El cuidado diario del recién nacido va a repercutir indiscutiblemente en la vida de la pareja. Esto implica que quizás pasarán menos tiempo juntos. A su vez, tareas como amamantar, bañar o cambiar al bebé te quitarán horas de sueño y esto influirá en tu estado de ánimo. En tal sentido, si la maternidad pone a prueba el matrimonio ¿qué puedes hacer para superarlo?
El bebé, el centro de atención de la madre
Es principalmente la madre quien dedica el 100% de su tiempo y atención al bebé. Cuidar de su pequeño la hace sentir satisfecha y realizada, pero es posible que su esposo sienta que ella lo tiene abandonado.
El hombre ha de buscar las formas de demostrarle amor a su esposa. Una manera de hacerlo es entendiendo cuáles son los efectos tanto físicos como mentales que trae aparejada la llegada del bebé.
El cambio de humor es uno de los síntomas más evidentes. Ante estas circunstancias, para manejar esta situación, el hombre debe armarse de mucha paciencia y darles prioridad a los intereses de su esposa.
Por otro lado, la mujer inteligente animará a su esposo a participar y ejercer sus nuevas funciones como papá. Lo ayudará a incorporarse a las tareas que exigen los cuidados de un bebé, como cambiarle el pañal, bañarlo o alimentarlo.
Es probable que, en primera instancia, las cosas no le salgan del todo bien al hombre; no obstante, con paciencia y tolerancia, irá aprendiendo.
Consejos para los futuros padres
Sea o no por decisión que la familia se va a expandir, es esencial que ambos integrantes de la pareja asuman su compromiso. Cuidar un bebé conlleva una gran responsabilidad; esto no debe verse como la solución a los problemas o a las crisis que pueda experimentar el matrimonio.
Es común que la mamá quiera asumir toda la responsabilidad de cuidar y criar al bebé, aunque esté muy cansada. Esa es la razón por la que se le recomienda que permita la ayuda de su esposo u otro miembro de la familia.
En tanto, los padres primerizos se llegan a sentir desplazados, ignorados y hasta perciben que estorban al momento de cuidar al bebé. No obstante, él no debe ser un simple observador, sino un participante activo en el proceso de crianza de su hijo. El padre debe integrarse en el cuidado del bebé para ir estableciendo un vínculo especial con él.
En cuanto a las tareas domésticas y el cuidado del pequeño, es ideal hacer una repartición equilibrada de las labores. La finalidad es evitar que una sola persona se sobrecargue de trabajo; además, contribuirá para disminuir los conflictos que puedan surgir.
El proceso que afronta la flamante mamá
Luego de pasar por la impactante experiencia de dar a luz al bebé, la madre sufrirá una modificación en su rutina diaria. El tiempo de recuperación tras el parto, la adaptación a la lactancia materna o el retorno al trabajo son factores decisivos en este cambio.
Existen casos en los que la mujer puede sufrir depresión postparto; esto ameritará ayuda psicológica y, muy especialmente, el apoyo de su esposo.
Otro error que suelen cometer los padres primerizos es asumir una actitud sobreprotectora hacia el bebé por temor a que le ocurra algo malo. Sin embargo, este comportamiento no hace más que causar diferencias de parecer entre la pareja.
“Es esencial que ambos integrantes de la pareja asuman su compromiso. Cuidar un bebé conlleva una gran responsabilidad”
Tiempo de calidad en pareja
Más allá de la llegada de un hijo, es imprescindible no descuidar la relación de pareja. Durante los primeros meses de vida del bebé, es un hecho que este absorberá casi por completo la atención de los padres.
A pesar de ello, es importante que, como pareja, pasen tiempo juntos y tengan buena comunicación. Conversen abiertamente sobre la etapa que están atravesando y manifiesten sus temores y alegrías.
La maternidad pone a prueba el matrimonio, incluso en la intimidad.El agotamiento y las atenciones que exige el cuidado de un bebé pueden producir una disminución importante en la frecuencia con que solían tener relaciones sexuales antes de su llegada o durante el embarazo. Esto puede provocar frustración, tensión y distanciamiento en el matrimonio.
La maternidad pone a prueba el matrimonio: ¿Qué hacer?
Algunos padres podrían concluir que la llegada del bebé ha venido a desunir la pareja. Si piensas que la maternidad pone a prueba el matrimonio, es mejor que te enfoques en esto como un asunto de adaptación a nuevas circunstancias. Te dejamos unos consejos sencillos que puedes poner en práctica para enfrentar la situación:
- Dile a tu pareja cuánto lo quieres y demuéstraselo con acciones.
- Asegúrate de desvanecer cualquier inseguridad que la otra persona pueda empezar a sentir.
- Hablen sobre sus necesidades sexuales.
- Muestren compasión el uno por el otro, sean pacientes y claros, eviten dar rodeos a la hora de comunicarse.
- Dale reconocimiento a lo que hace el otro: Valorar y agradecer su esfuerzo ayuda a profundizar el amor que se tienen mutuamente.
En definitiva, es verdad que la maternidad pone a prueba el matrimonio, dado que cambia las circunstancias para siempre en la pareja. Esta nueva etapa debe verse como una forma más de demostrar amor y comprensión. La crianza del bebé permitirá aflorar cualidades valiosas que, sin su llegada, no se hubiese puesto de manifiesto.
Bibliografía
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