En vista de que se trata de un problema muy común en la sociedad, es importante aprender a identificar la dependencia emocional. La buena noticia es que, con ayuda profesional y fuerza de voluntad, puede llegar a superarse. La clave está en que, una vez detectadas las señales, no se ignoren.
La dependencia emocional es un estado psicológico que produce un gran malestar a largo plazo en el individuo porque implica una fuerte necesidad de otra persona, para poder sentirse bien consigo mismo. Es decir, se traslada la responsabilidad del propio estado emocional a otra persona.
Bien sea que se dependa emocionalmente de un familiar, una pareja, un amigo o un compañero de clases o trabajo, es necesario trabajar en ello para poder dejar atrás el sufrimiento y poder establecer conexiones sanas y verdaderas.
La dependencia emocional merma al individuo y puede, incluso, hacerle normalizar su malestar. Al no saber gestionar correctamente sus emociones, busca con avidez apoyarse en otro, para así sentir cierta satisfacción, aunque sin llegar a conseguirla realmente.
Acerca de la dependencia emocional
Según el enfoque de la teoría del apego, el ser humano tiene la necesidad de establecer vínculos afectivos a los cuales recurrir en situaciones de malestar (estrés, angustia, sufrimiento). Sin embargo, cuando una persona desarrolla tal grado de vinculación, en el que la sola idea de separarse de su punto apoyo (otra persona) le resulta insoportable, hay un problema.
Existen múltiples factores que pueden promover el desarrollo de la dependencia emocional, incluso, desde edades tempranas. Desde actitudes sobreprotectoras por parte de los padres, hasta experiencias de abandono, etcétera. En este sentido, no es fácil identificar una única causa. Por lo general, se trata de un problema en el que influyen muchas variables.
Las personas con baja autoestima son propensas a ser dependientes emocionalmente y, por ende, tienden a involucrarse en relaciones tóxicas. El miedo a estar solas, no ser amadas y no ser ‘suficientes’ para alguien más es tal, que prefieren quedarse en situaciones dañinas (tanto para ellas como para otros). El sufrimiento se vuelve un lugar común.
La dependencia emocional se nutre de la inmadurez afectiva, conceptos erróneos, estereotipos, e, incluso, la idealización del amor romántico, si lo llevamos al terreno de las relaciones de pareja.
A continuación, te presentamos algunas de las señales que pueden indicar que existe una dependencia emocional.
Algunas señales de dependencia emocional
- No se atiende a las propias necesidades por complacer a otro.
- Se busca validación del otro a toda costa. Del mismo modo, se espera siempre la aprobación de los demás para poder estar ‘bien’ consigo mismo.
- Se siente un constante sentimiento de culpa que lleva a pensamientos como: ”no valgo nada”, ”no merezco nada”, ”no soy nadie sin el otro”, ”no sirvo”, etcétera.
- Se siente tristeza e insatisfacción consigo mismo constantemente.
- Se tiende a manipular al otro para que ocurra el abandono. Asimismo, el miedo a la separación es insoportable.
- No se asume la responsabilidad de las propias emociones y sentimientos y se tiende a creer que se es la víctima, en todas las situaciones y escenarios.
- Se tiende a idealizar a la otra persona y se cree que, sin ella, no es posible vivir o que no se puede ser feliz.
La importancia de la ayuda profesional
No es posible vivir verdaderamente si nos pasamos la vida buscando ser valorados, aceptados y aplaudidos por otros, todo el tiempo. Tampoco es posible vivir siempre con una ‘muleta’. Aunque al principio pueda resultar aterrador, es importante aprender a ser independientes.
Si los padres identifican que su hijo tiene dependencia emocional, no solo es importante que le faciliten la ayuda profesional, también deben preocuparse por corregir en el hogar todas aquellas actitudes que pueden estar perjudicando las relaciones en el núcleo familiar.
Es sumamente importante comenzar a trabajar el amor propio, desde temprana edad, en los niños para que puedan establecer relaciones sanas y constructivas, y a su vez, para que sepan alejarse de aquellas que no les favorecen.
Bibliografía
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- Aiquipa Tello, J. J. (2015). Dependencia emocional. Revista de Psicología.
- Castelló, J. (2012). La Superación de la Dependencia Emocional. In La superación de la Dependencia Emocional.
- Lemos, M. A., Londoño, N. H., & Zapata, J. A. (2007). Distorsiones cognitivas en personas con dependencia emocional. Informes Psicológicos.