Tú lo has hecho de pequeño y ahora te asombra que tus hijos lo repitan… ¡Se lo pasan genial coleccionando cosas! ¿Sabías que existen varios beneficios de coleccionar cromos en los niños? En este artículo te contaremos más.
Beneficios de coleccionar cromos en los niños: ¿por qué los niños coleccionan cosas?
Piedras, pegatinas, muñecos, latas, frascos… ¡Lo que sea! A los niños les encanta coleccionar cosas y su habitación a veces parece un museo (o un basurero) de todo lo que han atesorado en su corta vida.
Alrededor de los siete años comienza la ‘fiebre del coleccionismo’ porque es en ese momento cuando tienen la capacidad de disfrutar de sus pequeños tesoros. Previo a ello, están demasiado ocupados en aprender a hablar, a caminar, a ir al baño… Pero una vez que ya tienen esto controlado, empieza la etapa de la creatividad.
Otra teoría afirma que el coleccionismo está relacionado con el desarrollo intelectual y con aprender cómo clasificar y ordenar. Lo mejor de todo es que, mientras se divierten, entrenan tanto su concentración como su atención, y le dan valor a sus tesoros.
Además, el hecho de coleccionar cosas tiene un claro efecto social. Es la manera que han hallado para jugar y comunicarse con sus compañeros en el recreo, intercambiando cromos, mostrando sus colecciones, etc.
En el caso de que nuestro hijo no tenga ganas de coleccionar cromos o algo por el estilo, no es indicio de que algo malo le sucede; simplemente, no está en su personalidad. O quizás su colección pasa por otro lado: tiene muchos libros, le gusta leer cuentos (los almacena o colecciona en la mente), etc.
Debemos tener en cuenta, además, que el coleccionismo es algo lúdico, para los momentos de ocio, tanto en casa como en la escuela. Por eso, no debe convertirse en el único tema de conversación, en su motivo de tristeza ni de ira, como tampoco de felicidad absoluta. Trata de que tu hijo realice otras actividades más allá de guardar esos objetos.
Tampoco podemos permitir, como padres, que coleccione muchas cosas a la vez, no solo por una cuestión de espacio, sino también por salud mental de toda la familia. Hay que ver por qué motivo está utilizando esa actividad como vía de escape y qué es lo que le falta. Puede, incluso, que sea una manera de llamar la atención si ha nacido un hermano, si los padres se han separado o si ha fallecido un miembro de la familia.
¿Cuáles son los beneficios de coleccionar cromos en los niños?
Si bien los peques pueden acumular todo tipo de objetos, lo cierto es que los cromos o pegatinas son los más elegidos. ¿Quién no ha tenido en su infancia un álbum o un puñado de estas imágenes autoadhesivas? Entre los beneficios de coleccionar cromos en los niños podemos destacar:
1. Interés por la lectura
Justo el momento en que se empieza a coleccionar coincide con la etapa donde se comienza a leer más seguido. Por lo tanto, es bueno en aquellos niños que no son muy amantes de la lectura que, al menos, lo hagan para saber los nombres de los personajes o la historia del álbum.
2. Desarrollar conocimientos en matemáticas
A veces, pensamos que las matemáticas son aburridas, pero cuando tenemos una colección de cromos delante, podemos usar nuestros conocimientos para saber cuántos tenemos, cuántos nos faltan para terminar la colección, el orden de sus números (organizar de menor a mayor), agrupar, sumar, restar, dividir, multiplicar, etc.
3. Potenciar la vista
En esta época en que los ojos de los niños están fijos en las pantallas, no es mala idea que tengan contacto con algo tangible. No hay nada como un buen dibujo o una fotografía para potenciar el sentido de la vista y de las cosas estáticas (no siempre en movimiento como en el móvil).
4. Mejorar la socialización
Sin duda, es uno de los mayores beneficios de coleccionar cromos en los niños, y el más divertido. Juntarse con un grupo de amigos o colegas del colegio para intercambiarlos, negociar, hacer preguntas, interesarse en los otros, ser amable, inventar juegos; todo eso gira en torno a la colección.
Además, podemos destacar otros beneficios de coleccionar cromos en los niños como, por ejemplo, gestionar su propia economía (pagas semanales y ahorros), mejorar la capacidad de gestionar la frustración, mejorar la atención y la memoria, o desarrollar la motricidad fina de manos y dedos.
Bibliografía
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- De Diego Murillo, N. (2016). FoodCultura. La experiencia de coleccionar. AusArt. https://doi.org/10.1387/ausart.17170