Hay quienes afirman que una familia puede gastar hasta el 10% de sus ingresos en comprar vestimenta para su neonato. Sin embargo, los bebés crecen rápido y pronto surge la pregunta: ¿Qué hacer con la ropa que le queda pequeña?
Las prendas del bebé, sobre todo las primeras, marcan un hito emocional y económico para cualquier madre. Por un lado, son productos que se compran con cierto sacrifico. Por el otro, se trata de los primeros atuendos utilizados por este nuevo integrante de la familia.
Cuando se trata del primer hijo, la aprensión puede ser mucho mayor. La realidad es que, cuando ya no le quede, aún podremos hacer muchas cosas. Lo importante es entender que este es material aprovechable, en todos los sentidos.
Ponderar entre el recuerdo y la utilidad
Después de pasados unos meses, o incluso tras los primeros dos años, quedará mucha ropa con la que no sabemos lo que hacer. Sobrarán muchas prendas, y es importante saber distribuirnos.
Queda claro que hay cosas que simplemente quedarán para el recuerdo; la cuestión es cómo las queremos recordar. Todo dependerá del valor sentimental de cada pieza, su significado y nuestra inventiva.
Por otra parte, habrá otras prendas que podrán ser reutilizadas de muchas maneras también. De esta forma, lo primero es clasificar todo el material por orden de importancia, costo y hasta desgaste. Esto nos ayudará a formarnos un criterio.
Hay prendas que no se olvidan: qué hacer con la ropa
El primer pijama del bebé, sus guantes y patucos. Estas son cosas que la mayoría de las madres simplemente guardan en algún cajón. Aquí también figuran algunas ropas icónicas y cosas que tienen un valor netamente sentimental.
Se debe considerar que se trata de prendas que guardan la esencia de una nueva vida que vino al mundo. Cada madre tendrá su apreciación particular y hasta religiosa sobre qué hacer con ellas.
Una excelente idea es hacer un pack del recuerdo. Nos referimos a preparar un cajón decorado y bien preparado, en donde podemos también colocar fotos. Allí incluso podríamos guardar dientes de leche o el cordón umbilical.
No todo puede ser guardado
Queda claro que no debemos almacenar toda la ropa que le queda pequeña al bebé. Con una muestra es más que suficiente para que, en un futuro, observe cómo eran las cosas en sus primeros meses de vida.
A decir verdad, muchas de las prendas podrán ser reutilizadas; algunas con un sentido más práctico, mientras que otras de forma creativa. También podemos ser caritativos y permitir que otros infantes disfruten lo que nuestros bebés tuvieron.
Algunas camisas podrán reinventarse y convertirse en camisetas; así, es posible alargar su vida útil. Para ello, solo necesitamos unas tijeras y saber dónde cortar. Otras más deterioradas pueden convertirse en futuros trapitos y baberos.
“Lo primero es clasificar todo el material por orden de importancia, costo y hasta desgaste. Esto nos ayudará a formarnos un criterio”
Tres formas de vender la ropa que le queda pequeña
Además de lo que comentamos antes, habrá una porción de las prendas que podremos reinvertir. El mercado actual nos da, en principio, tres formar de realizar este tipo de transacciones. Claro que aquí lo mejor es comerciar aquello que tiene menos valor sentimental:
- Canjear lo deteriorado: Hay compañías que nos permiten dar vestimenta desgastada y hasta manchada a cambio de descuentos en sus tiendas. En este caso, debemos buscar aquellas que ofrecen este servicio.
- Vende lo que no fue usado: Siempre están esas prendas que, por una u otra razón, el bebé no ha usado. Podemos revender muchas de estas, siempre que estén en óptimas condiciones y sean llamativas.
- Haz un trueque: Con el surgimiento del internet, han nacido los grupos de trueque. Es factible participar en algunos y buscar cosas usadas que puedan ser de utilidad. Si se hace entre amigas, mucho mejor.
Deja espacio para la caridad: qué hacer con la ropa
La ropa que le queda pequeña al bebé también puede terminar siendo una donación. Ten presente que siempre hay personas de escasos recursos que podrían necesitarla más que uno mismo.
Para contribuir a la caridad, siempre es factible dirigirnos a una iglesia o ubicar una familia que necesita estas prendas. Existen muchos lugares y planes para hacer este tipo de donaciones: hospitales, escuelas, ONG, oficinas estatales, etc.
Lo importante es categorizar cada vestimenta y darle un buen uso. Hay que recordar que, después de conservar, reutilizar, vender o donar, sería bueno hacer una última ofrenda. Guardemos algo que nuestro bebé pueda dar a sus futuros hijos cuando los tenga.