Gracias a la papilla de espinaca, los bebés pueden introducir en el organismo una gran cantidad de nutrientes de elevada calidad, lo que beneficiará ampliamente su desarrollo. Este alimento se puede consumir ya a partir del sexto mes de vida, siempre como complemento de la leche materna.
Antes de comenzar hay que destacar la importancia de garantizar la presencia de los vegetales en la dieta de manera regular. Estos alimentos concentran en su interior vitaminas y antioxidantes necesarios para evitar algunas patologías crónicas y complejas con el paso de los años.
Ingredientes para la papilla de espinaca
Para preparar una exquisita papilla de espinaca para bebés serán necesarios los siguientes ingredientes:
- 1 manojo de espinaca.
- 40 mililitros de leche.
- 1 cucharadita de mantequilla.
- 1 pizca de sal (si el niño es mayor de un año).
Es recomendable que las espinacas estén frescas. Es cierto que la versión congelada se considera de buena calidad desde el punto de vista nutricional, pero en esta receta se obtendrá un resultado superior a nivel organoléptico. Además, siempre es más saludable optar por las hojas crudas que por aquellas de manipulación industrial.
Paso a paso
En primer lugar, hay que lavar las espinacas a conciencia y luego colocarlas en una olla con agua hirviendo durante al menos 5 minutos.
Cuando se supere el proceso de cocción, hay que introducir los vegetales en el vaso de la licuadora e incorporar la leche. Es necesario triturar todo hasta obtener una pasta suave.
Una vez superado este punto se incorporan la mantequilla y la sal, y se tritura de nuevo hasta lograr un resultado homogéneo.
A partir de aquí solamente queda comprobar la temperatura y servir, lo que lo convierte en un plato especialmente adecuado para introducir en la comida del mediodía.
También, se podría incluir en la receta algún alimento con alto contenido en proteínas, como la pechuga de pollo o unos dados de pescado, para enriquecer la densidad nutricional.
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Beneficios de la papilla de espinaca
El consumo de papilla de espinaca puede generar una serie de beneficios, siempre y cuando se introduzca en el contexto de una dieta equilibrada y variada.
Hablamos de una elaboración que destaca fundamentalmente por su contenido en fibras y vitamina C, un nutriente que ha demostrado favorecer la función inmunitaria. Su consumo regular reduce la incidencia de enfermedades infecciosas y mejora su control sintomatológico.
Por otra parte, las espinacas cuentan también con hierro en su interior. Este elemento ayuda a prevenir la anemia, una patología que reduce la eficiencia del transporte de oxígeno a través de la sangre. No obstante, cuenta con una tasa de absorción bastante limitada, la cual aumenta cuando el mineral se consume junto a la vitamina C.
Finalmente, las espinacas son fuente de fitonutrientes. Estas sustancias cuentan con la capacidad de neutralizar la producción de los radicales libres y su posterior acumulación en los tejidos del organismo. Dicho mecanismo previene el desarrollo de muchas enfermedades crónicas y complejas, tal como evidencia una investigación publicada en European Journal of Medicinal Chemistry.
Ahora bien, no solo hay que incluir espinacas en la pauta de nutrición, sino varios tipos de vegetales distintos. Así, se podrán aprovechar mejor todas las vitaminas y fitoquímicos presentes en ellos, lo que repercutirá positivamente sobre el funcionamiento del organismo infantil.
Prepara en casa papilla de espinaca para bebés
Tal y como has podido comprobar, resulta sencilla preparar en casa una estupenda papilla de espinaca para bebés. Se trata de una elaboración que los más pequeños aceptarán de buen grado y mejorarán así la calidad de su dieta. Eso sí, hasta el primer año de vida no se aconseja agregar sal ni retirar la lactancia materna, pues sigue siendo el alimento principal.
Por último, es necesario recalcar la importancia de inculcar buenos hábitos desde las primeras etapas de la vida. Los niños son mucho más propensos a adquirirlos con facilidad y reproducirlos en un futuro. De este modo se protegerá el cuerpo del desarrollo de patologías crónicas y complejas que pueden causar daños en la salud y alterar su bienestar.
Bibliografía
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- Carr, A. C., & Maggini, S. (2017). Vitamin C and Immune Function. Nutrients, 9(11), 1211. https://doi.org/10.3390/nu9111211
- Neha, K., Haider, M. R., Pathak, A., & Yar, M. S. (2019). Medicinal prospects of antioxidants: A review. European journal of medicinal chemistry, 178, 687–704. https://doi.org/10.1016/j.ejmech.2019.06.010