Cicatrizar las heridas que los niños se hacen y que estas sanen sin más contratiempo que las molestias causadas por el propio rasguño, a veces se torna difícil.
Con el ir y venir despreocupado de los infantes, sus muchas imaginaciones y los juegos que pueblan sus cabecitas, no siempre se concentran en velar por sus lesiones. Más temprano que tarde las heridas se les llenan de suciedad, forman un círculo rojo a su alrededor y comienzan a supurar.
En estos casos, cicatrizar las heridas de los niños se convierte en un asunto de máxima prioridad y es cuando las madres nos desgajamos en maneras de contrarrestar las infecciones y hacer que sus heridas cierren pronto.
Remedios caseros para curar y hacer cicatrizar las heridas de tus hijos
Jugo de ajo
El jugo que suelta el ajo al machacarse es un poderoso antibiótico natural que reduce el riesgo de contraer infecciones.
Para aprovechar las propiedades de este producto coge tres dientes de ajo, machácalos en un pozuelo que esté bien limpio, si es posible, lavado con abundante detergente y luego enjuagado con agua hervida.
Lava la herida de tu hijo con agua, jabón y una gasa de manera que raspes toda su cubierta y elimines cualquier resto de tejido muerto.
A continuación, usa otra gasa para mojarla en el jugo que soltó el ajo triturado y pásala por la herida. Esto puede arder un poco, pero será efectivo. Deja que el jugo del ajo haga lo suyo durante 5 minutos y luego limpia la herida con agua hervida y jabón para que la piel no se irrite.
Realiza este remedio dos veces al día.
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Miel de abejas
La miel es antimicrobiana y antiséptica por lo que ayuda a evitar las infecciones y cicatrizar las heridas de los niños.
Para aplicar la miel solo debes lavar la herida con abundante agua y jabón. Luego, aplica una fina capa de miel sobre ella y pídele a tu niño que repose durante un rato, entre 5 y 10 minutos. Pasado ese tiempo vuelve a lavar la herida con agua y jabón.
Tu hijo debe mantenerse en reposo (sentado o acostado) durante el tiempo que tenga la miel sobre la herida porque este producto atrae insectos y retiene la suciedad.
Este remedio puedes hacerlo tres veces cada día.
Hoja de sábila
La hoja de la sábila, o aloe vera, segrega un gel transparente que contrarresta las infecciones, ayuda a cicatrizar las heridas y calma las molestias en dicha zona.
Para usar sus propiedades, corta un tallo de la planta, lávalo bien, pélalo y úntalo sobre la herida previamente lavada.
Esta sustancia podrás dejarla sobre la piel sin importar la actividad que vaya a hacer el niño. Solo debes lavarla pasados 15 minutos con agua y jabón.
Esto lo harás tres veces por día.
El jugo de cebolla para curar las heridas de los niños
El jugo de cebolla es un antibiótico natural. Aplicado sobre las heridas de los niños las previene de las infecciones y las ayuda a sanar. A diferencia de otros remedios el jugo que sale de la cebolla no irrita la piel, por lo que puede ser aplicado sobre la epidermis con más regularidad.
En este caso corta ¼ de cebolla y machácala en un recipiente limpio.
Como ya te recomendamos lava la herida de tu hijo con abundante agua y jabón. Usa una gasa si es necesario para retirar las células muertas y la suciedad que esté acumulada allí.
Unta el jugo de cebolla en la rozadura y déjalo entre 5 y 10 minutos. No importa si el niño sale a jugar un rato. Luego de ese tiempo pídele que te acompañe al lavabo y retira el jugo de la cebolla usando otra vez agua y jabón.
El remedio casero que se hace con el jugo de la cebolla puedes aplicarlo hasta tres veces por día.
Otros remedios caseros para curar y cicatrizar las heridas de los niños
Otros remedios caseros que pueden servir para cicatrizar las heridas de los niños son:
- El zumo de la zanahoria luego de machacarla.
- El té de jengibre.
- El jugo que sueltan las hojas de llantén trituradas.
- El té de tomillo.
Estos remedios caseros se han usado de forma tradicional para curar y cicatrizar las heridas de los niños. Pueden ayudar a mejorar su curación y a evitar infecciones pero usa siempre agua y jabón para mayor seguridad.
Además puede ser necesario tapar o cubrir la herida para evitar que se ensucie o se pueda romper la costra que se forma. Para ello usa gasas limpias y específicas para esto que te pueden recomendar en la farmacia.
Por último vigila de forma regular la evolución de la herida. Si esta aparece caliente, irritada, inflamada o con alguna irregularidad, es mejor que acudas al médico.
Bibliografía
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- Samarghandian S, Farkhondeh T, Samini F. Honey and health: a review of recent clinical research. Pharmacognosy Research. Abril-Junio 2017. 9 (2): 121-127.