Así es, la familia lo es todo. Quien entiende esta premisa y la practica, tiene garantizado el éxito. Se trata del pilar más importante de la sociedad y nuestro núcleo. Sin la familia, seríamos seres solitarios y careceríamos de ese apoyo tan necesario.
Imparcialidad, amor, tolerancia, respeto, comunicación; todos estos son valores que desarrollamos en familia. Sin embargo, este concepto de familia ha variado y hoy día debemos entenderlo en su máxima expresión. La familia son los amigos, las mascotas, la gente que está ahí cuando uno lo necesita; así, aunque no sea la tradicional estructura formada por padres e hijos, hay un lazo inquebrantable que los une transversalmente.
¿Por qué decimos que la familia lo es todo?
A continuación, enumeraremos algunos de los numerosos beneficios que se obtienen al contar con un núcleo familiar sano. Todos ellos son vitales para el bienestar del conjunto y de cada uno de sus integrantes.
Prioridad
El trabajo demanda de nosotros largas horas de ausencia del hogar frente a la pantalla de un ordenador o metidos de lleno en proyectos que nos hacen olvidar la importancia de dar tiempo a robustecer los lazos familiares. De ahí que luego vengan, inevitablemente, los reproches, los abandonos o las separaciones.
El éxito con sabor a fracaso de un hombre o mujer que sacrifica su familia para llegar a la cima profesional es un claro ejemplo. La vida sana se logra a base de equilibrios; distribuye el tiempo de forma que puedas brindar atención a tu familia a pesar de la larga jornada de trabajo.
Respeto
Establecer límites claros y reglas de convivencia es importante para mantener el respeto en la familia, siempre y cuando todos sus miembros actúen con base en ellas. Es cuestión de atender las necesidades de los demás sin descuidar las propias; ser amables, cordiales y desarrollar técnicas para la resolución de conflictos con respeto es clave.
Comunicación
Todos tenemos derecho a expresarnos con libertad y a que nuestras ideas sean escuchadas y respetadas. Busca momentos para la conversación y el acercamiento sincero entre los miembros de la familia. Habla con amabilidad a los niños desde la compasión y, no lo olvides, evita los gritos y las malas palabras en tu hogar.
Tolerancia
Hay tantos mundos como cabezas haya en tu familia. Debes tener claro que se trata de personalidades diferentes que, en muchos casos, chocarán. Sin embargo, en la familia es donde se aprende que las diferencias enriquecen y que, por encima de todas las cosas, debemos ser tolerantes y aceptar las diferencias del otro sin prejuicios.
La vida sana se logra a base de equilibrios; distribuye el tiempo de forma que puedas brindar atención a tu familia a pesar de la larga jornada ausente
Trabajo en equipo
Define tareas y equilibra las cargas entre los miembros de la familia. Una hoja-guía con horarios y la distribución de las labores del hogar permitirá que la armonía se mantenga. La familia es, sobre todo, un gran equipo en el que cada uno puede desplegar su talento para mejorar la convivencia.
Amor
El amor más incondicional y duradero lo conseguirás en tu familia. Es allí donde aprenderás a amar y, por tanto, a darte a los demás. Una familia hace de sus miembros seres amables con un amor hacia el prójimo como a sí mismos. En definitiva, una familia llena de vitalidad y concordia.
¿Cómo mantener la unión familiar?
Con estas sencillas sugerencias, se hará posible mantener la calma y armonía en la convivencia cotidiana de la familia:
- Trata de que al menos una comida al día se realice en familia.
- Una vez por semana, busca maneras de realizar actividades conjuntas como ir al cine, juegos de mesa, excursiones o paseos.
- Al menos una vez al año, haced un viaje de vacaciones todos juntos.
- Mostrad vuestro interés por las actividades, los sueños y las pasiones de los demás miembros de la familia. Expresad vuestro apoyo y acompañad a cada uno en sus metas.
- Evitad realizar juicios negativos y críticas destructivas sobre los demás. Practicad el tacto y haced las críticas siempre movidas por la compasión.
- Si vives relativamente cerca de tus padres, es decir, los abuelos de los pequeños del hogar, planea visitas familiares al menos un fin de semana al mes. Ellos agradecerán la idea de que se les incluya en la crianza de los nietos.
Como habrá quedado demostrado hasta aquí, la familia lo es todo. Quienes no tengan la dicha de disfrutar de una relación familiar saludable, deben recordar que siempre hay tiempo para enmendar errores. Además, por último, nunca olvides que la familia no la componen solamente aquellas personas que comparten tu sangre.