Dientes mal colocados en niños: ¿qué hay que hacer?

Los dientes mal colocados en niños no solo afectan la apariencia de los pequeños. También pueden ocasionar otros problemas en la boca.
Dientes mal colocados en niños: ¿qué hay que hacer?
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 10 diciembre, 2022

Las piezas dentarias torcidas o dientes mal colocados en niños son una preocupación muy frecuente de los padres. Observar la sonrisa desalineada le genera problemas sociales al niño, que puede ser víctima de burlas y sentir vergüenza del aspecto de su boca, ocasionando una baja autoestima.

Pero no solo tiene estas consecuencias estéticas y sociales. La presencia de dientes mal posicionados puede originar otras alteraciones en la boca que te detallamos a continuación. Además, te orientamos cómo actuar si tu pequeño sufre este problema.

Problemas más comunes de los dientes mal colocados en niños

Como ya mencionamos, una de las consecuencias de tener los dientes mal colocados en niños es la apariencia que estos le dan a la sonrisa. Además, una mordida que no encaja de manera correcta puede ocasionar otras alteraciones.

Los pequeños pueden tener problemas para masticar, comer y hablar o sufrir dolores de cabeza o de oído. Además, las piezas dentarias torcidas y apiñadas retienen restos de alimentos y dificultan la higiene oral, favoreciendo la aparición de varias enfermedades en la boca.

A continuación, detallamos las principales consecuencias de los dientes mal colocados en niños.

Problemas estéticos

Boca de un niños con los dientes mal colocados.

Como ya mencionamos, los dientes mal colocados en niños alteran la apariencia de su sonrisa. Las personas tienden a catalogar como bonita las dentaduras armónicas y alineadas, y tener los dientes torcidos y amontonados no cumple con este estándar de belleza.

Esto perjudica la autoestima de los pequeños, que pueden sentir vergüenza respecto al aspecto de su boca. Además, pueden ser objetos de burlas y risas, lo que aumenta la sensación de inseguridad respecto a su propia imagen. Ocultar la sonrisa es un comportamiento bastante frecuente en los chicos que padecen este problema.

Mala higiene bucodental

Los dientes mal colocados en niños interfieren con la higiene bucodental. Al no estar alineados de manera correcta, los alimentos se acumulan en ciertas zonas que, además, resultan inaccesibles para el cepillo y el hilo dental.

La placa bacteriana aumenta en estos sectores, pudiendo llegar a calcificarse, dando origen a depósitos de sarro. Esta gran proliferación de bacterias da lugar a otros problemas bucodentales como mal aliento, caries y gingivitis.

Caries

Al acumularse la placa bacteriana en zonas en las que ni el cepillo ni el hilo dental logran eliminarla, el riesgo de caries aumenta. Las bacterias acumuladas metabolizan los hidratos de carbono de la dieta y producen un ácido capaz de desmineralizar a las piezas dentarias.

Esta actividad repetida y sostenida va destruyendo los tejidos duros de los dientes. Primero, se manifiesta como una mancha blanca que si continua se oscurece. Luego, aparecen los huecos que empiezan en el esmalte y avanzan hacia la dentina, pudiendo afectar incluso la pulpa.

Gingivitis

La gingivitis deriva también de la acumulación de placa bacteriana en zonas en las que es difícil eliminarla. Los microorganismos generan una respuesta inflamatoria del tejido gingival, que se hincha, duele, se vuelve rojo y sangra con facilidad.

Si la misma no se trata, puede evolucionar a una periodontitis o piorrea. Aunque esto no es tan común en los niños, es una posibilidad. Aquí la infección es mucho más profunda, afectando a los tejidos que sostienen el diente, como el ligamento periodontal y el hueso.

Desgaste de los dientes

La mordida funciona de manera adecuada cuando los dientes superiores y los inferiores se relacionan de manera armónica, como un engranaje perfecto. Al haber piezas dentarias torcidas y fuera de lugar, se generan choques y contactos bruscos que terminan lesionando a las piezas dentarias involucradas.

Es común observar el desgaste progresivo de algunas zonas de la superficie dentaria como consecuencia de la malposición de los dientes. Al no estar alineados, durante la mordida se generan contactos atípicos que van rozando y gastando los tejidos duros de los elementos.

Soluciones a los dientes mal colocados en niños

Para corregir los dientes mal colocados en niños es necesario realizar un tratamiento de ortodoncia. Existen varias alternativas de aparatos a utilizar que dependerán de la particularidad de cada caso clínico, de la edad del paciente, de sus necesidades y posibilidades.

A continuación, detallamos los tratamientos ortodóncicos que se utilizan con más frecuencia para resolver los problemas de dientes mal colocados en niños.

Ortodoncia con brackets 

Niño con brackets.

La ortodoncia con brackets se trata de un método de ortodoncia fija que el odontólogo coloca sobre los elementos dentarios y el paciente no puede retirar. Se compone de los brackets, elementos que se adhieren a la superficie de las piezas dentarias y el arco metálico que los atraviesa. A veces son necesarios otros aditamentos que se agregan a este sistema.

Las estructuras del aparato van generando fuerzas capaces de movilizar a las piezas dentarias. Son capaces de mover de forma individual a todos y cada uno de los dientes en cualquier dirección.

Se utilizan durante la adolescencia, después de que se haya terminado el recambio de dientes, pero aprovechando que el hueso aún está creciendo. Vienen de diferentes materiales que permiten responder a las necesidades estéticas y posibilidades económicas del paciente.

Así, hay brackets de zafiro, de cerámica y linguales para los que prefieren que los aparatos pasen desapercibidos. Y los hay metálicos, más económicos, que se pueden combinar con bandas elásticas de varios colores para hacer más divertido el proceso.

Ortodoncia invisible

La ortodoncia invisible se caracteriza por ser removible, es decir, el paciente puede ponerse y quitarse el aparato. Es un método estético y cómodo y se puede usar en niños, obteniendo los mismos resultados que con la ortodoncia fija.

Consiste en un grupo de bandejas de plástico transparente que se confeccionan de manera específica para la boca de cada paciente. Las mismas se van recambiando cada cierto tiempo para que ejerzan las fuerzas necesarias para movilizar las piezas dentarias.

Al poder retirarlas, el paciente puede comer e higienizarse de la manera habitual. Pero el éxito de la terapéutica depende de que se usen la mayor parte del día, al menos 22 horas diarias.

¿Cuándo es el mejor momento para empezar con la ortodoncia?

Acudir de manera frecuente a los controles odontológicos permite detectar cualquier inconveniente a tiempo. Si el odontopediatra descubre algún problema en la mordida, lo comenzará a resolver o hará la derivación correspondiente con el ortodoncista para evitar que la situación avance y empeore.

Cuanto antes se comienzan a tratar estos trastornos en la boca, más fácil y cómoda es la terapéutica y mejores son los resultados. Acudir desde los 6 años de edad al ortodoncista y continuar con controles periódicos permite hacer un seguimiento de la erupción de los dientes. Así, si hay alguna alteración, se detecta de manera precoz y se hace un tratamiento temprano.

Lo mejor es realizar estas correcciones lo antes posible, en pacientes jóvenes en los que el hueso aún está creciendo y es blando. En los adultos los tratamientos son más largos, costosos y dificultosos.

Las visitas frecuentes al dentista son la clave

Los dientes mal colocados en niños pueden ocasionar muchos problemas en la boca, no solo afectar la apariencia del niño. Acudir de manera habitual al odontólogo permite detectar y resolver estas situaciones de manera temprana. Esto no solo mejora la calidad de vida del infante, sino que además evita tratamientos más largos y costosos en un futuro. Mantener la correcta higiene dental en la boca también es vital. Con estas prácticas ayudarás a que los más pequeños puedan sonreír tranquilos.


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