¿Quieres saber cómo es el desarrollo de los huesos los primeros meses de vida? La formación del esqueleto del bebé inicia en el vientre materno cuando el feto se está desarrollando. Entre las 15 y 20 semanas de embarazo, el sistema óseo empieza a formarse; para el séptimo mes, se completa su constitución.
Para este momento, tú bebe cuenta con un sistema óseo completo, suave y flexible, que le permite mantenerse cómodamente dentro del vientre hasta su nacimiento. Este proceso no se detiene ahí. Tras el nacimiento, el desarrollo de los huesos los primeros meses de vida continúa aceleradamente; este se ve ligado a diversos factores, al igual que antes en el vientre materno.
Esqueleto del bebé
El esqueleto de un bebé cuenta con 270 huesos al momento de su nacimiento. Esa cifra va cambiando por la fusión de algunos huesos —los del cráneo o el sacro— y la aparición de otros —articulación de la muñeca—, hasta contar con 206 huesos en la etapa de la adultez.
El desarrollo del sistema esquelético se da a lo largo de la vida. Pero el desarrollo de los huesos los primeros meses de vida ocurre de una forma más rápida y notable, especialmente en los primeros dos años de la niñez. Los huesos están formados por vasos sanguíneos, nervios, colágeno y células vivas como los osteoblastos, que son las que forman el hueso, y los osteoclastos, que son las que alimentan el hueso.
Estas células vivas son las que le permiten su constante remodelación. En un proceso en la que los osteoclastos eliminan las células óseas más viejas y van formando un nuevo tejido óseo más numeroso y resistente, lo que permite el crecimiento del cuerpo. Este crecimiento se ve influenciado por diversos factores que son parte de la vida de un individuo desde el momento en que empieza su desarrollo.
Factores que influyen en el desarrollo de los huesos los primeros meses de vida
1.- La genética
El potencial genético es un factor hereditario que puede influenciar hasta en un 80% del desarrollo del bebé, mientras que no sea interrumpido por factores externos. Esto quiere decir que, si los padres son de gran estatura, la probabilidad que los bebés sean altos es mayor; de igual forma pasa si los padres son de poca estatura. Este factor empieza a ser relevante luego de los dos años de edad.
2.- La alimentación y nutrición
Un factor fundamental que empieza a hacer efecto desde el desarrollo fetal. Una dieta equilibrada durante el embarazo va a asegurar el paso de los nutrientes a través de la placenta. Lo que va directamente relacionado con el crecimiento del feto y los procesos metabólicos futuros.
Tras el nacimiento, el bebé debe ser alimentado con leche materna hasta los seis meses; por eso, la alimentación de la madre debe ser completa y equilibrada para que el niño obtenga todos los nutrientes necesarios para su desarrollo. Asimismo, cuando el bebé coma, deberá llevar una dieta complementaria que va a depender de las necesidades del infante.
3.- Afecto
Es un factor de suma importancia para el crecimiento de los niños. Se ha comprobado que los niños que son privados de afecto tienden a crecer menos.
Probablemente esto se dé porque son niños deprimidos, con estrés y ansiedad, y su cerebro se ve afectado. Por ese motivo, se produce una gran cantidad de una hormona llamada somatostatina, que influye directamente en la producción de la hormona de crecimiento y otras hormonas necesarias para el óptimo desarrollo.
“El esqueleto de un bebé cuenta con 270 huesos al momento de su nacimiento. Esa cifra va cambiando por la fusión de algunos huesos, hasta contar con 206 en la etapa de la adultez”
4.- Sueño
Un buen descanso en las horas de la noche es algo primordial para el crecimiento. La mayor producción de hormonas de crecimiento se da en las horas nocturnas, por lo que se recomienda que los niños duerman desde las 8 de la noche; esta solo actúa si el niño se encuentra dormido.
5.- Ejercicio físico
La actividad física ayuda a mantener el cuerpo y la mente sana. Los bebés deben moverse para que sus huesos y músculos ganen resistencia; los niños, en tanto, deben practicar un mínimo de media hora de actividades al aire libre.
La actividad física ayuda a mantener el organismo en buen estado; además, la presencia de luz solar es de mucha importancia. A partir de ella, el cuerpo absorbe vitamina D, una vitamina de mucha importancia para el crecimiento y desarrollo adecuado de los huesos.
En definitiva, el desarrollo de los huesos los primeros meses de vida sigue siendo una parte vital de la maduración del pequeño. En esos momentos, así como en el resto de su vida, los padres deben asegurarse de cumplir con lo necesario para que este proceso se dé adecuadamente.