve de nada ignorar lo que sientes o hacer caso omiso a tus preocupaciones. Reconocer y aceptar tus emociones es el primer paso para abordar cualquier situación difícil. Las circunstancias pueden sobrepasarte en algún momento.

Además, recuerda que no estás sola, pues existen muchas madres compartiendo este mismo sentimiento incómodo. Es más, la socióloga israelí, Orna Donath, asegura en su libro Madres Arrepentidas, que no toda madre es feliz por serlo.



2. Evita enfrentar esto en silencio

Insistimos: no tienes que hacer frente a este desafío a solas o en silencio. Buscar apoyo y hablar sobre tus sentimientos con personas de confianza, como amigos o familiares, puede ser de gran ayuda. Puede aliviar tu malestar.

Asegúrate de buscar contención en aquellas personas que sean capaces de escucharte sin juzgarte y que estén dispuestas a ofrecer un hombro comprensivo.

3. Busca ayuda profesional

Acudir a un psicólogo o terapeuta puede ser beneficioso para adaptarte a la maternidad y resolver los conflictos que puedas estar experimentando.

De igual forma, puede ayudarte a lidiar con una posible depresión posparto y ofrecerte herramientas para aliviar los miedos y el sentimiento de soledad. Asimismo, puede acompañarte para cambiar la perspectiva sobre la maternidad y flexibilizar tus expectativas al respecto.

Ignorar el problema no lo soluciona

Tratar de ocultar tus emociones no las hará desaparecer. Es importante que tengas presente que la herida de rechazo en un niño puede causarle daños emocionales significativos, por lo que abordar tus sentimientos es de suma importancia.

Sentir rechazo hacia un hijo no es irreversible. No tiene por qué ser permanente o definitorio. Al enfrentar la situación y buscar apoyo especializado, puedes comenzar a tomar medidas para sanar tus heridas y desarrollar un vínculo emocional saludable y armonioso con tu hijo. Ambos merecen sentirse bien.


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