La importancia de la nutrición en el desarrollo cognitivo del bebé

La nutrición en el desarrollo cognitivo del bebé es un punto importante a supervisar. Los nutrientes ayudan a la formación correcta en el cerebro del niño.

El cerebro es un órgano activo que realiza, crea y hasta desaparece conexiones entre sus células nerviosas (las neuronas). Esto hace que se requiera de mucha energía y diversos nutrientes para estimular y potenciar las acciones cerebrales, que comienzan desde el inicio de la vida en el vientre materno. De allí, la importancia de la nutrición en el desarrollo cognitivo del bebé.

Los componentes de la dieta pueden influir en la capacidad cognitiva del ser humano. Por ejemplo, algunos tipos de grasas, de vitaminas, de minerales y de antioxidantes permiten formar ciertas sustancias relacionadas con el aprendizaje, el razonamiento y la memoria. Sigue leyendo para conocer cuáles son los principales nutrientes y sus fuentes alimenticias que permiten un óptimo desarrollo cognitivo en nuestros bebés.

¿Qué es el desarrollo cognitivo?

La función cognitiva comprende todos aquellos procesos que se relacionan con el pensamiento. Entre ellos se encuentran la memoria, el razonamiento, la resolución de problemas, el desarrollo del lenguaje y la toma de decisiones.

La Fundación Española de Nutrición (FEN) enfatiza en que una buena nutrición durante los primeros años de vida es clave para el aprendizaje y la capacidad de procesamiento en edades posteriores. Por ejemplo, un buen desarrollo cognitivo en los bebés, incide directamente en el rendimiento escolar y en el éxito en la vida adulta. La FEN también explica que existen 3 etapas fundamentales que lo determinan:

  1. En el vientre materno y la etapa de lactante, el cual es crítico en la semana 20 de gestación y alcanza un máximo desde la semana 32 a la 40.
  2. Durante los dos primeros años de vida.
  3. En el niño en edad preescolar y escolar.

La revista Nutrients nos explica la estrecha relación entre la nutrición y el desarrollo cognitivo del bebé. Cuando hay alteraciones en la dieta desde el embarazo, se afecta la memoria, el razonamiento y la atención. El deterioro cognitivo puede manifestarse como depresión, demencia o Alzheimer, entre otros. A continuación, explicamos cómo intervienen los distintos nutrientes en el desarrollo cognitivo del bebé.

En el recién nacido, los nutrientes se obtienen de la leche materna, la cual aporta lo necesario para el desarrollo de zonas claves del cerebro y para alcanzar un funcionamiento cognitivo superior.

Nutrientes esenciales para el desarrollo cognitivo

Existen algunos nutrientes que son específicos para el desarrollo cerebral y sus funciones ¿Cuáles son y cómo actúa cada uno de ellos en el desarrollo cognitivo? Te lo explicamos.

Proteínas

El cerebro produce unas sustancias llamadas neurotransmisores que participan en la función cognitiva. Entre estos se encuentran la serotonina, la dopamina y la adrenalina, que se forman a partir de los aminoácidos triptófano y tirosina, que están presentes en las proteínas de los alimentos.

Los niveles bajos de serotonina se asocian con la disminución del aprendizaje, el razonamiento y la memoria. El equipo de trabajo de Roberts explica que hay una relación positiva entre la ingesta de los aminoácidos precursores de serotonina y la capacidad cognitiva.

El triptófano se encuentra en abundancia en la proteína de origen animal, como carnes rojas, aves, pescados y sus derivados, huevos, leche y queso. Asimismo, lo encontramos en los frutos secos, las semillas, la soja, el cacao, el maní y otras legumbres.

Carbohidratos

El cerebro necesita obtener glucosa o azúcar de manera rápida y continua, ya que es su principal fuente de energía. Se debe tener en cuenta que la zona del aprendizaje y la memoria es vulnerable a una falla en el suministro de este nutriente.

Los alimentos con bajo índice glucémico (IG), es decir, cuyo azúcar se absorbe de manera lenta y progresiva, disminuyen la resistencia a la insulina. De este modo, pueden mejorar la atención, la memoria y la capacidad matemática, entre otros procesos. Por otra parte, comer muchos azúcares simples dificulta la atención y la concentración.

Entre los alimentos con bajo IG, se encuentran los cereales y derivados integrales, la avena, las legumbres y frutas como manzana, pera, tomate, kiwi o melocotón. También, brócoli, coliflor, calabacín, maíz, ñame, quinoa, cebada, productos lácteos y leches de almendras y de soja.

Grasa omega-3

Los ácidos grasos saturados de la dieta se asocian con un deterioro cognitivo. Sin embargo, hay un ácido graso poliinsaturado y omega-3 que es componente de las membranas del cerebro y ayuda a formar neurotransmisores. Se le conoce como docosahexaenoico o DHA.

El DHA juega un papel importante en la memoria y el aprendizaje. La revista Lancet publicó un estudio en el que se demostró que la suplementación con DHA en el embarazo, la lactancia y los primeros años de vida, mejoró el rendimiento mental de los niños. Entre los alimentos que lo contienen, encontramos los pescados azules (sardina, salmón, bonito, caballa, palometa y jurel, entre otros), los mariscos y los alimentos fortificados.

Minerales

El hierro participa en la síntesis de mielina, que recubre el axón de las neuronas y permite la comunicación entre ellas. Además, se ha encontrado que la anemia por falta de hierro se relaciona con la disminución de la memoria, la concentración y el bajo rendimiento. Por su parte, los suplementos de este mineral mejoran la capacidad cognitiva.

Por otro lado, el yodo es necesario para el correcto desarrollo cerebral y mental. Por ejemplo, algunos estudios encontraron relación entre la deficiencia de yodo durante el embarazo y la deficiencia de inteligencia verbal y de lectura en la infancia.

Los cereales, las carnes, las legumbres y las hojas verdes se consideran fuentes de hierro. En el caso de los vegetales, los minerales deben ingerirse a través de frutas que sean fuente de vitamina C.

Vitaminas

Las vitaminas del complejo B, como la B1, B6, B12 y B9, son esenciales para el buen funcionamiento cerebral, y muchas de ellas desde el período perinatal. La deficiencia del ácido fólico o B9 se asocia con defectos del tubo neural. Por su parte, las vitaminas B6 y B12 se utilizan en la producción de neurotransmisores.

La deficiencia de la vitamina D también se ha relacionado con alteraciones en la función y el deterioro cognitivo. Por su parte, la colina forma el neurotransmisor acetilcolina y los fosfolípidos de la membrana celular. De acuerdo a un estudio, una ingesta adecuada de colina en las madres durante el embarazo se relaciona con una mejora de la memoria de sus hijos durante la etapa infantil.

Estas vitaminas se encuentran en vegetales, como semillas, legumbres y cereales. La B12 es aportada por las carnes rojas, los pescados, el pollo, el huevo y la leche. Por eso, esta última debe ser suplementada en las dietas veganas.

Antioxidantes

Los antioxidantes naturales, como las vitaminas C, E, beta-carotenos, zinc y selenio, evitan el deterioro cognitivo producido por el estrés oxidativo. Estos se consideran protectores de las neuronas. Además, la vitamina C ayuda en la producción de neurotransmisores, al igual que el zinc. Este último se asocia con problemas de memoria y aprendizaje.

Los vegetales y las frutas frescas de color amarillo y naranja se consideran las mejores fuentes de betacarotenos. La vitamina C se encuentra en fresas, guayaba, pimientos, kiwi, cítricos, perejil y brócoli. En cambio, la vitamina E o tocoferol, predomina en las semillas oleaginosas. Además, el zinc y el selenio, están presentes en cereales, legumbres y semillas.

Probióticos y prebióticos

Los probióticos son bacterias beneficiosas con las que se preparan algunos alimentos y crecen en el intestino de manera exponencial cuando se consumen ciertos nutrientes llamados prebióticos. Los probióticos pueden proteger al cerebro durante todo su desarrollo y permitir la modulación de la microbiota intestinal.

La nutrición es clave para el desarrollo cognitivo

La nutrición es un factor de suma importancia para el desarrollo cognitivo del bebé. Así, son varios los nutrientes que permiten el buen desarrollo cerebral y la síntesis de sustancias químicas asociadas con el aprendizaje, la memoria, la atención y la comprensión.

Mantener una alimentación completa, de calidad, equilibrada y saludable, que haga énfasis en algunos nutrientes específicos es clave. En este sentido, la ingesta de antioxidantes, vitaminas C, E, D, complejo B, zinc, hierro, yodo, triptófano y omega-3, garantizará que nuestros bebés tengan un excelente desarrollo cognitivo.

Bibliografía

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