Alergia a las frutas rosáceas, un problema común en niños

¿Sabías que la alergia a las frutas rosáceas es más común de lo que piensas y puede afectar a muchos niños? Te contamos las causas, síntomas y tratamientos de esta reacción.

Alergia a las frutas rosáceas en los niños

¿Tu hijo ha sido diagnosticado con alergia a las frutas rosáceas? Cada vez es más común en niños. De hecho, en algunos países, el consumo de ciertas frutas puede ser la principal causa de alergia en niños mayores. En este artículo, te proporcionaremos información clave sobre esta afección.

Por supuesto, las directrices a seguir con respecto a la alergia a las frutas rosáceas serán establecidas por el pediatra o el alergólogo. Aquí te explicaremos cuáles son las frutas involucradas, por qué se produce esta alergia, los síntomas que debes tener en cuenta y el tratamiento general recomendado.

¿Cuáles son las frutas rosáceas?

Este grupo de frutas está emparentado con las rosas (Rosaceae), que comúnmente se utilizan en jardinería con fines decorativos o como regalos. Estas frutas pertenecen a una amplia familia de consumo masivo y pueden variar en tamaño, color y forma. Se dividen en dos categorías principales: las bayas, que contienen varias semillas, y las drupas, que albergan una sola semilla en su interior.

Las más comunes de esta familia incluyen:

  • Pera.
  • Cereza.
  • Ciruela.
  • Níspero.
  • Manzana.
  • Nectarina.
  • Membrillo.
  • Paraguaya.
  • Melocotón.
  • Arándanos.
  • Zarzamora.
  • Frambuesa.
  • Albaricoque.

¿Por qué ocurre la alergia a las frutas rosáceas?

La alergia a las frutas rosáceas se desencadena cuando el sistema inmunológico del cuerpo reacciona de forma exagerada a ciertas proteínas que se encuentran en estas frutas, como la manzana o el melocotón. Estas proteínas se encuentran principalmente en la piel o la cáscara de las frutas.

Si los niveles de ciertos anticuerpos (IgE) son bajos, la persona puede ser alérgica solo a una fruta específica, como el melocotón. Pero si los niveles son altos, la alergia puede extenderse a otras frutas rosáceas o incluso a alimentos diferentes, como los frutos secos.

Además, en algunos casos, esta alergia puede estar relacionada con la alergia al polen, lo que significa que si tu hijo es alérgico al polen de ciertas plantas, podría también desarrollar alergia a frutas específicas.

¿La cocción de las frutas puede destruir el alérgeno?

Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, una característica de la proteína transportadora de lípidos (LTP) presente en la superficie de estas frutas es que no se destruye ni con el calor ni con los jugos gástricos. Por lo tanto, es igual de alergénico consumir melocotones o cualquier fruta rosácea, ya sea fresca o procesada.

Esto significa que ni los jugos, las mermeladas, el almíbar, las conservas ni las frutas deshidratadas podrán detener la reacción alérgica en los niños sensibles a esta proteína. La única manera de prevenir la alergia es evitar por completo estas frutas en cualquier forma de procesamiento.

¿Qué síntomas producen la alergia a las frutas rosáceas?

Los principales síntomas de alergia a las frutas rosáceas suelen aparecer casi de inmediato o alrededor de media hora después de su ingesta. Las reacciones más comunes son leves y se manifiestan como el síndrome de alergia oral (SAO), que incluye las siguientes:

  • Enrojecimiento de los labios y ronquera.
  • Hinchazón en la lengua, el paladar y los labios.
  • Picor en la boca, que afecta los labios, la lengua y la garganta.

También pueden presentarse ronchas y picazón en algunas áreas del cuerpo. En raras ocasiones, pueden ocurrir reacciones graves, como el shock anafiláctico, que representa un riesgo para la vida del paciente.

¿Cuál es el tratamiento recomendado?

El tratamiento de alergias de frutas y otros vegetales es la prevención. El especialista indicará una dieta de evitación una vez que tenga el diagnóstico. Para prevenir reacciones cruzadas, la introducción de otras frutas, maní o frutos secos, se debe hacer con cuidado y supervisión. Otras recomendaciones son las siguientes:

  • Pelar las frutas y retirar las semillas, ya que la mayoría de los alérgenos se concentran en estas áreas.
  • Es importante que el niño tome conciencia de su alergia, al igual que su entorno social, escolar, deportivo y familiar.
  • Si van a comer fuera de casa, se deben tomar todas las precauciones necesarias para evitar el contacto con frutas rosáceas.
  • Leer detenidamente las etiquetas de los productos alimenticios en los que se sospeche que se incluyen frutas que pueden causar alergias y evitarlos en la dieta.

Existe una vacuna sublingual para tratar la alergia al melocotón. Además, se ha descubierto que las vacunas para ciertos tipos de polen pueden mejorar la alergia a las frutas asociadas con ese polen.

Del mismo modo, un artículo publicado en Farmacéuticos Comunitarios resalta la eficacia de la inmunoterapia sublingual, no solo para tratar la alergia al melocotón y las frutas rosáceas, sino también para otras comidas que contienen LTP.

Lo que debes recordar en caso de alergia a las frutas rosáceas

Si tu hijo consume una fruta rosácea y experimenta una reacción alérgica relacionada con el síndrome de alergia oral, lo primero que debes hacer es buscar la evaluación, diagnóstico y tratamiento de un especialista.

La dieta de evitación de la fruta es la medida principal, pero también es crucial prestar atención y tomar precauciones con otros ingredientes en su dieta. Por ejemplo, debes estar alerta con respecto a los frutos secos, el maní y otras frutas que no son rosáceas, ya que también pueden desencadenar este tipo de alergia en tu hijo.

Además, es importante pelar la piel de algunas frutas, revisar detenidamente las etiquetas de los productos vegetales y fomentar la conciencia y el cuidado en el entorno del niño para evitar posibles reacciones que pueden ser molestas y, en algunos casos, representar un alto riesgo.

Bibliografía

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