Es una de las obras más traducidas de la literatura. Podemos encontrarla en más de 200 idiomas, incluso existe una versión en braille. Las enseñanzas de El Principito se han convertido en una radiografía del ser humano. Con sus luces y sus sombras, la codicia contra el amor, lo material contra lo esencial… Un libro que, a sus 75 años, se conserva más actual que nunca y que ha logrado conmover a niños y a adultos.
¿Conoces El Principito?
Aunque se considera en primera instancia literatura para niños, consigue meterse de lleno en cuestiones filosóficas sobre la soledad, el amor o el sentido de la vida en sí mismo, de una forma sutil y fácil de comprender.
Por eso, El Principito es uno de esos libros de cabecera que cada vez que lo vuelves a leer encuentras nuevas enseñanzas en las palabras de un pequeño niño que busca respuestas en otros mundos.
El autor, Antoine de Saint-Exupéry
Su autor, Antoine de Saint-Exupéry, dedicó su vida a la aviación y a la escritura. Escribió El Principito durante su exilio en Estados Unidos a principios de la Segunda Guerra Mundial. Una fuerte crisis personal le hizo plantearse cuestiones básicas del ser humano y las plasmó magistralmente en un cuento plagado de sabiduría.
Las enseñanzas de El Principito en 5 pasajes
1. “Solo se ve con el corazón, lo esencial es invisible para los ojos”
En un mundo en el que medimos todo por lo que tenemos, donde lo material acapara el protagonismo, nos recuerda que lo verdaderamente importante no se puede cuantificar. En ello no encontraremos la felicidad.
2. “Yo no te necesito, tú tampoco tienes la necesidad de mí, pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo”
Uno de los momentos más bellos de la historia es cuando el zorro y El Principito se hacen amigos. Aquí aprendemos que cuando amas a alguien, se vuelven responsables el uno del otro. Aunque sabes que puedes estar sin él y él sin ti, lo cuidas, lo valoras, lo ayudas a crecer, porque te gusta lo que su presencia le aporta a tu vida.
3. “Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los otros. Si consigues juzgarte rectamente es que eres un sabio”
El autoconocimiento es una de las piezas claves del crecimiento personal. Saber cuáles son nuestros dones y nuestras debilidades nos da la oportunidad de crecer y de convertirnos en mejores personas. Esta es una de las enseñanzas de El Principito, que nos lleva a la introspección y a ver hacia nosotros mismos antes de ver hacia fuera.
El Principito, una historia para reforzar y recuperar los valores
4. “Debí haberla juzgado por sus actos y no por sus palabras, me perfumaba, me iluminaba. Debí haberla adivinado de su ternura, detrás de sus pobres astucias. ¡Las flores son tan contradictorias. Pero yo era demasiado joven para saber amarla”
Cuando nuestro personaje recuerda a la rosa que abandonó en su planeta, se lamenta por no haberla valorado a tiempo. Un comportamiento típico del ser humano, de ahí el refrán: “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido”. Buscamos que los demás cubran nuestras expectativas, no construimos relaciones en las que nos permitamos apreciar el amor en lo el otro nos da.
5. “Amor no es mirarse el uno al otro sino mirar los dos en la misma dirección”
Si solo miramos al otro, le reprocharemos cada cosa que haga, no lograremos construir. Se trata de tomarse de la mano, mirar hacia el mismo lado y resistir juntos cuando las cosas se tuercen.
Bibliografía
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- de Saint-Exupéry, A. (1943). El principito. Emecé Editores.
- López Valero, A., Encabo Fernández, E., & Moreno Muñoz, C. (2002). Esencias de un <>. Didáctica de la literatura y valores. Didáctica. Lengua y Literatura.
- Link, D. (2015). INFÂNCIA. Alea : Estudos Neolatinos. https://doi.org/10.1590/1517-106x/172-199