Hay algunos alimentos de los que debes cuidarte cuando estás embarazada, ya que no todos son seguros para esta etapa de la vida. Uno de los alimentos que a menudo se cuestiona es el queso cheddar, debido a que se elabora con leche cruda. Sin embargo, la forma en que se prepara el queso cheddar podría hacerlo seguro durante el embarazo.
Para aclarar este tema, profundizaremos en su proceso de elaboración y evaluaremos su seguridad en el embarazo. También proporcionaremos algunos consejos prácticos y precauciones sobre la mejor manera de consumirlo.
¿Qué tipo de queso es el cheddar?
El cheddar es un queso duro y madurado que se elabora con leche cruda. De allí que existe la duda de si es conveniente o no para el embarazo. También puede fabricarse con leche pasteurizada, pero no obtiene el mismo sabor ni textura.
En cuanto a su elaboración, un artículo en la revista Koch ChaSarn Journal of Science explica que, una vez que se obtiene la cuajada, se somete a un proceso de reposo durante 2 meses como mínimo. Pese a ello, los más vendidos tienen al menos 18 meses o más de maduración o añejamiento.
En este tiempo de maduración, aumenta la acidez, la concentración de sal y cambia la textura, el sabor y el olor, que lo hacen atractivo y tentador al paladar. En el proceso, el agua se pierde, hasta quedar en el queso cheddar un 36 % y casi un 65 % de sólidos nutritivos, como las proteínas, los carbohidratos, la grasa, el calcio, el fósforo y la vitamina A.
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¿Es seguro el queso cheddar en el embarazo?
Las mujeres embarazadas pueden consumir queso cheddar. Sin embargo, es necesario tener algunos cuidados y consideraciones. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) informan que las mujeres embarazadas tienen 10 veces más posibilidades de contraer la listeriosis, una intoxicación alimentaria producida la Listeria monocytogenes.
Esta enfermedad se produce cuando se ingieren vegetales contaminados, carnes, leche y lácteos no pasteurizados, como los quesos elaborados con leche cruda. La listeriosis es capaz de causar parto prematuro, abortos espontáneos y muerte fetal. De allí que es importante que la embarazada no consuma alimentos crudos, no pasteurizados o contaminados.
También se sabe que muchos de los brotes de listeria en Estados Unidos se asocian al consumo de quesos blandos, que tienen alto contenido de agua y hechos con leche sin pasteurizar. Pero, ¿qué ocurre con el queso cheddar en el embarazo?
Como ya explicamos, la maduración del queso durante un mínimo de 60 días reduce la cantidad de agua libre que estaría disponible para el crecimiento de bacterias causantes de enfermedades como la listeriosis.
Sin embargo, hay que tener cuidado con su alto consumo en el embarazo, ya que sus valores de sodio rondan los 655 miligramos por cada 100 gramos de queso y puede aportar hasta 20 gramos de grasa saturada y 410 calorías. Así lo indica la tabla nutricional del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).
Dentro de los tres lácteos diarios para la embarazada, se recomienda comer una sola porción de entre 30 a 50 gramos de queso cheddar. De todas maneras, es necesario consultar con el ginecobstetra.
Las diferentes versiones de cheddar
Los diferentes tipos de queso cheddar varían en sabor y textura según el tiempo de maduración. Los más jóvenes, como el queso cheddar blanco, tienen entre 2 y 3 meses de maduración y presentan un sabor suave y cremoso.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) indica que requiere un tiempo mínimo de maduración de 60 días para garantizar que no haya riesgo de transmisión de listeriosis.
Los cheddars más maduros o añejos tienen un tiempo de maduración superior a 3 meses y pueden durar hasta 2 o 5 años. A medida que pasa el tiempo, se vuelven más firmes y seguros para el consumo.
El cheddar picante, el queso cheddar con sabores como ajo o pimienta, e incluso el cheddar ahumado en frío se pueden consumir con total seguridad, ya que siguen el mismo proceso de elaboración. Sin embargo, ten en cuenta que el queso picante puede afectar la digestión. Debes evitar el queso cheddar con aditivos y sabores artificiales en tu dieta.
Cualquiera de las versiones recomendadas se puede disfrutar fría en sándwiches, ensaladas, junto con frutas como manzanas o peras, con frutas desecadas o acompañando frutos secos. También es seguro consumirlo cocido, en sopas, cremas, gratinados, a la parrilla y de otras formas.
No obstante, independientemente de la versión que elijas, recuerda que no debes consumir más de 50 gramos al día para evitar un aumento excesivo de sodio y grasa saturada en tu dieta.
Recomendaciones para mantener la seguridad del queso cheddar en el embarazo
Aunque el queso cheddar en el embarazo se considera seguro, sugerimos tener los siguientes cuidados:
- Descarta la corteza del queso cheddar para evitar posibles contaminaciones cruzadas con otros productos crudos o no pasteurizados.
- Almacénalo en la nevera a una temperatura de menos de 4 grados centígrados, en un envase bien cerrado o envuelto en papel encerado. También puedes congelarlo a una temperatura de menos de 18 grados centígrados, utilizando una bolsa diseñada para congelar alimentos.
- Si vas a manipular el queso cheddar junto con otros alimentos crudos o no pasteurizados, asegúrate de higienizar adecuadamente la tabla y los utensilios con agua caliente y jabón.
- Después de manipularlo, si el queso cheddar permanece a una temperatura de 32 grados centígrados o más durante 1 hora o a temperatura ambiente durante más de 2 horas, debes desecharlo de inmediato.
- Si te sobran preparaciones con cheddar por más de 1 día, también es recomendable desecharlas.
- Mantén limpias las paredes del refrigerador lavándolas con agua caliente y un limpiador líquido. Luego, enjuaga con abundante agua.
¿Resulta seguro el queso cheddar en el embarazo?
El queso cheddar, con bajo contenido de agua y madurado, puede ser considerado como un alimento seguro durante el embarazo. Sin embargo, es importante que consultes con tu médico y un nutricionista para determinar las porciones adecuadas, ya que el queso cheddar contiene cantidades significativas de sal, calorías y grasa saturada.
Desde este medio, recomendamos una porción que varíe entre 30 y 50 gramos al día. Puedes disfrutarlo añadiéndolo a sándwiches, combinándolo con frutas, usándolo en ensaladas, sopas, gratinados o en cualquier preparación que desees. Sin embargo, recuerda que, por muy sabroso que sea, es importante no exceder la cantidad recomendada.
Bibliografía
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