¿Es peligroso que mi bebé tenga la mirada perdida?

Cuando un bebé tiene la mirada perdida, su origen suele estar determinado por problemas en la vista, o bien por alguna anomalía en su sistema nervioso. En estos casos, lo mejor es la visita periódica al pediatra.

La mirada perdida puede deberse a numerosas causas.

Mirada perdida, ojos introvertidos y problemas de percepción, si observamos que nuestro bebé manifiesta alguno de estos síntomas, debemos estar alertas. Todos estos son posibles indicios de algunas anomalías, aunque también dependerá de la edad que tenga el pequeño.

La mirada perdida recurrente en un bebé puede anunciarnos la presencia de dos tipos de padecimientos: en la vista o en el sistema nervioso central. Por eso, los pediatras aconsejan mantener un control activo del comportamiento visual de los infantes.

A continuación, hablaremos sobre la mirada perdida en los bebés y los riesgos que esto puede conllevar. Así que presta atención para que puedas detectar a tiempo cualquier alteración en tu hijo.

Síntoma 1: movimientos extraños en los ojos

Esto se puede observar cuando mantenemos contacto directo con nuestro pequeño. Si el niño no enfoca cuando le estamos poniendo el biberón en la boca o le cuesta agarrar el sonajero, podría haber un problema de alineación en los ojos (estrabismo).

Una mirada un poco dispersa puede ser normal, pero hasta cierto punto. En el caso de los bebés pequeños, sus ojos pueden estar un poco desviados hacia adentro. Esto ocurre por la inmadurez de los músculos oculares y del cristalino, lo que se traduce en una disminución del enfoque visual, tal como lo sugieren algunos estudios.

No obstante, lo habitual es que este inconveniente sea superado espontáneamente antes del cuarto mes de vida. En caso de que esto no ocurra, el doctor puede diagnosticar una enfermedad ocular e indicar un tratamiento médico de forma oportuna; pues, cuanto más tiempo pase, será más difícil realizar la corrección del defecto.

Lo ideal sería que acudas a un oftalmólogo especialista en pediatría, quien podrá determinar si existe algún tipo de anomalía refractaria (como miopía, astigmatismo o hipermetropía) o se trata de un estrabismo. Ambos problemas mejoran con el uso de gafas y diversos ejercicios.

Si un bebé tiene la mirada, perdida, esto puede ser señal de una anomalía en su sistema nervioso.
Los bebés pueden tener la mirada perdida durante los primeros meses por una inmadurez en los órganos visuales.

Síntoma 2: el bebé tiene la mirada perdida

Los fallos visuales pueden causar que el bebé mire hacia otro lado mientras interactuamos con él. No obstante, siempre existe la posibilidad de que el pequeño experimente un problema en su sistema nervioso.

En la actualidad, la mirada perdida en un bebé puede ser un indicador temprano del trastorno del espectro autista (TEA).  Otra señal de alerta, que ya puede detectarse en los menores de 2 años, es la falta de una mirada directa con el cuidador en el contexto de una experiencia cariñosa o la ausencia de atención conjunta.

También, podemos objetivar la mirada perdida ante una crisis de ausencia, que es un tipo específico de convulsión, bastante común en la infancia. En este caso, la fijación de la mirada sobre un punto determinado se acompaña de una interrupción completa de la actividad que se estaba realizando.

De acuerdo con una publicación de la revista Neurologíala edad promedio para el diagnóstico de ausencias es de 6 años y 2 meses. Sin embargo, estas crisis pueden presentarse desde los primeros meses de vida, pero en general pasan desapercibidas.

Por eso, si tenemos alguna sospecha, lo adecuado es consultar con nuestro pediatra de confianza. El especialista se encargará de guiarnos en los análisis médicos a los que se someterá el pequeño de la casa. Probablemente, el pediatra pedirá que se haga una revisión oftalmológica para llegar a un buen diagnóstico.

Otras señales a las que debemos prestar atención

  • El bebé no fija la mirada: los niños a partir de los tres meses deben ser capaces de fijar y coordinar su mirada. Si no pueden y sus ojos se mueven constantemente, puede indicar un problema neurológico.
  • El niño no sigue los objetos con la mirada: esta manifestación es normal antes del segundo mes de vida en la mayoría de los bebés. Si el problema persiste hasta después el cuarto mes, es conveniente consultar al médico.
  • No puede mover los ojos hacia determinada dirección: este síntoma denota poco control de los músculos oculares, así como una falta de alineación. También puede deberse a síndromes poco frecuentes, como la desviación paroxística de la mirada hacia arriba.
  • Lagrimeo: se produce cuando el pequeño tiene lágrimas constantes en los ojos, incluso cuando no ha llorado. Esto puede orientar hacia algún fallo en la función del parpadeo o a la obstrucción del conducto lacrimonasal.

¿Cómo debemos verificar estos síntomas?

Lo ideal tampoco es que los padres se preocupen en exceso. A decir verdad, existen etapas en la vida del bebé en las que es normal que no controle del todo su mirada, como en el primer mes de nacido.

De la quinta a la sexta semana de vida, el bebé deberá ser capaz de enfocar la vista. Lo que sí puede ocurrir es que sus ojos no estén bien alineados, cosa que en general afecta a uno de los dos lados.

Como ya lo hemos comentado, lo más recomendable es que el niño sea revisado por un especialista si todos estos problemas persisten a los 4 meses. Cabe mencionar que para los 6 meses de vida, el bebé ya debe ser capaz de controlar los ojos como un adulto.

Los controles rutinarios ayudan a detectar la mirada perdida en los bebés.
Si bien la mirada perdida en los bebés es común durante los primeros meses, este síntoma debería desaparecer antes del cuarto mes de vida.

¿Cuándo debo acudir al médico?

Todos los síntomas mencionados con anterioridad se consideran normales durante los primeros meses de vida. No obstante, si el bebé crece y los problemas en la vista como la mirada perdida continúan, será necesario acudir al médico lo antes posible.

Una de las primeras señales de alerta es que tu hijo de 1 mes sea incapaz de fijar la mirada en un objeto que se ubica frente a él durante unos segundos. Otra de las señales de que algo no se encuentra bien es que sea incapaz de seguir objetos con la mirada a los 3 meses de edad.

Los síntomas mencionados indican que el desarrollo de la visión no está progresando de forma adecuada. Por lo que la valoración por parte del especialista es fundamental en estos casos para diagnosticar y corregir el problema a tiempo.

Por otro lado, se recomienda que lleves a tu bebé al oftalmólogo al cumplir 1 año de edad si tú o tu pareja usan gafas desde la infancia. Muchos de estos problemas tienen un componente hereditario, por lo que existe mayor riesgo de que el pequeño también padezca la patología.

Los padres podemos ayudarles haciendo ejercicios

Los mayores tenemos un papel muy importante en el desarrollo de la vista de nuestros bebés. No solo se trata de observar si algo anda mal, sino que también podemos estimularlos mediante ejercicios.

Uno de los más efectivos es utilizar juguetes de colores llamativos y moverlos hacia los lados para verificar que el niño es capaz de seguirlos.

Los juguetes móviles que se colocan en la cuna también son buenos para trabajar el desarrollo óptico de los pequeños. En conclusión, el tema central es darnos cuenta con rapidez de cualquier anomalía.

Bibliografía

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