Cuando se es padre de chicos con alto coeficiente intelectual, es normal que a veces no sepamos reaccionar frente a una determinada situación. En reiteradas ocasiones tienen lugar errores que cometemos con los niños superdotados; por lo general, ocurren porque desconocemos la manera correcta de reaccionar ante las brillantes capacidades o debilidades de nuestros hijos.
La educación de los niños en casa suele ponerse un poco difícil, estresante e intimidante, y mucho más con los infantes de altas capacidades intelectuales, ya que sus demandas son más desafiantes.
Las herramientas escasean, la desesperación sale a flote y es allí cuando comenzamos a colocar, sin intención alguna, escollos en su camino; muchas veces lo hacemos incluso sin notarlo.
Sin embargo, la buena disposición y las ganas de querer ayudar a nuestros pequeños nos impulsan a buscar las herramientas y estrategias adecuadas para resaltar la brillantez que poseen. Lo importante es encontrar el modelo educativo adecuado, que se ajuste a las necesidades del niño, y complementarlo en casa.
Así pues, cuando florezcan aquellos errores que cometemos con los niños superdotados, lo menos que debemos sentir es culpa. Lo mejor en estos casos es investigar las ventajas y desventajas de tener un chico con altas capacidades intelectuales para, de esta manera, ayudar a que su desenvolvimiento sea óptimo.
Errores que cometemos con los niños superdotados
1. Reñir por mala escritura
Generalmente, al revisar las asignaciones escolares de los niños, nos encontramos con una caligrafía de la que no nos sentimos muy orgullosos. Entonces, les llamamos la atención sin saber el por qué de esta mala escritura. La razón se encuentra en lo que se denomina síndrome de disincronía intelectual psicomotora.
Esta patología se refiere a los problemas de escritura por la dificultad de coordinar los movimientos de la mano. La insistencia que se le imponga al niño en caligrafiar correctamente puede provocarle un estado de ansiedad e insatisfacción consigo mismo. Esta es una situación muy común en hogares con niños superdotados.
En estos casos, debemos tratar al pequeño con paciencia y mucho afecto. A ellos les agrada ser reconocidos por sus logros, por lo que hacer hincapié de manera negativa en esta debilidad es propiciar una baja en su autoestima.
Por lo tanto, si presentan esta dificultad, lo más sensato es ayudarles a corregir la letra con caligrafías sencillas, para que aprendan a moldear las palabras. Esta es una prueba que fácilmente puede ser superada.
2. Castigos por dar una mala explicación
Cuando le encomendamos realizar una lectura al niño, pensamos que, por ser superdotado, efectuará una explicación extraordinaria. Al no cumplir con nuestras expectativas, en algunos casos, los sometemos a castigos innecesarios. Así, no buscamos el motivo de su falla y tampoco contribuimos con nuestra actitud a mejorarla.
Una de las causas de esta dificultad es que los chicos con alto rendimiento intelectual tienen mayor capacidad de razonamiento que de lenguaje. No memorizan lo que leen, solo les basta con entender.
Por este motivo, al momento de explicar, lo hacen con dificultad, ya que no logran encajar las palabras con lo que leyeron anteriormente. Esto se llama disincronía del lenguaje y razonamiento.
“Protegedme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños”
—Khalil Gibran—
3. Obligarlos a pertenecer a un grupo en el que no se sienten cómodos
Los niños superdotados suelen buscar la compañía de personas mayores, ya que su coeficiente intelectual y madurez pueden llegar a igualarlos. Intervienen adecuadamente en sus conversaciones, aportan sus ideas y, en algunos casos, llegan a resolver problemas con mucha facilidad.
Muchos padres ven esa actitud inadecuada y los someten a participar y reunirse con niños de su misma edad. Al entrar forzudamente a estos grupos, se sienten aislados, introvertidos y no tienen deseo de manifestar sus capacidades. En algunos casos, esa actitud provoca rechazo y bullying de parte de sus compañeros.
4. Falta de interés por ayudar
Los niños superdotados son muy curiosos. Ellos tienen la necesidad de investigar y aprender de todo aquello que les llama la atención. Sin embargo, hay padres que no cuentan con el tiempo suficiente o las ganas para ayudarlos; por eso, responden mal a las preguntas que les realizan o simplemente los dejan solos cuando tienen una asignación.
Esto es un grave y común error. La intención de los padres siempre debe ser ayudar al ciento por ciento a sus hijos a mejorar en todos sus ámbitos.
Si el niño les hace demasiadas preguntas, es porque tiene la necesidad de aprender y desea hacerlo. Debemos responder de buena manera, así el pequeño se nutre de conocimiento y siente el apoyo de su familia.
Para evitar los errores que cometemos con los niños superdotados, debemos empezar por aceptarlos tal como son. Es vital no perder la paciencia ante su curiosidad, no forzarlos a nada, aconsejarlos y animarlos a asumir retos sin temor al fracaso.
En definitiva, es prioritario dedicar tiempo para ayudarlos en sus asignaciones y elogiarlos cuando alcancen sus metas. De este modo, tendremos hijos felices, que no temerán nunca en demostrar sus capacidades.
Bibliografía
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