3 pautas para mejorar la comunicación en niños con TEA

Como pautas para mejorar la comunicación con niños con TEA es importante empezar por generar un entorno tranquilo y reducir los estímulos.
3 pautas para mejorar la comunicación en niños con TEA
Maria Fátima Seppi Vinuales

Revisado y aprobado por la psicóloga Maria Fátima Seppi Vinuales.

Última actualización: 31 marzo, 2022

El trastorno del espectro autista (TEA) es una condición del neurodesarrollo que afecta, principalmente, a la comunicación y a la interacción social de quien lo padece. Y cuando decimos comunicación, nos referimos mucho más que al habla, pues el intercambio entre las personas se establece de distintas maneras. Por eso, hoy queremos ofrecerte 3 consejos para mejorar dicha habilidad en los niños con este diagnóstico.

La comunicación se puede mejorar por medio de diferentes estrategias, pero para eso, primero debemos comprender la complejidad que implica su desarrollo y cada una de sus dimensiones. Solo así podremos abrirnos a experimentar nuevos modos de interactuar y no quedarnos únicamente con lo tradicional y conocido. ¿Empezamos?

¿Qué es el trastorno del espectro autista (TEA)?

Todas las personas con TEA son diferentes, pues no hay individuos idénticos en el mundo. No obstante, presentan ciertas características comunes que se manifiestan en distinto grado, pero que suelen sugerir fuertemente esta condición. Entre ellas se mencionan las siguientes:

  • Dificultades en la comunicación.
  • Problemas en la interacción con otras personas.
  • Intereses peculiares y restringidos.
  • Conductas reiterativas o estereotipadas.
  • Imposibilidad de anticiparse a las intenciones o a las motivaciones ajenas.

Según el tenor con el que se manifiesten estas características, será el nivel de complejidad del TEA de esa persona. No obstante, en mayor o menor medida, es frecuente constatar alguna alteración o déficit en el área social, comunicativa y conductual.

Para mejorar la comunicación en los niños con TEA, es importante arribar al diagnóstico lo más tempranamente posible. Pues el cerebro de los infantes es muy permeable a los cambios en los primeros 5 años de la vida y las intervenciones que se realizan en esa etapa pueden modificar el curso de esta condición.

Madre con su hija con autismo llevando a cabo uno de los programas de intervención.
Las dificultades en la interacción social y en la comunicación son dos de las principales características del trastorno del espectro autista.


Pautas de comunicación para niños y niñas con TEA

En nuestro día a día la comunicación reviste una enorme importancia, ya que es lo que nos permite intercambiar ideas y sensaciones con otros y desenvolvernos en la sociedad en la que vivimos. Por medio del lenguaje manifestamos nuestras necesidades, nuestros deseos y también establecemos nuestros límites.

En las personas con TEA, la comunicación puede convertirse en un enorme desafío. Y esto no se limita a un repertorio acotado de palabras, sino a una dificultad para establecer el intercambio al que estamos acostumbrados. Por eso, debemos aprender nuevas maneras de comunicarnos con los niños y niñas con TEA y promover esto al resto de la sociedad.

Algunas de las estrategias útiles que se pueden poner en práctica son las siguientes.

Modelar la conducta

Implica mostrarle al niño de forma reiterada cuál es la conducta que se espera de él. Esto se ejecuta de modo secuencial para reducir la complejidad y convertirla en algo más sencillo de seguir y de imitar.

Por ejemplo, si queremos que el niño aprenda a vestirse solo, debemos mostrarle que el brazo se coloca dentro de la manga y luego, incentivarlo a probarlo por él mismo. Esto favorece al aprendizaje por imitación, pero es necesario conocer con claridad qué es lo que se quiere enseñar.

Usar refuerzos con imágenes

La habilidad comprensiva de las palabras puede estar afectada, así como también la habilidad de retener una orden o evocar una idea. Por eso, es útil emplear imágenes, fotografías u objetos cotidianos para que el niño los asocie a un pedido específico.

Un ejemplo de esto es motivarlo a señalar el dibujo del váter cuando quiera ir al baño.

Evitar el uso de metáforas y de frases de doble sentido

El lenguaje indirecto es más difícil de comprender que el directo. Esto está muy relacionado con la habilidad de “leer la mente” de las personas y entender aspectos que van más allá del significado de las palabras.

Los niños con TEA carecen de esta capacidad y por eso, lo mejor es hablarles de manera simple y concreta.

No se trata únicamente de enseñar signos y reglas, sino de promover la interacción y apostar por la comunicación de formas alternativas. Es decir, de reforzar el valor del intercambio social que habilita la comunicación.

Otras recomendaciones para mejorar la comunicación

Además de las pautas mencionadas, se pueden implementar otras estrategias, que sirven en cualquier ámbito en el que se desarrolla el niño con TEA:

  • Estimular la comunicación. Hay que evitar interpretar o “adelantarse” a sus pedidos y dejar que ellos mismos desarrollen la idea como puedan.
  • Al hablar o dar instrucciones, emplear un vocabulario que sea cotidiano para ese menor.
  • Hablar claro, de forma simple y pausada.
  • Optar por el lenguaje positivo para redireccionar la conducta inadecuada hacia aquella adecuada. Por ejemplo, “saltemos aquí abajo” en lugar de “no saltes en el sofá”.
  • Reforzar la conducta deseada, reconocer el logro. No hace falta recurrir a objetos materiales, sino brindarle al pequeño algo de su interés (como un gesto, un paseo, un momento compartido) para que establezca una relación causal entre responder a nuestro pedido y recibir aquello que desea.
  • Propiciar los entornos ordenados, previsibles, con baja carga de estímulos.

Vale destacar que el foco no debe ponerse en “reducir” o “adaptar” al niño que tiene TEA al lenguaje, sino todo lo contrario: adecuar el lenguaje a cada niño y volverlo funcional a sus capacidades y habilidades.

pictogramas caras emociones señalamiento
Los pictogramas y otros elementos que apoyen a la comunicación no verbal son herramientas muy útiles en el entrenamiento de la comunicación de los niños con TEA.


Cada persona es un mundo

Cada quien tiene su propia singularidad y eso nos vuelve especiales. Por eso, no podemos generalizar a todos los niños con TEA ni brindar soluciones mágicas y universales. Lo que debemos hacer es conocer y comprender al niño que tenemos delante e introducirnos en su mundo para formar parte de sus actividades.

Para comunicarnos con los demás, debemos comprender sus necesidades, sus capacidades y también, sus focos de interés.

Tal como se señaló anteriormente, el TEA se manifiesta de múltiples formas y esto nos lleva a buscar pautas de abordaje que se ajusten a las posibilidades de cada individuo.

Por último, no hay que olvidarse que es preciso acompañar a los progenitores, a las familias y a las instituciones educativas para que todos podamos contener y guiar los procesos de aprendizaje de estos niños.


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