¿Por qué a mi hijo le gusta jugar a esconderse?

Jugar a esconderse es uno de los juegos más tradicionales que existen. Además de ser muy divertido, permite que los chicos estén en movimiento, que aprendan reglas y sepan cómo gestionar sus emociones.
¿Por qué a mi hijo le gusta jugar a esconderse?
Maria Fátima Seppi Vinuales

Escrito y verificado por la psicóloga Maria Fátima Seppi Vinuales.

Última actualización: 30 julio, 2023

Correr para llegar primero y «salvarse» antes de que te encuentren. ¡Cuánta adrenalina! Esto es el juego de las escondidas, un modo de entretenerse presente en muchas familias. Incluso, si te pones a pensar, no solo se juega cuando los chicos son capaces de caminar o correr para esconderse.

Los padres ya juegan a las escondidas con sus hijos cuando son bebés: esconden su cara detrás de las palmas de las manos – quizás de alguna manta -, al tiempo que dicen «estoy, no estoy». ¡Cuánta alegría hay detrás de este juego cuando aparece ese rostro familiar!

Ahora bien, ¿te preguntaste alguna vez por qué tu hijo disfruta tanto de jugar a esconderse? Lo cierto es que sí existe una respuesta para ello. Podrás descubrirlo a continuación.

El juego de las escondidas: ¿por qué le gusta a mi hijo?

Si piensas un momento en un juego de tu infancia, de seguro el juego de esconderse figura entre aquellos con los que te entretenías con tus padres o amigos. Es un juego de reglas sencillas, apto para niños de distintas edades y que se puede jugar tanto adentro como al aire libre.

También tiene la enorme ventaja de que permite que los chicos estén alejados de la tecnología durante el tiempo que dura la actividad. ¡Es como un comodín de los juegos! Algunas de las razones por las cuales tu hijo disfruta de jugar a esconderse son las siguientes.

Le permite descubrir su autonomía, explorar, moverse a su antojo

Es decir, tu hijo puede experimentar, durante al menos un momento, lo que es la libertad de aparecer y esconderse cuando lo desea, sin mayores consecuencias. De este modo, aprende de lo que es capaz y se pone a prueba a sí mismo.

Facilita un espacio de «transición», una forma de tramitar la separación

Jugar a esconderse es como ausentarse de manera temporal. Así, podrá gestionar las diferentes emociones que surgen al separarse de sus padres. También desarrolla la seguridad de que se puede «ir y volver», de que sus padres pueden ausentarse – por trabajo, por ejemplo -, pero que luego regresan por él.

Le hace sentir querido, esperado, valioso

En ese momento de ocultarse y esperar ser encontrado, algo especial sucede en su interior. Es como si el mundo se detuviera por un instante, y solo existe él y la expectativa de ser hallado. En ese instante, el niño se siente querido, esperado y valioso.

Le permite encontrar una solución a un problema

El niño empieza a dar sus primeros pasos en lo que a estrategia se refiere, iniciándose en la resolución de problemas. Como quiere ganar, tiene que buscar un escondite en donde no lo puedan encontrar.

Con el tiempo, va perfeccionando esos sitios que elige para esconderse, teniendo en cuenta cuáles funcionan para su objetivo y cuáles no. Sin dudas, esto habla de un aprendizaje en desarrollo.

Fomenta una sana competencia

Cuando los niños compiten en el juego de esconderse, aprenden a enfrentar desafíos y a superarse a sí mismos. Cada intento de encontrar un escondite más creativo o de hallar a un compañero oculto les enseña la importancia de perseverar y no rendirse ante la dificultad.

Asimismo, una sana competencia en el juego de esconderse promueve el compañerismo y el respeto mutuo. Los pequeños aprenden a celebrar tanto sus propios logros como los de los demás. Al buscar a sus compañeros con entusiasmo y alegría, se fomenta un ambiente de apoyo y camaradería.



Variantes del juego de escondite

Hay juegos que se convierten en los favoritos de los chicos. Jugar a las escondidas es uno de ellos, por eso los chicos suelen insistir en jugar a lo mismo en más de una ocasión.

Sin embargo, cuando en casa hay varios niños de distintas edades o incluso cuando tu hijo insiste en repetir el juego, es posible que la actividad se torne un tanto monótona. Por eso, a continuación, te presentamos algunas variantes a modo de sugerencia.

La escondida grupal

También conocido como «lata de sardinas». Es un juego grupal, en donde hay una persona que se esconde, mientras que el resto de los jugadores sale en su búsqueda. Cada jugador que encuentra a quien se escondió permanece junto a él en el lugar.

De este modo, de ser uno solo pasan a ser varios los escondidos y se van amontonando como en una lata de sardinas, de ahí su nombre. El juego termina cuando solo queda un jugador buscando al resto.

Otra variante tiene que ver con el juego de escondidas «tradicional», quien sale en busca de los jugadores va diciendo bromas en voz alta. De esta manera, puede tentar a los jugadores y orientarse con sus risas o sonidos.

Jugar a las escondidas a oscuras

Cuando los niños son ya mayores, se puede incorporar el recurso de esconderse y apagar todas las luces. Esta modalidad se conoce como «el cuarto oscuro». A modo de recomendación, es importante realizar el juego en un espacio donde no haya demasiados objetos o decoración.



La importancia del juego en los niños

Es indiscutible la importancia del juego en el desarrollo integral de los niños, tanto a nivel motriz y físico, como psicológico y social. Te describimos algunos de los beneficios del juego en los niños, de acuerdo a una publicación en la revista Voces de la Educación.

  • gestión de emociones, aprender a ganar y perder,
  • gestión del estrés,
  • fortalecimiento de la afectividad,
  • aumento de la motricidad, inteligencia y creatividad,
  • desarrollo de habilidades sociales,
  • fomento de la convivencia y respeto a las reglas.

Asimismo, según se detalla en la revista Canarias Pediátrica, estos juegos permiten que los niños adquieran otras valiosas habilidades:

  • manejo en el espacio,
  • aprendizaje y ejercitación de números al contar mientras los niños se esconden.

El juego es una actividad que se debe tomar en serio

El juego es una actividad que se debe tomar en serio porque, más allá del entretenimiento momentáneo, aporta innumerables ventajas para el desarrollo integral de los niños, ventajas que perduran a lo largo de la vida. Es a través del juego que los pequeños exploran, experimentan, aprenden y crean conexiones significativas con el mundo que los rodea.

Como padres, cuidadores o educadores, es fundamental comprender la importancia del juego en el desarrollo infantil y brindarles un ambiente propicio para que puedan disfrutar de esta valiosa experiencia.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.