Estrés materno: señales y soluciones

Estrés materno: señales y soluciones
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 12 mayo, 2020

Cuando hablamos del manejo del estrés, lo primero que nos viene a la mente son palabras como yoga, meditación, descanso o relajación. Ahora bien, imagina por un momento que eres madre de un bebé y te encuentras en plena transición de estrés materno. En muchos casos, manejar esta situación resulta difícil o imposible para una mujer que no sabe cómo. Por eso, si esta es tu situación, queremos enseñarte las claves que necesitas conocer.

En la medida de lo posible, convertirse en madre debe ser un acto consciente y planificado. Aunque, ciertamente, muchas mujeres en el mundo reciben a un bebé en sus brazos sin  haber tenido ningún tipo de preparación previa sobre cómo manejar el estrés materno.

Las herramientas para gestionar el estrés materno son necesarias para criar a un niño. Y lo son porque ser madre es una tarea a tiempo completo a la que se le suma la labor de ocuparse de los cuidados de una casa y muchas veces de tener que trabajar. De esta manera, es normal que todo ello te genere estrés en algún momento de tu vida.

El estrés tiene muchas caras

El estrés no es algo que deba preocuparte demasiado, ya que en cierto modo es una reacción natural a presiones físicas o emocionales. Sin embargo, los problemas comienzan cuando de alguna forma la madre se encuentra fuera de control y esa situación afecta a otros integrantes de la familia.

Los niños aprenden de sus padres a cómo manejar su propio estrés. Por esto, lo ideal es que reconozcas inmediatamente las señales y los síntomas, y así aprendas a aplicar soluciones rápidas y sanas a fin de evitar que sus efectos dañinos alcancen a otros dentro del hogar.

Existen numerosos remedios naturales para adelantar el parto.

Señales y síntomas de estrés en tu cuerpo

Generalmente a una persona con mucho estrés le aumenta rápidamente el ritmo cardíaco y respiratorio, además de la presión sanguínea y la tensión muscular. Por el contrario, el proceso digestivo y la resistencia a las enfermedades descienden. Además, la digestión puede provocar acidez, estreñimiento o diarrea.

Los patrones de sueño se alteran, los niveles de energía fluctúan y la sensación de agotamiento es constante incluso cuando se duerme bien. El estrés también puede descontrolar la menstruación en las mujeres, producir dolores y el surgimiento o empeoramiento de enfermedades. Por último, la dificultad por controlar los nervios puede provocar en determinadas ocasiones episodios de ira.

A veces la mente está tan llena de pensamientos negativos, ansiedad, ira o frustración, que olvidamos conectarnos con los que nos rodea

Técnicas para reducir el estrés materno

No cabe duda de que ser madre es un trabajo agotador; por eso es importante conocer estrategias que te ayuden a relajarte siempre que te encuentres en una situación de estrés.

El escritor freelance Jeremy Lehrer habla de una alternativa basada en “el apaciguamiento de la mente” ante los momentos de estrés que puede producir el proceso de crianza. Esta alternativa se llama “conciencia plena” y se trata de “calmar tu mente para poder estar más presente en el momento”.

Algo así como estar siempre viviendo en el momento presente: el aquí y el ahora. En uno de sus artículos ofrece tres vías o técnicas para manejar de la forma más sana posible el estrés materno o de crianza, veamos en qué consisten:

  1. Respiración consciente:

Para poner en práctica la técnica de la respiración consciente es necesario fijar atención en la manera en cómo entra y sale el aire del cuerpo. Puedes cerrar los ojos o mantenerlos abiertos, lo que más te ayude a concentrarte. Mientras inhalas y exhalas concéntrate en contar del 1 al 10 o de dos en dos.

El conteo te ayuda a darte cuenta de cuándo un pensamiento irrumpe en tu mente. Cuando esto ocurra déjalo pasar y vuelve a la tarea de contar las respiraciones. Siempre surgirán pensamientos y te darás cuenta de que la mente es inquieta. No obstante, la idea del ejercicio de respiración consciente es precisamente educar a la mente.

Verás que poco a poco este ejercicio se te hará más fácil. El secreto está en lo disciplinada y constante que seas. Si haces este ejercicio a diario, descubrirás que te hará sentir más calmada y relajada y realizarás tus tareas con una nueva predisposición.

La respiración consciente ayuda a combatir el estrés materno.
  1. Percepción de sensaciones:

Otra técnica para combatir el estrés y alcanzar un estado de relajación consciente consiste en prestar atención a las sensaciones de nuestro cuerpo. Para ponerla en práctica debes, en primer lugar, enfocarte en tu respiración. Inhala y exhala profundamente hasta que sientas tu mente relajada y empieces a sentir las diferentes partes de tu cuerpo.

El propósito de esta técnica es ser consciente de las sensaciones de tu cuerpo, no para juzgarlas sino para identificarlas y reconocer cómo nuestro cuerpo está reaccionando frente al estrés y las preocupaciones. La mente y el cuerpo necesitan estar en sintonía. Esto se logra estando más atento a las percepciones del cuerpo.

También puedes lograr esto al escuchar con atención  los sonidos que están a tu alrededor. El objetivo es notar los cambios sutiles que tienen los sonidos. A veces la mente está tan llena de pensamientos negativos, ansiedad, ira o frustración que olvidamos conectarnos con los que nos rodea.

Una de las técnicas para manejar el estrés materno es la respiración. Es la madre quien debe enfocar toda su atención en la manera en que respira

  1. Relajación consciente:

Esta técnica resulta especialmente efectiva cuando estás molesto o enfadado, explica Lehrer. Cuando notes que estás en ese estado, lo aconsejable es que busques un lugar apartado en la casa para que puedas intentar relajarte y pensar mejor. Pide que por favor te den unos minutos y evita todo tipo de distracción a tu alrededor.

Cuando logres esto, túmbate en el suelo, cierra los ojos y nuevamente céntrate en la respiración. Esta vez trata de respirar y de ir sintiendo las diferentes partes tu cuerpo en orden. Puedes empezar por los pies, siéntelos e invítalos a relajarse, posteriormente ve haciendo lo mismo con las rodillas, los muslos y el resto de partes de tu cuerpo.

También puedes comenzar por la cabeza e ir sintiendo cómo se relaja cada músculo de tu rostro, tus hombros, tus manos y así hasta llegar hasta tus pies. Cuando termines de relajar cada parte de tu cuerpo y decidas incorporarte nuevamente, levántate del suelo con suavidad.

Hay muchos vídeos que pueden ayudarte a guiar la ejecución de este tipo de técnicas, cuya práctica constante puede ayudarte a eliminar el estrés materno de manera paulatina y ayudarte a enfrentar los retos del día a día con el mejor ánimo.


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