¿Es bueno controlar las redes sociales de tu pareja?

¿Quién te sigue?, ¿quién comenta tus fotos?, ¿a qué tipo de fotos le das "me gusta"? Si no dejas de pensar en tu pareja y sus redes sociales, este artículo es para ti. 

En vez de preguntarte si es bueno controlar las redes sociales de tu pareja, concéntrate en valorarte y elevar tu autoestima.

Los avances en las telecomunicaciones sin duda han transformado por completo la forma en la que los individuos se relacionan o incluso se enamoran. ¿Alguna vez te preguntaste si es bueno controlar las redes sociales de tu pareja?
Aplicaciones como Instagram, Facebook, Twitter o Tinder han servido para establecer encuentros entre amistades o iniciar relaciones sentimentales. Sin embargo, también han abierto una ventana que nos acerca mucho más a entender los gustos, intereses y pensamientos de un individuo.

En la actualidad, nadie puede negar que existe una ansiedad generalizada, sobre todo entre las personas más jóvenes, por mantener un perfil actualizado en sus redes sociales y además, saber en todo momento qué está pasando con sus amigos y su pareja.

De allí se desprende que las personas que se encuentran dentro de una relación sentimental también demanden explicaciones a sus compañeros sobre el tipo de actividad que tienen en sus “vidas virtuales”. Esto puede llevar a desarrollar una relación tóxica.

¿Es bueno controlar las redes sociales de tu pareja?

La respuesta a esta pregunta sin lugar a dudas es no. El control dentro de una relación no es una conducta sana; si un individuo pretende coaccionar a su pareja para que se conduzca dentro de las redes sociales de la forma que él desea, le resta libertad. Podría llegar a hablarse incluso de un tipo de agresión psicológica.

También se debe partir del hecho de que no son las redes sociales las culpables de que surjan los problemas de celos en una relación. Queda claro que este tipo de medios facilita el encuentro entre personas, pero va a depender exclusivamente de la voluntad personal el adentrarse en una relación prohibida o no.
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Descubriendo infidelidades

Una conducta análoga con el control de lo que hace la pareja en las redes sociales es la de revisar o stalkear —término muy de moda que significa “acechar” en inglés— en secreto la actividad del cónyuge en su móvil.

Mientras en el primer caso abiertamente se le indica al compañero qué tipo de personas puede seguir y hasta dónde estará permitida la interacción con ellas, en el segundo podemos encontrar individuos que no hacen abiertamente una prohibición, sino que se encargan en secreto de revisar continuamente la actividad de su pareja con el fin de encontrar posibles infidelidades.

Este segundo tipo de control suele ser bastante perturbador. El nivel de conflicto que se desarrolla dentro de la pareja puede surgir de una presunción de infidelidad basada en una inseguridad infundada; asimismo, puede provenir de una mente celosa e incomprensiva.

Lo malo de este tipo de control es que puede pasar de una revisión casual a un hábito, y más tarde, a una obsesión. Así, el celoso llega a una conducta errática, en la que busca nuevas y más complejas formas de dominar a su pareja a través de la creación de cuentas falsas, espionaje a cuentas de terceros o llegar al punto de intentar hackear —piratear— claves.

“Existe una ansiedad generalizada por mantener un perfil actualizado en sus redes sociales y además, saber en todo momento qué está pasando con sus amigos y su pareja”

Violencia de control y relaciones tóxicas: identificando patologías

El uso de redes sociales no es el factor desencadenante de una infidelidad; tampoco debe despertar sentimientos irracionales vinculados con desconfianza, celos o intenciones de dominar en un individuo sano mentalmente. Se ha de partir de esta idea, pues, como adelantamos en la introducción, el uso de redes sociales ha permitido develar muchas cualidades y preferencias de un individuo.

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Con el enunciado anterior, lo que se pretende señalar es que las conductas que toma un individuo dentro de una red social y sobre el manejo de las redes de su pareja puede ser revelador para identificar patologías o conductas erráticas.

En ese caso, el cuestionamiento que deberías hacerte no es si es bueno controlar las redes sociales de tu pareja o no; una vez identificada una situación de desconfianza, cuestiónate cómo elevar tu autoestima y cómo desechar conductas compulsivas hacia el dominio de tu pareja. Si descubriste una indiscreción grave, pregúntate por qué debes permanecer en una relación infiel.

La recomendación final es que inviertas más tiempo en reforzar tu valor propio. Toma la decisión de tener confianza en tu pareja y, en caso de que consideres que la relación ya no funciona, avanza sin tener que caer en conductas de control equivocadas y perjudiciales para todos.

Bibliografía

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