El miedo al agua en los niños

El miedo al agua es una situación muy común en niños pequeños con la llegada del verano y la época de los baños. Esto realmente puede convertirse en un problema para los primeros años de la vida de nuestros hijos si no ponemos remedio a tiempo.

El miedo al agua puede superarse con paciencia y ciertos ejercicios prácticos.

El miedo al agua es relativamente común entre los niños pequeños y los infantes en edad preescolar. Este puede persistir durante toda la infancia si no se aborda a tiempo, por lo que es aconsejable afrontarlo desde un principio.

Muchos niños pequeños están asustados por la idea de nadar, o más específicamente, hundirse. Por eso es recomendable exponer al niño al agua desde los cuatro o cinco meses de edad, lo que les dará familiaridad y seguridad.

¿Por qué los niños le temen al agua?

Esta sensación frecuente del miedo al agua en los niños a menudo se desencadena por alguna experiencia traumática en el pasado. El caso más típico es sentir que el agua se le subió a la nariz o haber notado que no pueden respirar con agua en la cara.

Debemos estar atentos y observar si el niño parece tener miedo al agua en la vida cotidiana. La reacción de rechazar el agua también puede confundirse con o vincularse con el miedo a las multitudes. Las piscinas y las playas tienden a ser lugares llenos de gente; es posible que lo que les asuste sea más el miedo a la gente que al agua.

Podría suceder que un niño que está un poco ansioso por el agua se inquiete más con otros más grandes e intimidantes que juegan a su alrededor. Los padres, en estos casos, deben saber interpretar los sentimientos del pequeño.

Ideas para paliar el miedo al agua en los niños

Las siguientes sugerencias pueden ser de mucha ayuda para padres que deben lidiar con este problema. Por supuesto, además de aplicarlos, la tolerancia y la paciencia son requisitos fundamentales.

  • Los niños deben tener un respeto saludable al agua, una de las cosas más peligrosas en su entorno. Los pequeños deben tener en todo momento la precaución debida, mientras que los adultos no deben dejar de vigilar.
  • No hay que presionar al niño para entrar en el agua; es recomendable permitirle que mire, que observe a los otros niños divertirse. Este período de observación le permitirá prepararse para afrontar el acostumbramiento con mayor seguridad.

El miedo al agua en los niños se puede prevenir acostumbrándolos desde pequeños a ese medio.

  • Algo de tiempo para construir su valentía. A menudo, los padres empeoran las cosas al presionar a los niños para que entren al agua de inmediato; esto puede aumentar su nivel de ansiedad, incluso antes de comenzar a interactuar en el medio acuático.
  • Ayudar a obtener control sobre lo que hacen. Lo mejor es elegir un lugar tranquilo, lejos de los demás niños. También es muy positivo establecer reglas y pautas básicas sobre cómo deben jugar y nadar. Esto puede dar a los niños la tranquilidad que necesitan para entrar.
  • Utilizar tapones para la nariz y oídos. Los temores sobre el agua surgen, a menudo, porque los niños odian la sensación de agua que les sube por la nariz. Las gafas que los ayudan a ver bajo el agua también pueden aliviar la ansiedad.

“En los casos de miedo al agua en los niños, la tolerancia y la paciencia son requisitos fundamentales”

¿Cómo ayudar a los niños a superar su miedo al agua?

Además de las recomendaciones anteriores, también es posible apuntar ciertas medidas útiles para ayudar a los pequeños a vencer este miedo:

  • Debemos animal y recompensar a los niños en su proceso gradual de acercarse al agua. El refuerzo positivo es una de las mejores estrategias; aunque puede llevarle algún tiempo, el niño terminará asociando lo positivo con el hecho de estar en el agua.
  • Ensayar juegos divertidos de contener la respiración. Estos ejercicios le permitirán al niño tener cada vez más confianza.

Juegos para el agua con niños.

  • Para que pueda superar su miedo al agua, podemos intentar este ejercicio: lo llevamos al agua y le pedimos poner su cara sobre la superficie; luego, bajamos un poco más, y así sucesivamente. El pequeño comprobará por sí mismo que no hay nada abajo que pueda asustarle; con el añadido de que eliminará el temor de estar sumergido.
  • Usaremos cualquier recurso existente para que nuestro hijo se sienta seguro dentro del agua. Hay muchos productos que harán que se sienta más cómodo: alas de agua, flotadores, chalecos salvavidas o flotadores para los brazos son algunos.
  • Los niños se sienten más cómodos cuando notan que el agua es segura y divertida. Para ello, incorporaremos juguetes que incluyan agua, como pistolas de agua o de burbujas, para asegurarles que no tienen razones para temer.

Finalmente, como sugerencia final, es una buena idea proporcionarles una piscina para niños para jugar en casa, aunque sea de las pequeñas inflables. De este modo, se pueden planificar tarde en la piscina con muchos otros pequeños amigos. Al ver a los demás divertirse, de seguro el pequeño con miedo querrá unirse.

Bibliografía

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