Las diferentes grasas de la leche materna tienen funciones más allá de la nutrición. La leche es un tejido vivo y cambiante y, como tal, su composición no es uniforme. Así, la cantidad de sus componentes varían a lo largo del día y entre una toma y otra. También, cambia paulatinamente con la edad del bebé.
Aunque la dieta de la madre no es determinante en estos cambios, algunos nutrientes pueden verse afectados por la ingesta materna. En general, la composición de la leche de una madre se adecua de manera específica a las necesidades del desarrollo de su bebé. Esto es cierto en cada una de las etapas de crecimiento, incluyendo a las necesidades de los bebés prematuros.
El contenido energético de la leche materna se obtiene, primordialmente, de dos componentes. El primero, la lactosa, el componente más abundante de todo el contenido de la leche. Por otro lado, están las grasas de la leche materna.
Es interesante recordar que, junto a las grasas de la leche, también se transmiten moléculas liposolubles. Por ejemplo, vitaminas A, D, E, K, y otros carotenoides. Hoy hablaremos de tres datos interesantes de estas grasas.
1. Las grasas de la leche materna se dispensan como una emulsión
La leche es una emulsión con partículas de grasa, conocidas como glóbulos de grasa, dispersas en un ambiente acuoso (el suero). Los glóbulos de grasa son producidos por las células del epitelio mamario. Presentan diferentes tamaños, con diámetro que varía de 0.1 a 10 micras.
En cuanto a su composición, contienen sustancias propias de la célula epitelial mamaria. Se conoce que están rellenos en gran proporción con triglicéridos. Pero su rasgo primordial es que están cubiertos de una membrana de estructura única, conocida como membrana de glóbulos de grasa de leche.
¿Por qué importa esta membrana?
Es muy interesante conocer que esta membrana posee tres capas de fosfolípidos, cuando en el resto del organismo solamente posee dos. Gracias a esta arquitectura única de la membrana, los glóbulos de grasa no se unen los unos a los otros y se mantiene las partículas de grasa dispersas de la fase acuosa.
Además, la estructura y composición de esta membrana le permite transportar lípidos que den importancia metabolica, como son la esfingomielina y los gangliósidos. Al mismo tiempo, la membrana de glóbulos de grasa de leche es una fuente de otros muchos compuestos bioactivos. Entre ellos, se incluyen glucolípidos, glucoproteínas y carbohidratos, que tienen funciones importantes en el cerebro, el intestino y el sistema inmune.
2. Los glóbulos de grasas de la leche materna afectan el desarrollo de la inteligencia
Los componentes lipídicos de membrana del glóbulo de grasa, como son la esfingomielina y los gangliósidos, están altamente concentrados en el cerebro. Se conoce que están involucrados en la formación de las conexiones (sinapsis) entre neuronas y en la formación de la mielina.
La mielina es importante porque actúa como aislante de los axones, lo que resulta en la transmisión más eficiente de los impulsos nerviosos. La mielinización es un proceso que representa una gran parte del crecimiento cerebral durante la gestación tardía y los primeros dos años de vida. Pero también se conoce que este proceso puede continuar hasta 5 a 10 años de edad.
Han sido reportados una variedad de ensayos clínicos en poblaciones de niños que van desde bebés prematuros hasta niños en edad preescolar, demostrando que la suplementación dietética con membrana de glóbulos de grasa de leche mejora el proceso cognitivo y el comportamiento.
3. Los glóbulos de grasas de leche materna refuerzan el sistema inmune y promueven la salud intestinal
Estudios realizados en modelos animales han demostrado que los gangliósidos refuerzan el sistema inmune. Además, otros componentes transportados por los glóbulos de grasas afectan la respuesta inmune. Tales componentes incluyen diferentes proteínas, como lactadherina, mucina-1 y butirofilina.
Cada una influye en el sistema inmune mediante varios mecanismos. Por ejemplo, pueden interferir en la adhesión de microbios patógenos al epitelio intestinal. Otras presentan acción bactericida e, incluso, puede actuar beneficiando el desarrollo de la microbiota intestinal.
Bibliografía
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