Los integrantes de una familia organizada, por lo general, trabajan con la sincronía de un buen equipo, cuya filosofía busca siempre ayudarse siempre los unos a los otros.
Ciertamente, la palabra rutina sirve para señalar aspectos tanto positivos como negativos del comportamiento, por ejemplo, una rutina de ejercicios diaria te puede dar mucha salud, pero llevar una relación rutinaria con tu pareja puede llevar a un matrimonio al divorcio.
Como ves, la frontera entre “lo bueno” y “lo malo” cuando se habla de rutinas familiares y de otros aspectos de la vida diaria es muy fina. Por eso siempre es necesario vigilar tanto los excesos de laxitud como de rigidez.
Las rutinas familiares son necesarias
Es muy importante establecer rutinas familiares sanas, pues estas ayudan a obtener resultados positivos en la crianza de tus hijos. Además te servirán para que aprendan hábitos saludables desde muy pequeños.
Además, es preciso que toda pareja que esté levantando un hogar y busque que sus hijos se desarrollen coherentemente establezca rutinas diarias que inviten a que todos los integrantes trabajen enfocados en conseguir una misma meta.
La idea es no sobrecargar de tareas a algún miembro de la familia. Es mejor que las tareas y las responsabilidades sean repartidas de manera equitativa según las capacidades y habilidades de cada uno.
Es esencial que las rutinas se cumplan todos los días -o la mayoría de ellos-, para lograr que eso suceda los padres deben tener firmeza de carácter, pues es muy sencillo desertar y darle oportunidad a la procrastinación.
El secreto siempre está en el equilibrio
El mayor reto será establecer rutinas que mantengan un buen equilibrio entre el desorden que ocurre cuando no se tienen rutinas y la rigidez esquemática que suele aparecer cuando se imponen muchas reglas.
El desorden y la intermitencia son los principales obstáculos de una familia que lucha por mantener sanas rutinas familiares. Si la intención es que todos en el hogar caminen en el mismo sentido, se debe priorizar la necesidad de tener hábitos constantes para todos.
También es vital saber cuándo es necesario flexiblizar el horario o el cumplimiento de las rutinas. Hay días en los que humanamente no se puede cumplir con ellas, así que hacer unos ligeros cambios ayudará a la familia a trabajar con menos estrés.
Algunas estrategias
Organiza los deberes y los horarios de los integrantes de la familia, pero sobre todo vela por que se cumplan. Para hacerlo, puedes celebrar una reunión familiar y mostrar un esquema de los deberes diarios que le corresponden a cada uno. Este esquema puede tener un horario ajustado a la disponibilidad de cada integrante de la familia. Hacerlo ayuda a organizar el hogar de manera integral.
Elige un lugar visible de la casa para colocar este esquema o compra una pequeña pizarra para dibujar y apuntar los diferentes deberes de cada miembro.
“La equidad es clave, pero más aún es que todos cumplan con sus deberes sin excusas. Ten presente que el desorden y la intermitencia son los principales obstáculos de una familia que lucha por mantener sanas rutinas familiares”
El desarrollo de los niños mejora con las rutinas familiares
- Una manera sencilla de ayudar a tu hijo en su desarrollo es avisarlo con antelación de las tareas que le corresponden diariamente.
- Si ves que al principio no le va muy bien con los deberes, échale una mano con algunos; además, toma un poco de tiempo por la noche para ayudarle a organizar la ropa y otras cosas del siguiente día.
- Por la mañana ayúdalo a mantenerse alegre y positivo. Si lo notas un poco desanimado o dormido, ayúdalo a prepararse y prepárale un buen desayuno nutritivo.
“La disciplina es otro aspecto que se alimenta de manera positiva cuando se establecen rutinas familiares sanas”
Nunca olvides que el objetivo principal de las rutinas familiares es mantener el orden y aprovechar al máximo la disponibilidad de tiempo de cada integrante. Tener esto en cuenta ayuda a crear un balance entre las tareas de la casa y los deberes externos.
Bibliografía
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