Al tener a tu bebé en brazos, experimentas una emoción indescriptible que deseas prolongar con el tiempo. Sin embargo, tu pequeño crecerá y se convertirá en un niño sano y saludable. En ese tiempo, tendrás que experimentar algunos cambios, como los llamados picos de crecimiento. Esto es completamente normal; es que tu pequeño comienza a desarrollarse.
¿Qué son los picos de crecimiento?
Se consideran crisis, brotes o picos de crecimiento a aquellos momentos en los que los bebés experimentan un incremento de la talla. Esto trae como consecuencia que se sientan insatisfechos con la producción de leche materna y demanden aún más. Durante estos períodos es normal que se sientan incómodos y lloren mucho, como queja por su insatisfacción.
Este proceso natural hace que la madre produzca más leche materna, la requerida para satisfacer las necesidades del pequeño. Ten presente que esta producción se ve regulada por los requerimientos del bebé, por lo que todo se arreglará de manera natural.
A menudo también son conocidas como crisis o baches de lactancia. Esto es así pues en este momento muchas madres se plantean ofrecer suplementos de leche de fórmula e incluso iniciar el destete. Pero son procesos que forman parte del ciclo natural de crecimiento y se superan con un poco de tiempo.
¿Por qué se producen?
Estas etapas en la vida del bebé se dan, como su nombre lo indica, por el crecimiento. El pequeño crece y demanda mayor cantidad de alimento para satisfacer la energía del desarrollo neurológico, motor e incluso psicológico. Asimismo, el cuerpo de la madre incrementa su producción al enfrentarse a tal petición.
¿Cada cuánto tiempo se dan los picos de crecimiento?
Cada pequeño es muy distinto y presenta necesidades específicas, por lo que el intervalo de tiempo en el que ocurren los picos de crecimiento puede variar. Sin embargo, estos suelen ser más frecuentes durante los primeros meses de vida. En términos generales, pueden darse en estas instancias:
Entre los 15 y 20 días de nacidos
Al momento del nacimiento, los bebés suelen tener necesidades más o menos regulares, con patrones de sueño previsibles. No obstante, al llegar la tercera semana, este patrón cambia y el comportamiento se modifica; durante unos dos o tres días, el bebé solicitará alimentación cada 30 minutos y se enojará si se le retira el pecho.
Entre las semanas 6 y 7 de edad
Se estima que, a los 40 días de nacido el bebé, la leche cambia su composición por un gusto más salado. De nuevo, se vuelve a experimentar esta crisis, por lo que se pondrá tenso e irritable por la adaptación al cambio. Esta fase suele durar hasta una semana.
Tercer mes de edad
Es en este período cuando un gran número de madres abandona la lactancia, producto del rechazo del pequeño. Ya a esta edad, el pequeño se sabe alimentar y logra el vaciado del pecho rápidamente. Sin embargo, los estímulos externos hacen que se distraiga y suelte el pecho.
A esta altura, el bebé logra entender que la producción de leche ocurre cuando la pide, debido a diversos procesos en el cuerpo de la madre. Esta adaptación se puede extender hasta 3 o 4 semanas.
Sexto mes de vida
Después de los seis meses de edad, las crisis de crecimiento son menos frecuentes, debido a que el bebé empieza a consumir alimento sólido. Por tal razón, son más manejables y la mamá logra entenderlos sin desesperarse.
“Durante los picos de crecimiento, el pequeño crece y demanda mayor cantidad de alimento para satisfacer la energía del desarrollo neurológico, motor e incluso psicológico”
Desde el año de edad en adelante
Después de los 12 meses, se producen nuevos picos de crecimiento que incrementan el número de tomas al día. En este período, las frecuencias son múltiples y sirven para que el niño busque consuelo y confort en la madre.
Cómo reconocer los picos de crecimiento
A parte de conocer los momentos en los que estos suelen aparecer, existen una serie de señales que te pueden ayudar a identificar si tu hijo está pasando por uno de estos momentos.
En general se caracterizan por un cambio en el patrón de las tomas, empiezan a mamar de forma constante y parecen estar hambrientos todo el día. Cabe recordar que el aumento de la demanda es una de las formas de aumentar la producción y al haber más estímulo de succión en el pecho se regula la cantidad producida en pocos días.
Además pueden presentar alteraciones en el patrón de sueño y mostrarse un poco más soñolientos. Pero otros bebés reaccionan de forma contraria y tienen despertares más frecuentes o pérdida de horas de descanso.
Finalmente si tu bebé se encuentra más irritable, llora más de lo habitual o pide estar en brazos todo el tiempo, también puede ser debido a esta crisis de crecimiento.
Todos estos signos suelen pasar en pocos días. Pero también es fácil confundirnos y que escondan la incubación de un virus o algún problema de alimentación. Si el bebé hace pipí y caca con regularidad y los controles con el pediatra muestran un crecimiento adecuado, no existe motivo alguno de preocupación.
¿Qué hacer ante una crisis de crecimiento?
Sobre todo en las madres primerizas, esta condición puede generar frustración y sentimientos de inutilidad. Por ello, debes trabajar la parte psicológica y reforzarla con mucha paciencia, cariño y amor. Algunos consejos de los expertos son:
- Dale a tu bebé el pecho que desee y cuando lo necesite: Si tienes como meta dar lactancia materna exclusiva, evita dar biberones, ya que esto obstaculiza la producción de leche.
- Consume un poco más de alimento: Así, podrás contar con las calorías y energías necesarias para la producción de leche y para atender al pequeño.
- Recuerda que es transitorio: Piensa que es una situación que durará poco tiempo.
- Si el pequeño no quiere alimentarse, no lo obligues: Tampoco lo dejes llorar por hambre, pues al entrar en desesperación, se dificulta la alimentación.
- Algunos bebés, durante las crisis de lactancia, maman más tranquilos en espacios tranquilos y en penumbra.
Finalmente, ten presente que es un proceso natural de crecimiento que viene acompañado de llanto y estrés, por lo que se hace necesaria la información. Entender este proceso puede ayudarte a usar las herramientas adecuadas para actuar y no fracasar.
En resumen, los picos de crecimiento no son más que un indicio de que el bebé esta creciendo para convertirse en un niño sano. Estar preparada puede ayudarte a reducir la frustración que genera este proceso natural del desarrollo.
Bibliografía
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