¿Es bueno que los recién nacidos convivan con animales?

¿Qué pueden hacer los padres ante la llegada de un niño a casa cuando hay mascotas en ella? En los primeros meses del bebé, no debería haber ningún tipo de contacto con los animales caseros. La higiene es fundamental para la salud del niño en esos primeros meses de su vida.
¿Es bueno que los recién nacidos convivan con animales?
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 23 mayo, 2019

Muchos padres se preguntan si es positivo que los recién nacidos convivan con animales. Si bien la mascota no debe abandonar el hogar, también es cierto que los dueños deben mantenerlo lo más alejado posible del bebé, por lo menos durante el primer mes desde el nacimiento.

¿Es recomendable que los recién nacidos convivan con animales?

Se dan muchas discusiones acerca de lo positivo que puede ser que los recién nacidos convivan con animales. Desde el punto de vista de salud e higiene se trata, sin lugar a dudas, de una interrogante válida, siempre a favor de la protección del bebé que acaba de nacer.

Médicos especialistas en pediatría explican que, durante el primer mes de nacido, es recomendable alejar a las mascotas de los bebés. Esto no implica que se deban ir del hogar; simplemente basta con mantenerlos alejados, por ejemplo, de la habitación en la que se encuentre el infante.

La realidad es que los bebés recién nacidos no cuentan con muchas defensas en su organismo. Es por esa razón que son muchos más vulnerables a sufrir infecciones, por lo que se necesita de cuidados especiales para protegerlos.

Más allá de la higiene del animal, el pelo que desprende puede causarle alergias y afecciones respiratorias al bebé. Esto podría desencadenar problemas como tos y, en casos más graves, asma.

Consejos para la convivencia de recién nacidos con animales

1. Higiene

Es muy importante mantener una excelente higiene en el hogar y en todos los que lo conforman. Por lo tanto, la mascota también debe estar limpia, desparasitada y con todas sus vacunas al día. Este aspecto es primordial al momento de darle la bienvenida al recién nacido, así como también en los meses posteriores.

Por más tierna que parezca la escena, los especialistas no aconsejan que los recién nacidos convivan con animales en casa.

2. Evitar los celos

Muchas mascotas pueden sentir celos del nuevo miembro de la familia que llega al hogar. Por ello, es recomendable que el padre lleve a la casa alguna prenda del bebé recién nacido para que el animal la olfatee y se vaya familiarizando con él. También se le puede permitir que olfatee al bebé, siempre con cuidado y tapando el rostro del niño.

Es importante ir acostumbrando al animal a los nuevos cambios y educarlo en función de los mismos. De esa forma, tanto el bebé como la mascota podrán convivir en perfecta armonía y, probablemente, desarrollar una relación muy especial cuando el niño sea más grande.

3. Evitar dejar al niño solo con la mascota

Es trascendental que el niño nunca se quede solo con la mascota, por lo menos en un principio; no se sabe a ciencia cierta cómo puede reaccionar el animal con el recién nacido. Este punto es muy importante, porque el animal puede hacerle daño al bebé incluso sin intención, al querer jugar con él y llamar su atención.

4. Carácter

Los dueños de la mascota deben tener carácter y reprochar de forma adecuada si en algún momento el animal presenta una conducta agresiva u hostil hacia el bebé. La mascota debe aprender a respetar al nuevo miembro de la familia.

“Es importante ir acostumbrando al animal a los nuevos cambios y educarlo en función de los mismos”

5. Atención especial

Es recomendable que los dueños presten especial atención al animal en los primeros días tras el nacimiento del bebé. La principal razón es la de minimizar los celos y así evitar un comportamiento agresivo para con el recién nacido.

 

Durante su primer mes de vida, no es aconsejable que los recién nacidos convivan con animales.

6. Evitar el contacto cercano

Como hemos visto, es importante que el animal no tenga contacto directo con el bebé, por lo menos durante su primer mes de vida. Aunque la mascota esté muy limpia, siempre le puede transmitir parásitos y causar alergias al niño; especialmente si lo lame o entra en contacto directo con los pelos del animal.

Entre las enfermedades que el niño puede desarrollar se encuentra la parasitosis, en la que los vómitos y la diarrea serán los protagonistas; esto puede poner seriamente en peligro la salud del pequeño. También puede desarrollar alergias que desencadenen un cuadro de asma y tos, entre otras afecciones.

Aunque produce ternura ver la conexión que una mascota puede tener con un pequeño bebé, también es cierto que ese contacto tan íntimo puede desencadenar enfermedades perfectamente evitables.

Al menos durante el primer mes, se debe evitar el contacto directo entre el recién nacido y la mascota. A medida que el bebé vaya creciendo, también lo harán sus defensas y entonces podrá jugar con la mascota del hogar.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.