Hoy en día, las familias llevan una vida bastante acelerada. Cada integrante tiene sus actividades; de esta forma, lograr coincidir los horarios para comer y cenar en familia es todo un desafío.
El hábito de sentarse a la mesa y compartir una comida se está perdiendo. Sin embargo, sus beneficios son muchos. Toda familia hace bien en plantearse la posibilidad de organizarse para comer todos juntos, aunque sea una vez en el día.
Cuáles son los beneficios de comer y cenar en familia
Antes de mencionar los beneficios que tiene el comer y cenar en familia, es necesario aclarar que es primordial apagar la televisión y los teléfonos. Esto debe establecerse como una regla familiar para poder disfrutar de la comida y la compañía de todos.
1. Mejora la calidad de la dieta
Sentarse a la mesa para comer y cenar en familia asegura a los padres que los niños coman sano. Así, se evita el consumo excesivo de comidas rápidas y se favorece el de verduras, frutas y legumbres. Por este motivo, los adolescentes que comen con su familia son menos propensos a padecer obesidad y diabetes, entre otras afecciones similares.
Por su parte, los jóvenes acostumbrados a comer mirando televisión suelen consumir comida chatarra y gaseosas. En cambio, sentados a la mesa familiar, los padres pueden incorporar hábitos saludables en ellos; un buen ejemplo es el consumo de agua en lugar de refrescos, o también la preparación de comidas caseras.
2. Desarrolla la comunicación
Comer y cenar en familia ayuda a los más pequeños del hogar a desarrollar su manera de expresarse, de argumentar y comunicar a través de la charla con sus padres y hermanos.
Además, es un momento que los padres pueden aprovechar para prestar atención a sus hijos, sobre todo si pasan muchas horas fuera de casa trabajando.
3. Crea buenos hábitos
Los niños aprenden por imitación los buenos modales en la mesa. La infancia es la etapa ideal para enseñar a los hijos patrones de conductas que desarrollarán a lo largo de su vida.
Si los infantes comen en el colegio, lo más probable es que copien a sus compañeros. Cenar en familia es una buena manera de reforzar los modales a la hora de comer.
Cuando un bebé puede sentarse por sí solo, es importante incorporarlo a la rutina de comer con la familia. Con ello, podrá aprender a tomar los cubiertos, a comer solo y a comunicarse con los demás.
4. Ahorro de dinero
Preparar una sola comida para todos supone un ahorro considerable de dinero. Se evitan las llamadas al delivery, las comidas rápidas o el encender la cocina varias veces al día para preparar alimentos diferentes para cada miembro de la familia.
5. Mejora el rendimiento escolar
Por la contensión y el buen clima que se genera, además del apoyo familiar que percibe el niño, comer y cenar en familia mejora su rendimiento académico. Las notas son considerablemente más altas en los niños que acostumbran tomar una comida sentados a la mesa junto con sus padres.
“Sentarse a la mesa para comer y cenar en familia asegura a los padres que los niños coman sano. Así, se evita el consumo excesivo de comidas rápidas y se favorece el de verduras, frutas y legumbres”
6. La familia se une
El hecho de compartir una comida es mucho más que disfrutar de un rico alimento. Mediante la comunicación, cada integrante llega a conocerse mejor, se siente parte de la familia, escuchado y querido.
Por lo tanto, se fortalece la unión de la familia, los sentimientos de fraternidad y compañerismo. En los niños esto es fundamental para que desarrollen una salud emocional equilibrada. En tanto, en los adolescentes ayuda a mantenerlos alejados de conductas adictivas, pues se sienten seguros e importantes para los padres.
3 trucos para lograr comer y cenar en familia
1. Organización
El ritmo de vida actual hace difícil encontrar el tiempo para comer y cenar en familia todos los días. Para crear una rutina y lograr reunir a todos los integrantes alrededor de la mesa, una buena idea es organizar los horarios; una vez establecidos, hay que respetarlos.
2. Planificar las comidas
Es mejor dedicar un tiempo en la semana para planificar las compras y lo que se va a cocinar y plasmarlo en una lista, que luego puede colgarse en el refrigerador. Así, todos recordarán lo que se necesita.
3. Incluir a los niños
Que los niños participen en la preparación de los alimentos es una buena manera de fomentar el hábito de comer juntos. Incluso les anima a incorporar alimentos saludables; también es preciso involucrarles en las rutinas de poner la mesa, juntar los platos sucios, ayudar a lavarlos, etc.
Finalmente, solo te queda comenzar a fomentar esta costumbre en el seno familiar. Si aún no lo implementan, pueden volverlo un hábito en apenas algunos días; será un espacio que todos disfrutarán.
Bibliografía
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- Villares, J. M., & Segovia, M. G. (2006). La comida en familia: algo más que comer juntos. Acta Pediatr Esp, 64(11), 554-558. http://www.ponceleon.org/logopedia/images/stories/infantil/comida_en_familia.pdf
- de Miguel, B. B., & Vives, C. C. Comer en familia: una costumbre saludable y gratificante. https://www.ucm.es/data/cont/docs/429-2014-11-12-Beltran-Cuadrado-comer-en-familia-2014.pdf