8 mitos de la alimentación complementaria

¿Iniciaste la alimentación complementaria de tu bebé? Cuidado con las prácticas que tienes al respecto. Mira los mitos más comunes sobre el tema.

mitos de la alimentación complementaria

¡Llegó la hora! Después de 6 meses, el bebé comenzará una nueva etapa en su alimentación para complementar la leche materna con nuevos alimentos. Así que nos surgen muchas dudas. Entre ellas, ¿qué alimentos sí y cuáles no? Para tener respuestas rápidas, consultamos a familiares o amigos sobre el tema.

Sin embargo, mucha de esa información está basada en mitos sobre la alimentación complementaria. ¡Si la practicamos mal, las consecuencias las padece el bebé!

Por esa razón, en este artículo te hablaremos sobre 8 mitos comunes de la alimentación complementaria: qué hay de cierto y qué no en cada uno de ellos. También, respondemos a por qué se generan los mitos y qué riesgos representan para los niños. Por supuesto, las respuestas de primera mano las tiene el médico pediatra. Por eso, no olvides ir a consulta.

¿Por qué se generan los mitos y cuáles son sus riesgos?

La alimentación complementaria del bebé está infundada tanto por creencias populares, prácticas culturales y prácticas desactualizadas, como por la difusión de información errónea a través de canales no confiables. Al final, la nueva alimentación del bebé se distorsiona y se pone en riesgo su salud.

En este contexto, y como lo advierte un artículo publicado por la revista Infant Nutritional Physiological Phenomena, la comunidad médica muestra una preocupación creciente sobre los mitos, porque pueden impactar en la emisión de enfermedades no trasmisibles. Por ejemplo, el sobrepeso, la diabetes, la enfermedad celíaca, las alergias, entre otras.

Así que, llegó el momento de deshacerte de los mitos sobre la alimentación complementaria en el bebé. ¿Cuál de estos has escuchado con anterioridad?

Mitos comunes sobre la alimentación complementaria en bebés

Los mitos y creencias erróneas que rodean la alimentación complementaria pueden generar confusión y poner en riesgo la salud de los más pequeños. Por eso, aquí vamos a aclarar cada uno de estos mitos.

1. Los bebés deben iniciar la alimentación complementaria antes de los 4 meses

¡No es cierto! Tal como lo refiere un trabajo publicado en la revista Frontiers in Pediatrics, la mayor parte de los organismos de salud pediátrica están de acuerdo en que la edad ideal para introducir los nuevos alimentos en el bebé es a los 6 meses. Otros, incluso, mencionan los 4 meses, pero no antes.

Las razones son varias. Una de ellas se explica en un artículo publicado en la revista JAMA Pediatrics. En este se considera esperar un lapso de tiempo apropiado para que en el bebé se desarrollen las bacterias intestinales (microbioma) que sirven de defensa contra algunas enfermedades, fortaleciendo así su sistema inmunitario.

La otra razón es que su aparato digestivo tiene que estar preparado para digerir los nuevos alimentos. Antes de los 4 o 6 meses, el bebé aún está recibiendo las enzimas para la digestión que se encuentran en la leche materna.

Es decir, la lactancia exclusiva le ayuda a madurar su proceso digestivo. Asimismo, el posible desarrollo de alergias también justifica iniciar los nuevos alimentos después de los 6 meses de edad.

2. Los alimentos sólidos ayudan a dormir mejor al bebé

¡No es así! El sueño en el bebé está influenciado por factores que no tienen que ver con los alimentos complementarios. Un artículo publicado en la revista Children establece que la regulación del ciclo del sueño progresa de manera natural con la edad del bebé. A los 6 meses, la mayoría de ellos son capaces de dormir toda la noche.

3. Hay que introducir los alimentos en cierto orden

¡No es verdad! Antes se creía que tenía que haber un orden específico. Por ejemplo, primero los cereales, luego las frutas y al final las verduras. Pero, la Academia Americana de Pediatría asegura que no hay evidencias de que si se le dan primero las frutas, luego rechace las verduras porque no les guste el sabor.

Por tanto, se recomienda introducir los alimentos preferidos por la familia, siempre y cuando estén indicados dentro de una alimentación saludable y equilibrada para el bebé, además de supervisada por el médico pediatra y el nutricionista.

4. Evitar los alimentos alérgenos hasta después del primer año

¡Es todo lo contrario! Un estudio publicado en la revista The New England Journal of Medicine declara que la exposición temprana y regular a los alimentos alérgenos, como el maní, puede disminuir las alergias en los niños propensos a desarrollarla.

Así que es todo lo contrario, no hay evidencias que respalden que la introducción tardía de alimentos como pescados, huevos o el mismo maní demora la aparición de las alergias.

5. Los bebés deben terminar toda la comida servida

¡Falso! Hay algo que considerar en el bebé cuando de cantidad de comida se trata. No es otra cosa que su capacidad gástrica. Un artículo publicado en la revista Acta Paediatric revela que la capacidad estomacal del bebé al nacer es de apenas 20 mililitros (menos de una onza). De aquí, va incrementando con el crecimiento hasta 4 a 6 onzas cuando cumple los 6 meses de edad.

Ya a los 12 meses puede consumir entre 8 y 10 onzas. Pero cada niño responde de manera diferente, por lo que se recomienda observar las señales de saciedad del bebé durante la alimentación, como cerrar la boca, girar la cabeza o perder interés en la comida. ¡El bebé comerá hasta que se sienta satisfecho!

6. No des leche de vaca en su primer año de vida

¡Esto es cierto! Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) reiteran que la leche de vaca no se debe dar al bebé como un complemento antes del año de edad. Los valores de proteínas y minerales de la leche de vaca sobrepasan la capacidad renal del bebé. Hay que esperar después de los 12 meses para que sus riñones maduren.

7. Agrega sal o azúcar a las papillas para que tengan sabor

¡No! En la alimentación complementaria los alimentos deben darse de manera natural para que el bebé perciba los nuevos sabores y vaya perfilando sus preferencias. La Organización Mundial para la Salud recomienda no usar la sal hasta después de los 2 años de edad. Esto es por la poca madurez renal del bebé.

Con el azúcar también hay restricciones, pues la tendencia es que se restrinja a menos del 5% de la ingesta calórica total. El sobrepeso, la obesidad y el riesgo de caries, son razones para su control en la nueva dieta del bebé.

8. ¡Cuidado con la consistencia! Se puede atragantar

Cierto. Aunque hay un nuevo enfoque en la alimentación del bebé conocido como baby led weaning (BLW), en el cual los alimentos se introducen en forma sólida, es fundamental que los padres los supervisen de cerca por el riesgo de atragantamiento.

En la complementaria tradicional se inicia con papillas. Poco a poco se va pasando a los purés y triturados con grumos hasta que se introducen alimentos más sólidos. Esto es para evitar el riesgo de asfixia.

¿Por qué la alimentación complementaria debe hacerse de forma correcta?

Son varias las razones que justifican que la introducción de nuevos alimentos en el bebé se haga de manera correcta y que los padres no se dejen llevar por los mitos que hay alrededor de ella. Algunas de las razones son las siguientes.

Deben recibir una nutrición adecuada

La nueva alimentación «complementa» la leche materna, ya que las necesidades del bebé aumentan durante su crecimiento. Por eso, se aconseja combinar una variedad de alimentos de origen animal y vegetal para cubrir las nuevas demandas nutricionales.

Les ayuda con la prevención de alergias

Introducir de manera temprana los alimentos alérgenos puede ayudar a prevenir el desarrollo de las alergias alimentarias.

Desarrollan habilidades alimentarias

La alimentación complementaria es la oportunidad para que el bebé desarrolle habilidades motoras orales, coordinación ojo-mano y aprenda a masticar y tragar alimentos sólidos.

Establecen patrones alimentarios saludables

Se inicia un nuevo proceso en la alimentación del bebé y con ello la oportunidad de establecer patrones de alimentación saludables a largo plazo. Los alimentos que se incorporan pueden influir en las preferencias y hábitos alimentarios futuros del niño.

Puede prevenir problemas de salud a largo plazo

La introducción de los alimentos correctos desde temprana edad y la instauración de nuevos hábitos reduce el riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, entre otras.

¿Qué hacer ante otras dudas?

Ante otras dudas, consulta de inmediato con el médico pediatra para aclararlas. Recuerda que es muy importante no tomar decisiones sin antes estar seguras y bien asesoradas. La alimentación complementaria es un proceso tan importante que no puede estar rodeada de mitos que representen riesgos para la nutrición y salud del bebé.

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

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