Todos sabemos lo importante que es el calcio para el desarrollo de los huesos. Así pues, también es muy importante para el desarrollo general de los niños. Los lácteos son ricos en calcio y otros nutrientes, y por eso es esencial que a partir de los 2 años tomen medio litro de leche al día. O en lugar de leche, otros derivados lácteos son buena idea. A continuación vamos a ver cuál es el mejor lácteo para dar a nuestros niños.
Durante los primeros meses los bebés solo necesitan tomar leche. La mejor es la materna, pero si no puede ser leche artificial, este será su alimento hasta los 6 meses de vida. A partir de esta edad, ya se deben tomar otros productos para que haya un crecimiento normal y sano.
El mejor lácteo para los niños
Leche
La leche a partir de los 12 meses la tienen que tomar entera, es decir, con toda la grasa. Ellos crecen deprisa, pero tienen el estómago pequeño y tienen que tomar alimentos con calorías. Y en estas edades, salvo alguna excepción, el colesterol no tiene riesgo para ellos. Además, la grasa de la leche hace que se absorba mejor la vitamina A y D.
A partir de los tres años, es recomendable que tomen la leche de vaca con menos grasa, semidesnatada, mejor que tomar la leche de crecimiento.
Las leches de crecimiento llevan leche semidesnatada y grasas vegetales. Le añaden azúcar o miel para que tengan mejor sabor, ya que las grasas vegetales que llevan le cambian el sabor. Esto puede resultar perjudicial porque puede favorecer la aparición de las caries. Además, hace que se acostumbren a este sabor dulce y ya no quieran leche normal.
Yogures
Los yogures pueden darse a partir de los 6 meses, pero es mucho mejor si no se consumen hasta el año de edad por el tema de las proteínas. Las mejores opciones son los naturales, ya que no llevan ningún edulcorante, azúcar, etc. Así no se acostumbran a un sabor dulce, además de que favorece la aparición de caries.
En cuanto a “Mi primer yogur”, se debería empezar igualmente a partir de los 12 meses, aunque ponga que se puede dar a partir de los 6. Este yogur es el mismo que los normales, solo que lleva más vitaminas y minerales.
El queso
El queso se puede ofrecer a partir también de los 12 meses. Se recomienda empezar por queso fresco y tierno. Además, debemos fijarnos en que esté hecho con leche pasteurizada para evitar algunas enfermedades, que se transmiten cuando se toma queso hecho con leche sin pasteurizar.
Es mejor evitar los quesos, porque contienen grasas de baja calidad. También es preferible no comerlos más de una vez a la semana.
Lácteos líquidos
Están muy de moda los lácteos bebidos “danonino”, por ejemplo. Pero con estos yogures líquidos, más yogures, leche, queso, los niños están tomando un exceso de proteínas. La Orgnización de Consumidores y Usuarios (OCU) analizó esos lácteos y concluyó que tenían grasas de muy mala calidad, por lo que recomendó que lo tomaran solo una vez a la semana.
Natillas, flanes, arroz con leche, mousse y otros postres azucarados
Estos productos comprados no suelen tener huevo como indica la receta tradicional, sino espesantes, azúcares y colorantes. No son yogures y son menos sanos que estos. Tienen un alto contenido en azúcar y no deben sustituir al vaso de leche o yogur natural.
Si queremos que nuestros pequeños tomen leche o flan, es mejor prepararlos nosotros con ingredientes que tenemos en casa. También hay que hacerlos caseros, son mucho más sanos que los que se compran en los supermercados.
Cuajada
La cuajada también es un lácteo muy recomendado para los niños por su alto valor nutricional. La cantidad de calcio recomendada al día, según la edad:
- Niños de 1 a 3 años: 700 mg/día.
- Niños de 4 a 8 años: 1.000 mg/día.
- Chicos y adolescentes de 9 a 18 años: 1.300 mg/día.
Para obtener estos valores, se recomienda consumir entre 3 y 5 vasos de leche, yogures, quesos o bien, recetas con productos lácteos para cubrir las cantidades necesarias de calcio.
Consideraciones finales para elegir el mejor lácteo
En primer lugar, no hay que dar por sentado que todo comestible que se vende en tiendas y supermercados es saludable. Hay que fijarse muy bien en su composición y, en caso de que no sea aceptable, optar por preparar en casa los distintos alimentos en casa, para así brindar el mejor lácteo a los niños.
En segundo lugar, no hay que saturar a los niños con productos lácteos. Después de todo, también hay alternativas de origen vegetal que no solo tienen un gran aporte nutricional sino que resultan fáciles de digerir.
Por último, hay que tener en cuenta que, si bien el vaso de leche de vaca ha sido un ícono en la memoria colectiva a la hora de ”crecer sanos y fuertes” la clave está realmente en mantener una alimentación balanceada, en la que se encuentren presentes todos los grupos de alimentos en su justa medida.
Bibliografía
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