Estimulación antes del nacimiento, mitos y realidades

Además de todos aquellos cambios que experimenta una mujer embarazada y aquellas incomodidades que la puedan aquejar, también le toca lidiar con las especulaciones y consejos sobre la manera en que debería o no estimular al bebé que lleva dentro.

Existen muchas versiones sobre la estimulación del bebé durante el desarrollo intrauterino, pero no todas las cosas que se dicen son verdad. Hay quienes creen que estimular de alguna manera al bebé o a cierta hora, puede ser perjudicial; así mismo, hay teorías de lo que podrían beneficiarle.

Acostumbramos a oír que es recomendable hablar que está en el vientre, colocar el audífono con música o una lámpara en el vientre, permitirá despertar su atención y generar cierta respuesta. No obstante, cada consejo tiene un grado de realidad y algunas condiciones lo sostienen.

Lo cierto es que para comenzar a develar algunas de estas creencias, podemos tomar en cuenta, cuáles pueden haber sido comprobadas y de hecho son de utilidad o cuales tan solo son mitos.

Principales mitos y realidades de la estimulación intrauterina

Antes que nada es preciso aclarar que todo aquello que afecta a la madre, de alguna manera va a ser percibido por el feto, por eso muchas de las creencias sobre la estimulación consiguen su obstáculo en la manera como la madre lo perciba.

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En tal sentido, si consideramos que alguna práctica puede favorecer el crecimiento o la inteligencia del bebé, para empezar debe ser agradable para la madre. Por lo tanto, antes de poner en práctica cualquier estímulo, debemos considerar que mamá esté tranquila, porque a veces podríamos no ayudar a ninguno de los dos.

Mito Nº 1. El vestuario de la madre debe ser claro

Algunas personas creen que si la mamá se viste con colores claros, este tipo de tela va a favorecer la entrada de luz al vientre, lo cual estimulará visualmente al bebé. Según esta creencia, el niño podría beneficiarse también de ciertos aportes que el sol le brinde.

Realidad

Según los expertos, no podría hablarse de estímulo visual, porque difícilmente el bebé pueda ver esa luz. Es posible que ni siquiera sienta un cambio en la iluminación del útero, que de hecho es muy oscuro. No obstante, si hablamos de que esto resulta placentero para la madre, quizá por esta razón sea bueno para el niño, porque ella estará cómoda.

Mito Nº 2. Comer chocolate por las noches altera al bebé

Como hemos dicho con anterioridad, todo aquello que es significativo para la mujer embarazada, puede reflejarse en el bebé. Por lo tanto, existen condiciones para que el consumo de un alimento tenga efecto directo en el embarazo, por lo que no podríamos decir que el sueño o la quietud del bebé reaccionan por el consumo de chocolate.

Realidad

Al respecto, es muy probable que sea el estímulo que recibe la madre lo que trasforma la situación. Es sabido que el chocolate permite la liberación de sustancias en el cuerpo, por eso es posible que el feto cambie de posición o reaccione de alguna manera.

En todo caso, si lo consumimos de noche, cualquier persona embarazada o no, puede sentir un estímulo. Si a esto le sumamos que cuando la madre duerme es el momento de mayor actividad del bebé, podemos relacionar este cambio al consumo de algún alimento.

Mito Nº 3. Escuchar música clásica favorece el aprendizaje del niño

Según esta creencia, tanto los compositores de la música como el estilo de esta influyen positivamente en el aceleramiento del aprendizaje, la atención y la alerta sensorial cuando el niño comienza a desarrollarse. Se supone que hace falta regular en distintos momentos del día, los temas que la madre debe escuchar, de acuerdo al lugar y actividades.

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Realidad

No hay razones para decir que esto no podría funcionar, pero tampoco existen pruebas que acrediten que es cierto. En tal caso, si hablamos de que la música logró relajar a la madre y con eso puedo llevar un embarazo perfecto, entonces estaríamos notando un beneficio que tal vez podría traducirse en una mejor capacidad para el aprendizaje.

En todo caso es el estudio musical lo que podría evidenciar el desarrollo de la inteligencia, no en sí el escuchar música. Por lo tanto, si es agradable para la mamá, no está mal ponerle música a volumen prudencial y de cualquier tipo.

Mito Nº4. Luces y colores proyectados para comunicarse con el bebé

Este se considera un estímulo bastante intenso y es por lo tanto uno de los más practicados. Consiste en colocar una lámpara cerca del vientre con el fin de que el bebé perciba la luz, esto se cree que permitirá un contacto con el exterior.

También se utilizan luces de colores proyectadas a través de papel celofán para que pueda distinguir y visualizar las diferentes escalas.

Realidad

Los especialistas consideran que no es muy probable que el feto pueda ver la luz o seguirla y menos distinguirla; en todo caso podría llegar a sentir un ténue resplandor debido a que son seis centímetros de piel que lo separan del exterior y mientras más avanzado se halla el embarazo, más gruesa se vuelve piel.
Si llegáramos a notar que el bebé se mueve o reacciona ante la luz sería por el pequeño cambio en la oscuridad del útero, pero se sabe que no la ve. En cuanto a los colores, algunos expertos consideran que si el feto llegase a ver, lo haría con poca nitidez y en blanco y negro.

Bibliografía

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